MI GIRO DE 360º

 IZZY Me acercaré a él, sin más. Con la mayor confianza del mundo... «Mentira estoy aterrada», pero ya no soy la niña que lo había visto cada día de lejos ir y venir con muchos a su alrededor y también con muchas para mi tristeza, pero hoy eso cambiaría, es su cumpleaños y  voy camino a su fiesta, allí le confesare mi atracción por él. «Adam» Llego a la fiesta y todo está de lujo y lleno de luces alucinantes, bebidas, comida, música y  muchas personas, pero solo una es mi objetivo, y allí como esperándome «Ja. Quisiera yo»  recostado en un sillón de un puesto blanco en cuero, se encuentra él, viéndome fijamente. Sonrío con algo de timidez y camino como jalada por alguna fuerza hasta el lugar donde está. —Hola ¡Feliz Cumpleaños! —le digo algo nerviosa y le tiendo una cajita, le compre un detalle, bueno en realidad lo tengo desde hace mucho solo no había tenido el valor para dárselo, como era una niña antes no tenía la suficiente confianza. —¡Oh!, gracias. No debiste molestarte. —Toma la cajita y se la guarda en el bolsillo interno. —Ven, tomemos algo — me dice mientas toma mi mano y nos dirige hacia la barra de bebidas. Conversamos un rato sobre la universidad,  los compañeros, el trabajo y cosas en comunes, nos reímos hasta que nuestros ojos lloraron. —Hola, querido ¡Feliz cumple! —le dice una chica abrazándolo desde detrás y besando su mejilla, lo vi enderezar su cuerpo y sonreír forzadamente, me sentí fuera de lugar, he hice lo que todas con pensamientos tontos hacemos, los deje solos. Busque un baño y logre encontrar uno desocupado, donde atendí mis necesidades, lave mi rostro libre de maquillaje, pues no lo adoraba como otras chicas y me dispuse a irme, no tenía sentido quedarme ya. Mi rato con Adam había acabo forzadamente por la rubia de Royer Rabitt — Es que hasta él mismo nombre tienen— resoplo y abro la puerta. En cuestión de segundos estoy siendo sujetada por unos brazos por mi cintura, quedando a escasos milímetros de una boca, una boca muy hermosa con labios tentadores, mi mirada se aleja renuente de esos labios, sube y me quedo en los hermosos ojos color marrón avellana, noto que su respiración esta algo acelerada, su pecho ajustado al mío sube y baja muy rápido, comienzo a sentir un calor que recorre mi cuerpo desde mis pies, mis labios se entreabren y justo solo puedo pronunciar dos palabras. —Adam… Bésame —le susurro y suelto el aire que retenía desde que identifique sus labios. —Yo. — suelta el aire por su boca y humedece sus labios — voy hacer más que eso. Y sucede me besa y yo disfruto del primer contacto de sus labios con los míos, le correspondo el beso y este va cambiando de dulce, curioso y  tierno a uno con urgencia, pasión y que exige más de nuestros cuerpos, no sé cuánto duramos besándonos solo tomamos cortas respiraciones y continuábamos. Luego de quien sabe cuánto tiempo nos separamos, unimos nuestras frentes y me pega más hacia su cuerpo caliente. Sonríe, se  separa lo suficiente de mí para verme con facilidad y me da un beso corto. —Es el mejor beso de toda mi vida —. Sonríe mientras roza nuestras narices. —Sí que lo fue —.Sonrío y se me escapa un suspiro, quiero más. Más de Adam y sus besos. Quiero todo lo que pueda darme. —Vamos. Necesito que estemos en otro lugar, para decirte lo que quiero. Subimos al tercer piso, entramos a la que me indico es su habitación y volvió a colocar seguro a la puerta, estaba nerviosa pero la sensación del beso anterior me tenía flotando y deseando más, ya no somos niños, estamos lo suficientes adultos para saber lo que queremos y nosotros nos deseamos el uno al otro. —Siempre me has gustado Izzy, nunca te lo he dicho porque me mantenía alejado por muchos motivos, pero hoy no quiero dejar pasar esta oportunidad, quiero algo contigo. Quiero que seas mi novia. Mi corazón latía rápido, claro que quiero ser su novia. Así que me acerque a él y lo bese. Ese beso llevo a más, y dispuesta a todo en menos de lo que pensáramos, estamos abrazados entregándonos al momento, perdidos entre las nubes del deseo y pasión. —Espera Adam, necesitas protección, no haremos esto así —. Se detuvo de inmediato con cara de ¿Es en serio?, pero sí que lo era. —Mmm…  No tengo protección aquí, no he traído a chicas a esto. Yo.  Yo —.  Sopeso gesto de circunstancias. Levanto su rostro y me sonrió antes de decirme: —Lo tengo, ya vuelvo —se colocó su ropa y lanzo la sabana sobre de mí ya desnudo cuerpo —. Ninguno entrará, igual cerrare al salir espérame así… como estás — Se acercó y me beso, un beso lleno de promesas, ternura y la ya inevitable atracción —. Ya vuelvo cielo y traeré mucha protección.             Salió de la habitación, mientras me recostaba recordando lo maravilloso de sus manos desnudando y recorriendo mi cuerpo, sus besos deleitándose conmigo. Y así como me lo pidió espere un buen rato pero nada que regresaba, me estaba empezando asustar cuando escuche la puerta abrirse, pero mi cuerpo quedo helado al ver hacia ella. —¿Qué mier…?  ADAM           No podía creerlo, ella había llegado a mi fiesta, yo sólo no la esperaba. Claro que invite a todos, pero no pensé que asistiera. Siento mi corazón latir fuerte y rápido, Izzy, siempre me ha gustado, es que mi vida es típica de niño de padres pudientes, la única excepción es que no soy un engreído, soy amistoso con todos y ayudo al que puedo. Pero para mí ella es diferente, yo estoy rodeado de gente mentirosa, interesada y falsa que solo creen en el dinero y la posición social. Pueden hacer lo que sea por verse lleno de lujos, dinero y obtenerlo sin esfuerzo, sí. Se podría decir que es la típica historia, pero esta podría tener un final muy agradable. Me quedo viéndola fijamente desde mi asiento, esta hermosa como siempre, aunque hoy luce esplendida «Espero se arreglara para mí» mi pensamiento me sorprende, entonces decido que es hora de dar el siguiente paso, ya tengo suficiente edad para vivir lo que quiero y tener una mujer a mi lado digna para ser presentada como la novia de Adam Sancom. Al estar cerca ella me sorprende, llega, me saluda y felicita por mi cumpleaños, me entrega un obsequio. Excepto mis padres, nunca me han traído un obsequio desinteresadamente.  Cada minuto que pasamos conversando me queda más claro que es una mujer extraordinaria y que no debo seguir privándome de ella. Y cuando siento que es la mejor noche de mi vida… Todo se va al caño cuando llega la insípida de Jessica, está loca por meterme en su cama, la chica está espectacular, pero es una mente seca, adoradora de la moda, el dinero y los lujos. Mi madre en realidad no la soporta, sin darme cuenta Izzy se ha ido, convencer a Jessica de que la vería pronto para que me dejara ir no fue nada fácil, aun así, lo logro. Ansioso, le busco por toda la casa y gracias al destino pronto le encuentro, me quedo esperando fuera del baño, me pego a la puerta para ver si la oigo, y asegurarme que no ha salido antes de llegar,  pero nada, hasta que en pocos segundos estoy siendo jalado por el vacio que se crea en el momento que ella decide abrir la puerta de golpe. La tomo por la cintura, su cuerpo cálido agita más al mío, miro sus labios y de repente las palabras más hermosas salen de su boca. —Adam… Bésame —me susurra, sus ojos fijos en los míos y su cálido aliento chocando contra mis labios. —Yo. —suelto el aire por mi boca despacio y humedezco mis labios —Voy hacer más que eso. «Condenadamente que lo haré y no solo eso preciosa» Así nos besamos y claro que fue un beso extraordinario, ella me lo hace saber y yo se lo confirmo en medios de abrazos y suspiros de satisfacción, luego la invito a alejarnos e ir hasta mi habitación. «No engañare a nadie mintiendo, en que desde que la vi llegar, que quiero hacerla mía»  Salgo de mi pensamientos, mientras la veo nerviosa, entonces decido ir a lo seguro siendo sincero. —Siempre me has gustado, Izzy, nunca te lo he dicho porque me mantenía alejado por muchos motivos, pero hoy no quiero dejar pasar esta oportunidad, quiero algo contigo ¡Quiero que seas mi novia! Estoy muriendo por una repuesta positiva, se acerca y me besa, es entonces cuando me siento en la gloria, realmente estaba allí, porque ese beso nos llevo a donde queríamos estar… Entregándonos el uno al otro, robándonos mutuamente nuestro ser. —¡Espera! Adam, necesitas protección, no haremos esto así. — Me detuve de inmediato, por un momento pensé que jugaba conmigo, estaba incrédulo ante su advertencia, pero pronto me centre en su exigencia. —Mmm… No tengo protección aquí, no he traído a chicas acá… Yo…Yo. —Nunca había estado en estas circunstancias en mi casa, claro que tengo sexo, pero siempre fuera de aquí, hoteles, autos y hasta la misma universidad ha servido para ello. Levanto mi cara y le sonrío. —Lo tengo, ya vuelvo… —Me coloco la ropa y volteo a verla «Hermosa, desnuda y en mi cama» no podía perder tiempo debía encontrar algunos condones con los chicos. —Ninguno entrará, igual cerrare al salir, espérame así como estas — Me acerco y la beso — Ya vuelvo cielo y traeré mucha protección —. Sonrío pícaramente por reflejar mis deseos en voz alta y salgo de raudo de la habitación.  Bajo corriendo al segundo piso hay muchas habitaciones ocupadas, así que cuando estoy llegando a la ultima veo salir a Franco vistiéndose «Justo lo que buscaba, él me salvará» —Hermano. Necesito tu ayuda, tienes que darme unos condones —.Me mira alzando las cejas con una sonrisa de burla —Vamos no me des guerra, solo mueve tu trasero y ayúdame. —Está bien, entra, —me señala con su mano la puerta donde ha salido antes— en la mesa derecha hay varios, aunque te advierto que son tallas grandes —. Culmina riéndose, negando con la cabeza me dirijo a la habitación pero me detengo cuando escucho que me grita. —¡Ten cuidado, Adam! No son gratis, todos hemos tenido que pagar por ellos —. Y saca tres paquetes de aluminio de su bolsillo y me lo muestras mientras ríe a carcajadas. «Demonios». Yo sé lo que eso significaba, pero antes de siquiera reconsiderar mi opciones, ya que no abra ninguna, todos los que hayan tenido que obtener protección aquí los reguardaran como oro, soy jalado al interior de la habitación. Una muy sexy, Jessica, desnuda me está matando con la mirada, esto no será fácil, me refiero a salir de aquí, así que me preparo mentalmente y busco mi mejor opción. —Dime que estas aquí por mí, Adam. No que vienes por protección para estar con alguna mujerzuela en esta casa, porque… —levanta su dedo índice derecho, apunta y golpea en mi pecho — Nunca me has permitido quedarme contigo aquí, así que espero una muy buena respuesta. Y aquí es donde entiendo a la perfección el muy famoso dicho: “Tierra Trágame”. «¿Que haré ahora?», no tengo ni la menor idea, pero no puedo tardar mucho o Izzy seguro me matara por muy ángel que sea. Entonces decido jugar con mis cartas en mano, me abalanzo sobre ella y comienzo un camino de besos desde su quijada hasta el cuello, ella se aferra a mi cuello y sus manos recorren desde allí hasta mis brazos, en menos de lo que pienso estoy siendo llevado a la cama, estoy sobre ella, evito sus labios pues no la quiero besar, puede que este mal, pero en el momento es lo que debo hacer, «El fin justifica los medios» me repito mentalmente una y otra vez.  Al sentirme vencido por la situación recorro con la mirada la habitación, me levanto quito mi camisa dejando expuesto mi torso, ella sonríe y se acerca, me despoja del resto de mi ropa y en lo que voy acercarme a tomar unos preservativos ella detiene mi mano y niega mordiéndose el labio «Ni loco, dejaría de ponerme un condón contigo demonia» se que sería lo más estúpido que haría. —Oye, Jess, no pienso estar contigo sin protección, nunca dejo de usarlo —mi tono es cortante y eso lo acepta o lo acepta. —¡Mmm! yo lo sé, tu reputación te preside, pero tengo algunos especiales para nosotros  — Y saca de otra gaveta varios empaques de colores fluorescentes. —Ten este, es de textura —La muy… sonríe y se abre de piernas en la cama. Me acerco y la recorro con mis manos, mientras ella me besa. Continuo con el camino y  mis manos llegan a su feminidad y la consiento, hago que se sienta adorada, la llevo a lo alto, y ella me mira deseosa de más, y es en ese momento donde saco mi última carta. Levanto mi cara y su rostro satisfecho se acerca al mío, pero la detengo besándola en su clavícula, actuando rápido le ordeno. —Aséate y vuelve, te preparare una sorpresa —digo mientras tomo una botella de licor blanco de las tantas que tiene en la mesa de noche. Se levanta de un salto, y cuando ya va entrar en el baño, se voltea entrecierra los ojos y me ve por segundos, levanta su ceja derecha, y sonríe de medio lado, ese tipo de sonrisa malvada «Diablos, me atrapó, no es tan estúpida» —No juegues conmigo, Adam, me asegurare que estés aquí cuando vuelva —, se agacha y toma toda mi ropa «Maldición, perra astuta» —. Vuelvo en un parpadeo — y se va contoneando sus caderas, perdiéndose en el baño. Decidido y firme continúo con mi plan, no me quedare aquí esperando que salga cuando puedo estar en los brazos de mi novia. «Izzy, que hermosa es» una sonrisa nace mientras me quedo mirando a la nada «Sí y te está esperando estúpido muévete» me grita mi consciencia. Corro a la gaveta que anteriormente dejo abierta Jessica, saco un condón para no levantar sospecha, giro viendo opciones para salir hacia mi habitación, ya que me encuentro desnudo, así que tomo la sabana y con la protección en mis manos me desaparezco de esta habitación corriendo hacia donde se encuentra Izzy. «Ya voy mi Izzy».