Moscú, Rusia.
Lujos, dinero, poder, terror, todas palabras que podían ser perfectamente mezcladas con la familia Kadyrov. La sem ́ya más importante de todo el país ex soviético que desde hacía varios años llevaba presionando a Lukyan para terminar de una vez por todas con el legado de Egor Kuznet, su padre. Sus rivalidades tenían un claro fundamento, el odio de una organización por otra y el deseo de que no hubiera uno más grande que él. La enorme Rusia no podía ser controlada por dos personas, ni mucho menos tener dos Glavnny.
La imponente Doma (Residencia) de los Kadyrov era gigante, una enorme construcción de piedra y mármol construida a las afueras de Moscú a más de cinco kilómetros de la zona poblada más cercana y una de las zonas más seguras de todo el país. Sus imponentes ventanal
