Me despierta de mi letargo y me trae bruscamente de regreso a la realidad. Le hallo en cada rincón de manera involuntaria, respira en mi nuca y de manera suave llega a mis labios sin que me de cuenta. Es raro, travieso, un sueño involuntario que en la realidad se convierte en los colores de mis pinturas. Está él. En cada una le hallo de manera secreta, está ahí mirándome, diciéndome que caiga en sus brazos de manera irremediable y me deje llevar por las promesas de amor. La tentación de sus labios es cada vez más difícil de soportar, su suave piel teñida por el sol parece un dulce caramelo que mi lengua quiere probar. Su voz tierna y delicada parece un arrullo de ángeles que abrigan en la noche y sus movimientos apenas perceptibles parecen premeditados con el fin de seducir. No

