Una limpia Jessy salió en cuatro patas del baño, su cabello goteaba aún y tocaba el suelo con las puntas mientras ella se mecía, Xandría estaba acostada desnuda a lo largo de la cama, con la cabeza sobre las piernas de Eilé, quien observaba embelesada el nacimiento del fino cabello de Xandría, cuando sintió a su mascota a su lado, hizo un movimiento de upa al ver los ojos saltones y llorosos de la tonta perrita y Jessy se alegró cuando le permitió subir a la cama. Xandría miraba a Jessy con burla, a sabiendas de lo débil que debía ser su espíritu para aceptar vivir de esa manera, tan humillante. En cambio era Jessy la que le devolvía el gesto, a sabiendas de que, si no fuese por el estúpido sorteo, jamás tocaría la cama de su Señora. Eilé movió sus piernas para separarlas sin mover la ca

