-¿Qué?¿Quiere qué…- Xandría no sabía que hacer y Eilé se estaba divirtiendo a costillas de eso, tragó grueso viendo cómo la señora se encogía de hombros y se sentaba en su silla presidencial para tener, según ella una mejor vista. Eilé suspiró y vio la cara de la chica que hace unos minutos la había tratado de humillar, metió la cabeza dentro de su entrepierna y empezó lamiendo la zona enrojecida por los golpes, las manos de Carlota se enterraron en su cabello, llena de placer, la oji-violeta se sintió animada y abrió con una mano su coño para meter la lengua en él, probando el sabor extraño que inundaba su boca pero al que parecía dispuesta a aceptar. Su mano viajaba por la rayita en un vaivén que parecía agradar, su lengua se metió de lleno con ese botoncito mágico que todas tenemos y q

