IV-5

2027 Words

Me encuentro en posición de afirmar que, ciertamente, él lo había adivinado. Tengo la certeza, por distintas razones, de que Peter Ivanovitch se había abstenido de aludir a la presencia en Ginebra de estas damas. Pero Razumov lo había adivinado. ¡La muchacha confiada! Razumov recordaba cada una de las palabras pronunciadas por Haldin. Eran como fantasmas que lo acechaban, imposibles de exorcizar. Las más vívidas de todas eran las que se referían a la hermana. La joven existía para Razumov desde entonces, aunque no la reconoció a primera vista. La observó mientras se acercaba con Peter Ivanovitch, incluso cruzó una mirada con ella. Había respondido, como era inevitable para cualquiera, al armonioso encanto de su persona, a su fuerza, su gracia y su serena franqueza, y acto seguido había apa

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD