CAPITULO 1

1718 Words
PASADO Después de una larga noche, llegaba al lugar de trabajo, había bebido alcohol hasta tarde para ver si podía olvidar mi decepción amorosa. Después de jurarnos amor, de decir que nos íbamos a casar el simplemente prefirió acabar todo con el cuento de que quería estar solo por un tiempo, me había enamorado tanto que sentía morir. Siempre me preguntaba porque las cosas en el amor no se me dada, ¿Sera que yo soy la que hace algo mal? Pero si entrego todo de mí, ¿Por qué suelen mentirme, dejarme o simplemente usarme? Estaba cansada de ese ciclo en mi vida, era como si estuviera atrapada en un bucle del cual no podía salir, aquella noche me acorde de todos mis amores fallidos. Desde el primero hasta el de ahora, ya no se cuantas veces me han lastimado y yo todavía me sigo entregando como una tonta. - ¡Vengan a mi oficina!- La voz de mi jefe me saco de mis pensamientos, nos reunió a todos para darnos una noticia. - ¿Qué pasa jefe?- Pregunto uno de mis compañeros. - Me han informado desde la central que serán trasladados a otros puntos, están haciendo rotación de personal- ¿Qué? No podía creer, desde que comencé a trabajar en la compañía no había ido a otro punto que no fuera ese, ahí estaban todos mis compañeros y estaba Kevin mi compañero de rumbas. - ¿Para donde nos enviaron jefe?- Pregunte con un poco de miedo. - Tú y Kevin van juntos para el mismo punto, el señor Rodríguez se queda acá y Luz va para otro punto- Sentí un gran alivio cuando supe que Kevin y yo iríamos para el mismo punto. - ¡Quedamos juntos mona!- Me dijo también emocionado Kevin, no solía llamarme por mi nombre si no así ¨Mona¨ - ¡Hasta aquí nos vemos muchachos pórtense bien, no causen problemas sobre todos ustedes dos Kevin y Cristal- Ambos nos quedamos mirando asombrados por el comentario del jefe y solo nos echamos a reír. Salimos de la oficina y nos fuimos a nuestros puestos de trabajo, a mí me comenzó la ansiedad, me caracterizaba por no ser una persona tan sociable, me costaba mucho entablar relaciones con la gente, no digo que no lo hiciera, pero siempre me costaba mucho hacerlo. Esa noche después de llegar del trabajo, tomar un baño, ponerme ropa cómoda para dormir, me tire en la cama y mi mente comenzó a maquinar, los nuevos cambios que venían para mí, lo único que no me imaginaba era que serian tremendos cambios, y que después de la llegada a ese nuevo lugar mi vida cambiaria completamente. … Ese día me levante mas temprano de lo normal, siempre me pasa cuando voy a experimentar algo nuevo, casi nunca puedo dormir, me levanto antes de que suene la alarma y llego a los lugares demasiado temprano de la hora que se me indica. Llegué nerviosa, era un lugar mas grande de lo que imaginaba, había mucho más puesto que en la sede en que yo solía trabajar, a lo lejos vi que hacia mi se acercaba un señor con una la gran sonrisa. - ¡Mucho gusto! Me llamo Alfredo Páez y soy el encargo de esta sede, ósea tu jefe… llegaste más temprano que el resto eso quieres decir que te gusta la puntualidad- Yo con una sonrisa asentí. - ¡Vamos! Sentémonos en aquella mesa, para esperar a que lleguen el resto, vienes de una sede más pequeña ¿Cómo te sientes viendo que esta es más grande y será más trabajo? - Daré lo mejor de mí, no se preocupe… - ¡Eso me gusta! Espero llevarnos bien. Mis demás compañeros iban llegando uno a uno, pero me estaba colocando mas nerviosa al ver que Kevin no aparecía por ningún lado. - ¡Disculpe! Señor Páez… ¿Kevin no ha llegado? Es el chico que vendría de la otra sede conmigo. - ¡Oh¡ no te dijeron el tiene otro horario. El segundo turno…- ¿Qué? No podía creerlo, estaría sola, sin conocer a nadie en ese turno. Todos fueron tomando asiento y para ser sincera me sentía como una mosca en leche, veía que muchos de los que llegaban ya se conocían, ya sea porque habían trabajado juntos en otras sedes, o por los eventos que se realizaba en la compañía. A lo lejos lo vi llegar a él. Al que en un futuro seria mi perdición, venia caminando de una manera imponente, con esa presencia que muchos envidiarían, alto, con un cuerpo esbelto, una cara tallada por los mismos dioses, cabello rubio como el oro y unos ojos azules como el cielo. Debo confesar que, en ese mismo momento, me pareció demasiado engreído, y me pregunte ¿Qué se cree este tipo? ¿Dónde cree que esta? Debe ser un arrogante, así que debo mantenerme alejada de él. Se puso al lado mío, me miro de pies a cabezas, y yo me sentí intimidada, aun no creía que fuera tan hermoso, pero tan engreído a la vez. - ¿Todos se conocen no? - ¡Lo siento! Yo no conozco a ninguno de mis compañeros- Dije con bastante vergüenza - ¡Cierto! Tu entraste a la sede en que estabas y no te rotaron, bueno te los presento ellos son tus compañeros espero que se lleven bien… ahora en el tablero de noticias esta su horario, puestos de trabajos, compañeros y todo lo que necesitan saber. Todos asentimos y nos dirigimos a donde el jefe nos había indicado, para mi mayor sorpresa, aunque, no se si decirlo así, o debería decir para mi mala suerte, mi compañero era él, el chico sexy de ojos hermosos, pero demasiado arrogante. - ¡Parece que nos toco juntos! Espero que nos llevemos bien… - Me dijo con una sonrisa picara que en ese momento me hizo mas que desearlo fue odiarlo. Rogaba porque Kevin apareciera… ¿Dónde se había metido este chico? ¿Por qué el jefe no nos dijo que nos tocaría en la misma sede, pero en diferentes horarios? No podía creer que, en mi primer día, ya me sienta tan ansiosa. Cuando sentimos ansiedad se producen cambios en la forma de pensar y de sentir, tendemos a verlo todo negativo e imaginar que van a ocurrir desgracias o cosas desagradables. Todo esto aumenta aún más la ansiedad. Por eso siempre trataba de distraerme, pero había cosas que realmente no podía evitar, durante mucho tiempo fui una niña que sufrió por su apariencia física, por no ser aceptada en el grupo de compañeras de escuela, cuando alguien se enojaba siempre pensaba que había sido yo la del problema aun cuando ni yo había tenido la culpa. Me gustaba siempre leer sobre la ansiedad y la depresión, ya que, aunque no me habían diagnosticado con estas dos enfermedades, porque siempre trataba de ser alegre, y de guardarme las cosas para mí, las sufría en silencio, solían darme ataques de asma, cuando sentía que iba a perder a alguien, solía llorar largas noches porque no tenia un cuerpo esbelto, y no era como las demás. Es que es muy difícil para las personas con trastornos de ansiedad aprender a controlar los miedos o preocupaciones recurrentes como, por ejemplo, la salud o la situación económica, y con frecuencia tienen una sensación constante de que algo malo está por suceder. - ¿Estas muy pensativa?- Sentí que me preguntaron, así que me sacaron de todos esos pensamientos que ya iban a comenzar a invadir me cabeza. - ¡Lo siento! Me cuesta mucho adaptarme a los nuevos lugares, así que me siento un poco ansiosa y nerviosa, Además que pensé que me tocaría junto con mi compañero Kevin y resulta que estamos en turnos diferente. - ¿Es tu novio? - No, solo es mi compañero y a el único que conozco- No sabia porque el chico sexy me estaba tratando de meter conversación, pero como ya había dicho me cuesta socializar, siempre había sido de pocos amigos, aunque pudiera hablar con todo mundo, mi circulo de amistad era demasiado pequeño. Paso la mañana sin novedad alguna, para mi suerte hubo mucho flujo de clientes y no tuve tiempo de pensar en nada mas que no fuera el trabajo, había llegado mi hora de break y hacía unos minutos atrás me había dado cuenta de que Kevin ya había llegado. Sali corriendo a saludarlo, me alegraba verlo, porque por lo menos ya no estaría mas sola. - ¡Hola! ¿Por qué no me avisaste que te habían cambiado de turno? No sabes lo nerviosa que estaba, no conozco a nadie acá, y mi compañero es un completo imbécil… - ¡Me entere tarde! Pero no seas dramática, en algún momento nos iban a trasladar así que has nuevos amigos- Me dijo con una gran sonrisa, Kevin desde el día uno que había llegado a trabajar me acogió como una hermanita menor, todo lo hacíamos juntos, eran una de eses relaciones de amigos que se contaban todo y podían hablar de todo. - ¡Te digo que mi compañero es un total imbécil! ¿No me escuchaste? Aunque no puedo negar que esta guapo, y que es demasiado sexy. - Viste, por lo menos algo ha de tener… ¿Quién te toco? - Un tal Andrés… tiene el cabello rubio como el oro, es alto, fornido, unos ojos azules como el cielo… podría solo tirarme a sus brazos si no fuera tan tonto… - ¡Cuidado con él! - ¿Por qué? Si lo dices así me asustas…- No entendía porque me lo había dicho tan serio, Kevin siempre tenia una sonrisa para todo, aunque era demasiado guapo, no era mi estilo y tenia su esposa y su hijo, aunque tuviera problemas en su hogar. - ¡Tiene mujer! y la mujer esta ya que da a luz, él es la sensación de la compañía, claro no mas que yo… - Me dio una sonrisa y me despeino el cabello como siempre solía hacer, esa caricia que se le hacen a los gatos o cualquier animal. - Tranquilo que nada va a pasar- Le dije con una gran sonrisa y me fui a tomar mi descanso. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD