bc

Martinis, amor y estacas

book_age16+
386
FOLLOW
1.0K
READ
one-night stand
drama
bxg
humorous
vampire
city
betrayal
secrets
supernatural
seductive
like
intro-logo
Blurb

Luego de que su novio rompiera con ella, Brisa Pizarro, solo quiere una cosa y es distancia de cualquier sentimiento que se asemeje al amor.

Pero cuando su mejor amiga Débora Cabrera la desafía a jugar con dos jugadores en el campo de los coqueteos, ella no tarda en aceptar.

Claro que ni ella, ni Débora conocían los secretos que Luc y Yael escondían.

Lejos de ser solo los apuestos dueños de uno de los bares más concurridos de la ciudad, estos dos hombres son en realidad dos vampiros con su propia apuesta.

Ellos solo querían divertirse un rato conquistando a la primera mujer en cruzar la puerta, pero no esperaban que Brisa llegará provocándoles una sed terrible, que solo saciarían con su AB- .

Ahora las apuestas estaban hasta el cielo y los secretos no dejaban de amenazar con destruir todo a su paso.

Así que toma tu bebida y di: Salud, porque dicen que con alcohol los problemas son menos.

chap-preview
Free preview
1
Brisa     Dicen que el amor nos despierta muchos otros sentimientos y aunque hace mucho tiempo estaba segura de que serían sentimientos como: la ternura, la empatía o incluso la generosidad, ahora estaba comprobando que eran todo lo contrario. Mientras escuchaba a Jerry, mi novio, inventar una excusa tonta para dejarme, solo podía sentir: ira, rechazo y unas inmensas ganas de golpearlo. Es que, habíamos estado juntos durante cinco años, en los cuales no solo nos habíamos apoyado, sino que habíamos planeado un futuro juntos. Futuro que se cancelaría. —¿Quieres calmarte? Solo estoy pidiéndote un tiempo. —¿Y a él le parecía poco? —¿Un tiempo? Claro, tómate todo el maldito tiempo del mundo, grandísimo idiota. Lo único que quiero saber, es ¿Por qué no lo pediste antes de que fijáramos la maldita fecha? Estábamos a cuatro meses de nuestro casamiento, a cuatro malditos meses y ahora él quería tomarse un tiempo. Había lidiado con la loca inconformista de su madre, quien creía que no era suficiente para este jodido mimado, aceptando muchas de sus sugerencias, por qué el día que se supone que sería el más feliz de mi vida, sería en realidad el suyo. —No planeaba sentirme tan asfixiado, pero estos tiempos han sido difíciles para mí. —Ya me imagino cuan difícil habrá sido. —¿Difíciles? Tú siempre tenías que trabajar, era yo quien lidiaba con la loca de tu madre… —Ella no está loca. —¡Cállate Jerry! No puedo creer que pasara por un maldito infierno y ahora me pidas un tiempo. Dime algo, ¿Quién hablara con todos los invitados? Porque yo no pienso hacerlo. —Brisa, creo que ambos podemos enviar un correo a todos explicando lo sucedido. —lo observé, resistiendo las ganas de llorar que sentía y en su lugar preferí reírme. Me reía de lo tonta que fui al creer que él sería el hombre indicado para mí, me reía de lo que todos pensarían al leer la supuesta explicación que enviaríamos y me reía de su maldita desfachatez al venir a decirme esto y esperar que mantuviera la cordura. —¿Y qué les diríamos, Jerry? ¿Qué el novio necesita tiempo porque no tuvo los pantalones de dejarme antes? —Brisa, estás actuando como una persona inmadura. —Esto era el colmo, él no pudo decirme algo como esto. —¿Quieres ver cuan inmadura puedo ser? Tomé varios de los adornos ridículos que su madre había insistido en traer a nuestro apartamento y comencé a arrojarlos hacía él. La mayoría de ellos fracasaba, ya que las lágrimas nublaban mis ojos, impidiendo que mi puntería fuera la de siempre. Sin embargo, algunos acertaron, provocando que esté no dejara de quejarse. —¡Brisa, detente! No estás actuando correctamente, esto se parece más al berrinche de una niña. —¡Fuera de aquí! ¡Quiero que te vayas! —no deje de lanzarle cosas, necesitando desahogarme. — No puedo creer que haya perdido cinco años de mi valiosa vida con alguien como tú. —Brisa, ya pará. —Cinco Jerry, cinco años en los que creí que te importaba, en los que te di lo mejor de mí. ¿Acaso me merezco esto, maldito cobarde? Seguí con mi ataque de ira, aventándole todo lo que aparecía a mi alcance, hasta que empezó a caminar hacia la puerta. —¡Estás loca, Brisa! Será mejor que te hagas tratar. —¡No estoy loca! — salió por la puerta, cerrándola detrás de él, justo en el momento en el que había tomado un par de peces de vidrio que mi abuela me había regalado. —Si estoy loca, si lo estoy. Me deje caer en el suelo frío, sintiéndome completamente miserable. A pesar de que habíamos tenido problemas antes, nunca creí que pudiera hacerme esto. ¿Él en verdad esperaba que reaccionará bien? Estaba tomando mi corazón y con él, cada recuerdo que hemos vivido en estos años juntos y rompiéndolo en mil pedazos. No solo estaba terminando la relación, sino que también estaba terminando con todo lo creía saber sobre las relaciones. ¿Quién termina una relación cuatro meses antes del casamiento? Además, ¿Qué significa eso de necesito tiempo? Si amas a alguien, no necesitas ningún tiempo, solo quieres tenerlo a tu maldito lado. Sintiéndome devastada y con el autoestima por el suelo, necesitaba hablar de esto con alguien y solo había una persona que me escucharía sin juzgarme. Me puse de pie y caminé hasta la mesa, abriendo mi cartera, buscando dentro de está mi teléfono y finalmente, marcando el número de Débora, mi mejor amiga. Ella respondió, luego de solo cuatro tonos, algo que agradecí. —¿Qué cuentas? Te juro que parece que me hubieras leído el pensamiento, estaba a punto de llamarte. — comenzó a hablar, tan despreocupada como siempre. — Nunca imaginarás quien se apareció por la heladería hoy, fue Tom. Cuando lo vi, me quedé congelada, lo que es irónico considerando que trabajo en una heladería. Ella comenzó a reírse de su propio chiste y seguro en otro momento la hubiera acompañado, pero ahora no podía hacerlo. —Jerry terminó conmigo. — dije y sorbí mi nariz, antes de volver a llorar. —¡Oh mierda! ¿Estás jugando? Ese idiota no pudo dejarte ahora. ¿Qué te dijo? ¿Te dijo algo? —no pude responder, ya que no tardó en volver a hablar. — ¿Sabes qué? No importa, ya estoy yendo para tu casa. —Gracias. —Agradéceme cuando golpe a ese idiota. No puedo creer esto, tú solo espérame, llegaré en veinte minutos. Dejé el teléfono sobre la mesa y me pare en mitad de la sala a observarlo todo. Tal vez Jerry tenía razón y estaba loca, porque a donde sea que mirará, veía adornos destrozados.  Los pedazos de vidrio y cerámicas esparcidos por doquier, no hacían sino volver a llevarme a recordar el porque estaban ahí. Cinco años tirados a la basura, cinco años luchando por un futuro que nunca tendríamos, eligiéndolo sobre todos los demás, para que ahora necesité tiempo. ¿Cuántas veces había necesitado también un tiempo? De él, de su madre, de sus tías, de los problemas, pero no sé lo había pedido. No, yo había seguido adelante por amor, amor que no veía en él. Cuando el timbre sonó, sabía que se trataba de Débora, por lo que no tarde en correr y abrir la puerta. —¿Qué demonios pasó aquí? ¿Hiciste una fiesta y no me invitaste? — preguntó, tratando de evitar el desastre en el suelo, pero cuando levantó la mirada y me vio, vino hacía mí, sin importarle crear aún más desastre, del que ya había. —Mira cómo estás, no llores, ese idiota no lo merece. —Es que no lo puedo evitar, no lo vi venir. —Ven, vamos a sentarnos. —me guió hasta el sillón, como si estuviera herida. —Dime con detalles qué sucedió. —Cuando Jerry llegó del trabajo me pidió que hablemos, creí que era algo sobre la boda, pero en su lugar solo me dijo: “Brisa, creo que no estoy listo para esto, necesito un tiempo para pensar.” ¿Tiempo para pensar? Tuvo cinco años para hacerlo y lo hace a tan poco tiempo de la boda. —Tranquila, por un lado es mejor que lo haya hecho ahora y no cuando ya estén casados. Al menos te ahorras el papeleo. —Lo sé, pero me duelen la cantidad de años juntos. —Brisa dime algo, ¿Estabas en verdad enamorada de Jerry o solo estabas con él por costumbre? Si lo pensaba bien, no creía seguir enamorada de él, pero no quería darme por vencida, odiaba fracasar. —Ya no lo sé, creo que ya no era amor, ya no sentía esa emoción de antes, pero aún así me duele. Aunque ahora no sé si me duele el corazón o el orgullo.  —Mejor no pensemos en eso, pensemos en ti y en que desde hoy serás una nueva mujer. Una mucho más segura y confiada. —No siento ninguna de esas dos cosas. —Pero lo harás, vamos, ve a darte un baño que prepararé algo de ropa para ti. —Debbi, no quiero salir, acaban de dejarme. —¿Y porqué tenemos que vivirlo como algo triste? Nada de eso, vamos a disfrutar que vuelves a la soltería. Que se pudra Jerry y sus tiempos, esta noche nos divertiremos. El alcohol no sonaba mal, de hecho, la idea de perderme en él y olvidar, me parecía tentadora. Y mientras evaluaba mis opciones, prefería eso, a quedarme llorando en mi habitación. —Tienes razón, a la mierda Jerry, a la mierda todos los hombres y el amor, no quiero saber nada de ninguno. —Genial, ahora mueve tu trasero. Hice lo que me pidió y caminé hacia el baño de mi habitación, aquella que compartía con ese sinvergüenza, pero eso cambiaría desde hoy. Débora tenía razón, no iba demostrarle que me lastimó, ahora me iría a festejar que me libre de él y de su maldita madre.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

El regreso de Mate traicionada

read
17.6K
bc

Mi Crush es un Alpha

read
14.0K
bc

El Alpha

read
196.0K
bc

Beta, estás loco

read
89.0K
bc

Emparejada con el Alfa Bestial

read
33.7K
bc

La hija de la Diosa Luna

read
8.8K
bc

Blood Mates

read
7.4K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook