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En los brazos del mafioso

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Blurb

Adrián Lombardi es hijo de un mafioso italiano que tiene mucho poder, él se caracterizaba por ser un hombre amoroso con su novia a la cual decidió llevar hasta el altar al pensar que era una buena idea, el tan esperado día llegó sin embargo no todo fue como esperaba ya que fue dejado plantado en el altar y su amada Clarisse se fue nada más y nada menos que con su némesis, Massimo Parisi.

Debido a la traición el protagonista masculino se desilusionó con el amor, sin intención de volver a amar a nadie. Sin embargo, su padre murió e hizo un testamento en el que había una sola condición para que todo el poder traspasara a manos de su hijo y era que el protagonista masculino debía casarse con una mujer y pasar un año de amor con ella antes de heredar la mafia.

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Prefacio
La mujer caminaba de un lado hacía el otro mientras estaba vestida de blanco, ella miraba el anillo de compromiso que pesaba en su mano de tal forma que sentía como si la llevará al más profundo abismo, un hombre entró a escondidas en la habitación de la iglesia y la hermosa novia se sorprendió al verlo. — ¡¿Qué haces aquí?! Si Adrián te encuentra aquí te va a matar, vete Massimo por favor — ella lo empujo pero no lo movió en absoluto — ¡Largo de una buena vez! — Huye conmigo, sé muy bien que no amas a Adrián y solamente tienes sed de poder, puedo dartelo a manos llenas, mi padre ya me cedió su lugar. La mujer no dudó ni un momento en huir de la iglesia junto con Massimo, solamente dejó atrás su bouquet de novia y el anillo de compromiso que tanto pesó en su dedo pero que ahora era un amargo recuerdo.  — Cariño — la puerta fue golpeada — ¿Te encuentras bien? Ya demoras un poco y me encuentro preocupado, si necesitas algo solo dime para ver como te ayudo. Silencio, esa fue la única respuesta que el hombre tuvo, él preocupado por su futura esposa decidió entrar, al mirar en una silla encontró el bouquet que habían escogido aquella ocasión y a la par el anillo de compromiso. No fue necesario que le dieran más explicaciones, eso fue suficiente para que supiera que su amada Clarisse lo había abandonado peor que a un perro de la calle. — Hermano, ¿Todo está bien? — un hombre entró luego de unos segundos — ¿Adrián? ¿Qué te sucede? Estás más pálido que la harina. Los ojos del hombre se posaron en los dos simples objetos que estaban reposando en la silla con estampado floral, él también comprendió lo que esto quería decir, el matrimonio estaba sumamente cancelado ya que la novia había huído. — Vamos Adrián, no sigamos perdiendo el tiempo aquí — él tomó del brazo al hombre — hablaré con tu padre para decirle que hablé con los invitados. La reacción de Adrián fue una de euforia completa, comenzó a arrojar cuanta cosa se le ponía en el camino y los demás invitados al escuchar lo que pasaba se quedaron helados con el destrozo que el hombre había hecho en escasos segundos. — ¡Adrián! — un hombre entró a la habitación — detente por un demonio, estás destrozando la sacristía por si no te has dado cuenta, dame una explicación en este momento. — ¡La perra de Clarisse me dejó plantado en el altar! — él gritó mientras lloraba — se fue de aquí sin darme una explicación, pero esto lo va a pagar caro, de eso me aseguro yo, cortaré su cabeza y la colgaré en el puente más alto de toda Italia. — ¡No! — gritó la madre de la mujer — tiene que haber una explicación de todo esto Adrián, hay que buscar a mi hija y pedírsela, te suplicó por el amor que sé que le tienes que le des una oportunidad de que hable antes de que cometas una locura de la que te vas a arrepentir por el resto de tus días. — Mark — el hombre mayor le habló al que había intentado calmar a Adrián — quiero que investigues bien el motivo por el cual Clarisse le hizo a mi hijo tal aberración, sé que lo quieres como un hermano y también soy consciente de que tienes oídos en todos lados, de igual forma averiguaré por mi cuenta. — Como lo ordené señor — él se inclinó respetuosamente — creo que es buena idea irse de aquí, no le veo sentido seguir perdiendo el tiempo en esto. Adrián fue llevado a rastras del sitio, la iglesia quedó con los hermosos arreglos florales que se habían preparado para el día tan especial que sería. Los carros negros salieron uno tras otros, el novio escuchaba como tanto su padre como su amigo hacían llamadas a diferentes personas para dar con el paradero de Clarisse.  Llegaron a la imponente mansión que poseía una fuente donde ángeles esculpidos en mármol sostenían unos jarrones de los cuales descendía el agua que llenaba a la misma. Adrián caminó por la propiedad mientras tenía miles de pensamientos, él fue a su habitación mientras su padre hablaba con los padres de la novia fugitiva, una fotografía llegó a su celular y en el momento que la miró pudo ver a Clarisse completamente desnuda al lado de Massimo, casi al instante un vídeo entro y ahí salía como ella montaba a su némesis y gemía por todo lo alto. — ¡Ustedes van a pagar lo que la zorra de su hija hizo! — Adrián bajaba las escaleras completamente furioso mientras sostenía su celular — ¡Los pecados de los hijos los pagan los padres! Sin mediar más palabras les dió un tiro a cada uno en su cabeza, el padre de Adrián se sorprendió al ver lo que su hijo había hecho mientras su rostro tenía sangre salpicada, los cuerpos sin vida de los padres de Clarisse quedaron en medio de un río rojo que salían de su cuerpo. — ¡ADRIÁN! — él hombre se quedó helado — ¡¿Por qué has hecho eso?! Me has decepcionado por completo, las cosas no se arreglan así. — Aquí tienes el motivo por el cuál estoy haciendo esto — él mostró la evidencia — eso que sucedió es culpa de ellos por no saber controlar a la perra caliente de Clarisse. Mark que entró al escuchar los disparos se quedó helado al ver los cuerpos sin vida de los que habían sido los suegros de su mejor amigo, una notificación le entró mientras veía el escenario, ahí encontró el motivo por el cual la boda de su amigo no había sido llevada a cabo. — Se fugó con Massimo, no tienes que decirlo — Adrián escupió rabioso — en este preciso momento quiero que investigues quién le ayudó, pienso hacer pagar a esa persona con creces. — Muy bien — él aceptó al saber que todo era inútil — pero por favor no actúes precipitadamente, ve a tu habitación y trata de descansar en lo que recibes noticias. El padre de Adrián no se involucró en absoluto, habían reglas en la mafia que no podían ser tomadas a la ligera y su hijo estaba en toda la razón de hacer lo que estaba haciendo ya que no se salía de las normas que establecieron sus antepasados.  — Me quedaré aquí — él miró a los padres de Clarisse con total asco — que limpien ahí, me da asco ver sangre sucia y traicionera en el piso de mi casa. Adrián fue a la terraza tan amplia en donde le había propuesto matrimonio a la mujer, él empezó a tomar sin embargo se detuvo ya que se decía que tenía que tener la mente clara cuando tuviera noticias de la traición que había sido víctima.  — ¿Aló? — una llamada de un teléfono privado entró al celular de Adrián — ¿Quién está hablando? No me encuentro de humor para perder el tiempo. — La persona que ayudó a Massimo Parisini es la familia Romano — una voz distorsionada habló al otro lado — ve y cóbrate con sus miembros la traición de la que fuiste víctima. Adrián miró su celular y por más que preguntó quién hablaba no tuvo respuesta alguna más que el sonido que emite el teléfono cuando lo cuelgan. Él subió furioso a su habitación y luego de accionar un botón en la parte de atrás de un mueble de caoba pura la pared se dió la vuelta y quedaron a flote las armas del más alto calibre e incluso granadas, cuchillos y otro tipo de objetos con los que se podía acabar con la vida de cualquier ser vivo. — Adrián, dime qué estás haciendo — Mark lo miró mientras bajaba con un arsenal — ¿Adónde vas por un demonio? — Ya sé quién le ayudó al bastardo de Massimo, fue la familia Romano, ellos van a pagar con sangre lo que hicieron. A Massimo no le parecía una idea descabellada, todos sabían que los Parisini tenían muy buena relación con los Romano, él salió por la puerta mientras ignoraba los gritos de su mejor amigo y simplemente arrancó en el mustang del 69 que su padre le había obsequiado años atrás. Llegó a la mansión de los traidores y lanzó una granada que abrió las enormes verjas como si estuvieran hechas de plastilina, la seguridad que se dispersó por todo lo ancho de la propiedad fueron derribados con granadas y bombas molotov. — ¡Adrián Lombardi! — gritó el jefe de familia — ¿Acaso te has vuelto loco? ¿Por qué interrumpes en mi casa de esa forma? Adrián no dijo nada, simplemente levantó la pistola y le disparó en medio de las cejas. Luego de eso entró a la propiedad y miró a los hijos del difunto Joseph Romano, él hizo exactamente lo mismo con cada uno de ellos e incluso iba a disparar a una esquina y ahí encontró a una mujer embarazada que estaba aterrorizada por lo que estaba sucediendo. — ¡Detente Adrián! — su padre se atravesó mientras llevaba su mano al lado izquierdo — no puedes hacer esto, los Romano son completamente inocentes. Mark lo acompañaba y al ver el estado del señor Lombardi se apresuró a darle unas píldoras que lo lograron estabilizar, la mujer embarazada se desplomó inconsciente y por suerte Adrián logró correr lo suficientemente rápido para sostenerla, ella rompió la fuente en ese momento.  — Hay que llevarla a un hospital — Adrián la cargó — vamos de una vez, luego hablamos de todo esto.  Por primera vez su padre le dió un golpe que logró hacerlo trastabillar pero no se desplomó al pensar en la mujer embarazada que sostenía entre sus brazos, él se mantuvo firme y luego de eso se fueron al hospital más cercano en dónde la esposa de uno de los difuntos hijos del señor Romano fue atendida de inmediato, luego de unas horas el doctor salió con un rostro bastante lúgubre en dónde decía que la madre no había logrado sobrevivir a la cesárea. — ¿Y la bebé? — el padre de Adrián preguntó con temor — ¿Ella se encuentra bien? Por favor no me diga que murió con su madre. — La bebé se encuentra en perfectas condiciones, solo que tendremos problemas para darle leche materna, se le tendrá que dar fórmula. Adrián se hizo cargo de todo lo relacionado con la criatura, él se sentía culpable por la matanza que había hecho pero no se podía explicar a lo qué su padre se refería con el hecho de que los Romano no tenían nada que ver e incluso que eran inocentes. — Mark, por favor encárgate de todo lo que haga falta para la criatura — el señor Lombardi ordenó tratando de mantener la calma — tengo que hablar con mi hijo sobre lo sucedido. Ellos se fueron del hospital rumbo a la mansión, una vez que estuvieron en la sala Adrián fue derribado de un golpe por su padre justo en el sitio donde sus suegros habían caído muertos y en el cuál no había quedado ningún rastro. — ¡Eres un imbécil! ¡¿Tienes idea de lo qué acabas de hacer?! La familia Romano no era culpable y los has matado, dime qué fue lo que te llevó a cometer semejante bestialidad.  — Tuve una llamada por parte de un número desconocido en donde me decía que las personas que apoyaron a Massimo fueron los Romano, las normas dictan que… — ¡Cállate, no me enseñes las normas! Llevó mucho más tiempo al frente de este negocio de lo que tú tienes de vida, nosotros nos diferenciamos de las bestias justo por las reglas y son muy claras lo sé perfectamente, pero actuaste de manera impulsiva en la que no solamente agotaste recursos en contra de personas que no tenían un gramo de culpa sino que también me hiciste perder mucho dinero, los Romano estaban por firmar una sociedad conmigo que nos iba a hacer ganar una fortuna con la que no sueñas, eso sin mencionar que los del consejo me van a convocar para dar explicaciones de los actos del idiota de mi hijo que dejo un río de sangre detrás suyo. — Papá, no tenía idea de esto — Adrián lo miró con mucha sorpresa — si tan solo lo hubiera sabido jamás hubiese actuado de la forma en que lo hice con los Romano. — ¿Y qué te dice eso? No te lo dije porque simplemente no te tenía la confianza para decírtelo, la única persona que sabía de mi trato con los Romano era Mark, nunca confíe en Clarisse pero tú estabas tan idiotizado por ella que simplemente no mirabas a tu alrededor. Te lo advertí muchas veces Adrián, esa mujer no te conviene pero a ti se te hacía fácil hacer oídos sordos a lo que te decía porque según tú eran manías mías. — ¿Entonces quién podía estar detrás de todo esto? Fui manipulado papá pero no sé por quién te lo juro. — Y te creo, aquí hay gato encerrado, la única persona que tenía algo en contra de esa familia es Massimo, el apoyo que la familia le brindaba fue retirado ya que no les gusto que él tomara el poder…

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