Protegiendo a mi luna

Megan —Sam, debes prestar más atención. No quiero tener que hablar con tus padres. —Lo siento señorita Williams, no volverá a pasar— Repité la pequeña y aunque se que no es verdad, no insisto. Miro a los niños cada uno inmerso en sus cuadernos, a excepción de Sam, como supuse volvió a distraerse mirando por la ventana. Ya es la tercera vez que le llamo la atención y aunque promete concentrarse, no deja de llevar su vista allí. Los niños son fáciles, la mayoría del tiempo. Al finalizar el año me cuesta decirles adiós, el cariño que les tomo es poco saludable para mi. Camino mis pasos hacia la pequeña Sam, es una de las niñas a quien más extrañare. Puede ser distraída y revoltosa, pero nunca deja de sorprenderme con sus ocurrencias. Hace días trajo a un pequeño gatito oculto en su mochila, cuando le pregunte el motivo, solo se encogió de hombros y respondió que pobrecito se sentía solo. Aunque la entendí la directora Vega no lo hizo, y cito a los padres de la pequeña. Una vez llego junto a ella me acerco a ver que es lo que llama tanto su atención y ahí lo veo. Desde hace aproximadamente un mes no deja de acosarme, constantes llamadas a mi casa, mensajes en mi celular, amenazas, que lamentablemente intento cumplir. Hace dos semanas se volvió más salvaje al punto de atacarme en la entrada de mi casa. De no ser por mi vecina la señora Ruster, no se que seria de mi. La policía lo tomo como un simple robo, puesto que se llevo mi collar, aunque sin valor, aún tengo la marca en mi cuello. —Señorita Williams, me esta asustando lleva allí parado desde el comienzo de clases—confiesa con voz temblorosa la pequeña. —No te preocupes Sam, debe estar esperando un familiar, de igual modo mandare a alguien a verificar— trato de sonar lo más tranquila posible, son niños y no debo generar un miedo en ellos. Mientras me encamino fuera del aula, lo hago de manera relajada y segura, pero al salir por la puerta, todo cambia. Sostengo mi pecho tratando de tomar el aire que me falta. ¿Ahora qué haré? Si llamo a la policía podrían volver a decir que es solo mi imaginación. Un episodio colateral del trauma del robo. La directora, sopesando la institución podría suspenderme hasta solucionar todo. —¿Sucede algo Megan?—la pregunta me saca de mi trance y miro a la responsable —Tranquila Susan, solo me bajo un poco la presión. Salí para no asustar a los pequeños-sonriendo señalo el aula. —Ve a tomar algo mientras los vigilo—guiña el ojo antes de girar a la puerta. —Susan ¿Has visto a Jeremy? —Creo que estaba en la cafetería ¿Por qué?— Jeremy es quien se encarga del mantenimiento del colegio. Y mantiene una relación oculta por el momento, con Susan. —Es que fuera hay alguien parado observando mi clase, no se quien sea, pero esta asustando a los pequeños. No solo a ellos pero prefiero guardar esa parte para mi. Susan no solo es colega de trabajo, es una amiga desde hace mucho tiempo, pero aún no esta enterada de los últimos sucesos. La verdad es que no quiero parecer alguien débil, buscando ayuda a cada momento, alguien a quien se sientan en la obligación de proteger. —Entiendo, debes tener cuidado Meg hay mucho loco suelto y tu eres muy bonita y confiada, podrían lastimarte o intentarlo— si supieras... —Como te digo, no se quien es, solo lo vi porque la pequeña Sam estaba asustada. Pero voy a correr, hablar con Jeremy y regresar.—Con eso empiezo a perderme en los pasillos rumbo a la cafetería. Las palabras de Susan siguen en mi cabeza, si supiera las cosas que pasan no lo hubiera dicho de manera tan relajada. No entiendo como estoy relajada, cualquiera en mi lugar ya hubiera tomado un avión y regresado a casa de sus padres. Pero no soy así, hace cuatro años me gradué y hace tres que ejerzo mi profesión. Cuando llegue a California esperaba un cambio de aire, pero no de esta forma, ya siento que me ahogo. Mis padres se encuentran en Portland ajenos a todo esto, al igual que muchos aquí. —Jeremy, necesito tu ayuda, hay un hombre fuera de mi clase asustando a los niños, no creo sea peligroso, pero no puedo exponer a los pequeños—suelto no más al verlo. El pobre estaba a punto de llevar una taza a su boca, pero al parecer luce bastante preocupado. —¿Un hombre? ¿Y cómo sabes que no es peligroso, lo conoces? —No lo conozco, la verdad, si es medio intimidante, pero sigo actuando valiente como con los niños, ya sabes, debo darles seguridad.— Él solo asiente acompañándome el camino de regreso. —Iré a ver que quiere y quien es, enseguida vuelvo.—Entro al aula y mis ojos se abren enormes al ver a Susan y al resto mirando por la ventana. —Creí que los vigilarías a ellos Susan.—Al decirlo esta salta asustada y cada niño vuelve a su respectivo lugar de manera muy rápida. —Casi me matas Meg. Nunca vuelvas a asustarme así—sujetando su pecho empieza a negar. —No era yo quien estaba distraída—señalo lo obvio —Ese hombre me asusta, su mirada es tan oscura. —Frunce el ceño interrogándome, como sospechando algo que nunca le diré. —¿Por qué crees que fui en busca de Jeremy? —Eso me da un poco de tranquilidad, pero para evitar peligros, hoy te iras con nosotros. La idea no me desagrada, pero tampoco me ilusiona Ellos son como cachorritos necesitados de amor y yo una solterona, que ni un gato tengo que me haga compañía — No lo se Susan, preferiría tomar el bus. No quiero desviarlos por alguien que quizás tenga una explicación lógica. Ella esta por responder pero sentimos un golpe en la puerta, al mirar vemos a Jeremy haciéndonos señas, ella sale enseguida pero yo antes de salir murmuro un — Revisen la pagina treinta y dos, enseguida vuelvo Al salir Jeremy tiene un gesto preocupado, mientras quita su gorra para recomendarla. —No se quien seria pero se fue cuando salí, creo que deberíamos avisar a la directora. Si sucede algo y pudimos evitarlo es mejor hacerlo. —Puede ser pero ya no puedo dejar a los niños, empezaran a sospechar que algo sucede. —Tranquila Meg, yo le explicare, y recuerda hoy vienes con nosotros no te iras sola. Susan toma la mano de Jeremy y comienza a jalarlo, cuando se da cuenta lo suelta y gira a verme y me hace entender que quiera o no hoy me iré con ellos.