(+18) Sociedad Rossé - Amor, Muerte o Poder

-En el portafolio de nuevas candidatas existen posibilidades muy llamativas- dijo Margaret, abriendo en la pantalla de pared para Eilé dicho portafolio desde tu tablet, la puerta se abrió, la esclava Jessy gateaba hasta su Ama, con la cabeza gacha y su cuerpo apenas cubierto con una pequeña tanga negra, usaba su cadena de zafiros y diamantes en el cuello y su cabello azabache tocaba el suelo de lo largo que lo llevaba. Se sentó a los pies de su Ama, como lo haría cualquier cachorro, Eilé acarició su cabeza, como haría cualquier dueño de un cachorro. 8 fotografías de hermosas mujeres se descubrieron en la pantalla. Cada una distinta a la otra pero con cosas en común, como el dinero. -Azucena Torreal, 19 años, hija del empresario Martín Torreal, forma parte de la Familia de la Realeza Española desde que se casó con la Duquesa de la Alcudia, prima segunda de la Princesa Eleonor. Una hermosa española de facciones marcadas, cabello oscuro -como bien se sabía, le gustaban a la Presidenta- y tetas muy grandes, su nariz era recta y sus labios muy anchos y por un segundo Eilé dejó de acariciar la cabeza de su esclava, mientras esta le reclamó atención con un pequeño sollozo, ganandose un manotón en el hombro que le hizo saber, se fuese de inmediato. Jessy salió moviendo su culo de lado a lado y hasta que cerró la puerta detrás de ella, no le hizo señas a Margaret que siguiese. -Por favor, continúa- pidió con educación. -Lorenza Bontelli, 18 años, hija del político italiano Alessandro Bontelli, dueño de 8 viñedos con procesadoras de exportación. Sus vinos se han expandido a 74 países actualmente. Una italiana de ojos celestes, nariz prominente y muy bronceada con el cuerpo hecho con cirugías pero innegablemente hermosa, tenía los dientes muy blancos y usaba oro en el cuello y en las orejas. -Kim Han, 19 años, hermana menor del actual Embajador de Corea del Norte en Canadá. Una delgada chica asiática iluminaba con una enorme sonrisa, tenía el cabello rubio casi blanco y llegaba hasta debajo de sus nalgas, su pecho era pequeño. Eilé se quedó pensando por un momento… Nunca había tenido experiencias con una asiática a decir verdad. -Sigue- instó a Margaret. La afroamericana se apresuró un poco con nerviosismo, los ojos grises de la Presidenta siempre la incomodaban con demasía, quería acabar su presentación para salir de ese trabajo con el que debía de cumplir cada 3 meses sin demora.  -Anastasía y Ekatelina Moskrov. 20 años. Hijas del recientemente fallecido Lecron Moskrov, dueño de una cadena hotelera en Rusia con 12 sucursales. También conocido por ser m*****o de Bratva- Eilé la miró con curiosidad y ella sin dudar bajó la mirada. Las dos albinas de ojos verdes esmeralda tenían tantas similitudes que era casi imposibles identificarlas, hasta que notabas que una usaba un pequeño collar con la letra A y la otra llevaba la letra E. Tan típico de las adolescentes hoy en día. -Margaret- dijo Eilé y la nombrada aguantó la respiración alzando la mirada hacía su jefa- Ven acá, por favor- pidió con amabilidad y no le quedó otra que obedecer, sólo Dios sabía lo que le ocurriría a la que la ignorase. -¿Sí, Presidenta?- dijo estando frente a ella mientras su superior se acomodaba en el asiento presidencial que usaba, la miraba con burla y una pequeña sonrisa llena de maldad. Su cabello dorado estaba suelto como casi siempre y cubría más allá de su escotado busto, hasta incluso su cintura, Eilé abrió las piernas sin decir una palabra y Margaret sabía lo que vendría a continuación. Soltó la tablet en manos de su jefa mientras ella le sonreía y se arrodilló, apartando la larga falda color vino que Eilé llevaba y viendo su depilado coño sin ropa interior, con el clítoris inflamado y jugoso.  Margaret hundió la cabeza en la v****a de Eilé y empezó a darle sexo oral, mientras esta como si nada seguía viendo las fotografías en la tablet sin mirar a la gran pantalla, cerrando los ojos cada tanto de placer o soltando suaves gemidos que animaban más a la Inferior. Una mujer en especial de las que no había mencionado aún llamó su atención, abrió su fotografía y la miró con curiosidad.  Xandria Hill. Era de prominentes curvas sin ser gorda siquiera, su cabello era color chocolate, liso y hasta sus nalgas. Tenía el ceño fruncido en la fotografía, algo le decía a Eilé que ella no había autorizado la toma de esa foto. Se notaban unos cuantos tatuajes, tan osados y atrevidos como la dueña y aunque no fuese muy común miembros de la Sociedad Rossé tatuadas antes de entrar, era el nuevo siglo y todo se valía, según la perspectiva de la Presidenta. Usaba ropa deportiva y se veía que transpiraba un poco, como si acabase de salir de entrenar.  A Eilé se le hizo agua la boca mirar los senos, la pequeña cintura y el enorme y gordo trasero de esa mujer de la fotografía. No le importaba quién fuese, quería tenerla ahí. Sus ojos eran violetas, muy peculiares y extraños, pero tan profundamente cautivadores detrás de esas gruesas pestañas que Eilé cerró los ojos y los imaginó, imaginó que era Xandria quien ahora estaba lamiendo su v****a y mordisqueando su clítoris. Hundió la cabeza de Xandría debajo de su falda, haciendo que lamiese con más alebosía robandole un explosivo orgasmo que la hizo acabar a gritos. Tardó un poco en reaccionar, mientras su coño era comido y pequeños mini-orgasmos la atacaban, era Margaret, con su piel oscura, cabello corto y cuerpo masculino aunque con muy buenas piernas y nalgas, la que salía de su interior, con la cara brillante por los jugos a los que no pudo llegar con su lengua, estaba agitada, casi tanto como Eilé, sólo que sin la decepción que aquella sentía. -¿Lo hice bien?- preguntó esperanzada Margaret. En cambio, la Presidenta le hizo una seña para que se levantara, ella lo hizo sin dudar, sabía que era así. Todas lo sabían. -¿Quién es ella?- miró a la gran pantalla la fotografía que la había hecho fantasear con tanta lujuría, Margaret tomó la tableta con sus manos y leyó en voz alta: -Xandría Hill, sus padres, los doctores Marcus Hill y Malageta Hill fueron los fundadores de MEDITECH, un gigante en la farmacéutica actualizada que maneja EE.UU hoy en día. -¿Por qué me suena ese apellido?- preguntó con intriga -Por su hija mayor, Marilyn Hill, nuestra actual m*****o, ella y sus padres acaban de morir hace un par de días en un accidente aéreo, Xandría fue la única sobreviviente de la familia. -¿Quieres decir que de los Hill es la única que queda? -Así es, es brillante. Una alumna de cuadro de honor aunque tiene un pésimo comportamiento, sin embargo es alabada por todos sus maestros quienes se han adaptado a su humor n***o y pésima actitud. Si me pregunta, Presidenta, sería el desperdicio de un cupo el aceptarla y no creo que-- -Gracias, Margaret, puedes retirarte. Creo poder terminar esto sola- dijo acallandola mientras se ponía de pie y le arrebataba la tableta.  Margaret salió con la cabeza gacha y cerró la puerta con sutileza detrás de si. Un potro salvaje, sería todo lo contrario a su hermana, tan fácil de domar. Recordaba con exactitud quién era su tutora, la Superior Kreysel Lomsie. Eilé se sonrió ideando un plan mientras miraba los ojos violetas de Xandría y se imaginaba con se sentiría castigar esa lechosa piel suya.