-Jessy, a tu cama- ordenó la Dominante y la cachorra muy celosa se retiró a su decorada cama de perros, era rosada y tenía su nombre bordado, Xandría cerró la boca antes de que la Presidenta la viese cómo miraba a la chica-mascota, Eilé concentró su vista en ella, usaba una bata delicada y nada más sobre su cuerpo, la noche era demasiado fresca y Xandría añoro los días en los que se acostaba en su cama con nada sobre su cuerpo, pero por decisión propia, ahora era más una obligación. Se acostó al lado de la señora, como se le ordenó. No encontraba comodidad y menos aún bajo la intensa mirada de la Presidenta, y es que Eilé no podía dejar de verla, después de todo, por fin la había tenido y como tanto deseaba. Su mano arropó uno de los pechos de Xandría y empezó a quedarse dormida sintiendo

