Ella pestañea varias veces, y cuando el lanzo la puerta la pelirroja dio un respingo. Lo vio rodear el coche y a juzgar por la expresión que tenia se notaba que estaba furioso. Ella aplana los labios cuando él ingresa en el coche sin decir una sola palabra.
Al cabo de varios minutos, Bastián estaciona el coche frente a una de las clínicas más caras de la ciudad. Sin argumentar una sola palabra, como lo hizo en todo el camino se baja del coche, luego le abre la puerta a ella.
—Vamos… —le dice seriamente.
Ella obedece.
Ambos entraron en el edificio y se dirigieron inmediatamente hasta una oficina, ella miró para todos lados hasta que Bastián la hizo entrar en aquella oficina.
Al cabo de algunos minutos, Adriana fue llevaba para el consultorio de un prestigioso ginecólogo. Ella se quitó
