Prólogo
Me llamo Deisy Monserrat, siempre me he destacado por ser una buena estudiante. He ocupado el primer puesto de forma consecutiva desde siempre. Eso ha hecho que todos mis profesores y mis padres tengan una gran expectativa de mí. Actualmente estoy cursando mi último año en la escuela, me considero una persona inteligente y dedicada, gracias a eso he logrado conseguir una beca completa para estudiar en una de las mejores universidades de Buenos Aires.
Debo resaltar que cuando inicio algo, lo termino sin importar nada. Es por eso que me concentré por años en ser la mejor de la escuela para conseguir esa beca, también he tenido que conseguir diferentes trabajos de medio tiempo, ya que mi familia y yo no somos ricos, sino que pertenecemos a la sociedad media, nuestros ingresos nos han permitido sostenernos, aunque no les voy a mentir, ha habido momentos donde hemos tenido que ser muy recursivos.
Mi madre es ama de casa y mi padre es un ex militar, luego de su accidente en una de sus misiones donde casi pierde su audición, tuvo que regresar a casa y dedicarse a trabajar como guardia de seguridad en uno de los centros comerciales de Roma para poder darnos nuestro sustento.
He trabajado como niñera, repartidora de pizza, profesora de dibujo, entre otros trabajos con el fin de ahorrar todo el dinero que más pueda para poder sostenerme por mi cuenta. Me gusta ser independiente y eso me enorgullece, al igual que a mis padres.
Mi vecina Mary Anne es un encanto, llevo trabajando para ella desde que tenía doce años limpiando su jardín y cuidando a su perro Tom, han pasado cinco años desde entonces. Todos los viernes mis padres y yo cenamos con la abuela Mary, desde que trabajo para ella me ha permitido llamarla abuela, ya que ella nunca tuvo esposo ni hijos.
Siempre fue una mujer solitaria y eso me parecía algo triste, así que solía venir muy seguido no solo para trabajar para ella, sino para que también para hacerle compañía.
La idea de postularme para una beca completa en Argentina fue por ella, siempre me contaba historias hermosas de cuando era joven y vivía en su país natal. Sus historias hicieron que me encantara ese país, es por eso que hable con mis padres sobre estudiar en el extranjero, nunca había salido de mi país y menos sola, pero la abuela Mary fue quien los convenció de dejarme ir. El trato entre mis padres, la abuela Mary y yo, era que la abuela Mary se iría a vivir conmigo, a su antigua casa para yo poder continuar mis estudios.
Tengo tantas ansias de que este año termine para poder por fin estudiar diseño, me apasiona dibujar, especialmente joyería, algún diría me gustaría poder ser la dueña de una de las más grandes joyerías del país.
Mis padres y la abuela Mary siempre me han apoyado en mis decisiones, aunque apenas tenga diecisiete años, he sido muy centrada con lo que deseo para mi vida. No me he visto envuelta en ningún tipo de problema, siempre he sido una estudiante ejemplar, al igual que una buena hija.
Ya han pasado seis meses, me he graduado como la mejor estudiante y he recibido honores por eso. Hoy por fin viajare para empezar mi nueva vida como universitaria y quizás encontrar al amor de mi vida.
- Deisy apresúrate, debes llegar pronto al aeropuerto o perderemos el vuelo – dice la abuela Mary.
- ¡Un segundo! – grito desde mi habitación.
- ¿Qué hizo que te demorarás tanto? – dice mi madre apenas me ve bajando por las escaleras.
- Lo siento, no encontraba mi teléfono – dije excusándome.
- Vamos, ya todas las maletas están en el auto. Debemos irnos – dice mi padre.
- ¿Qué estamos esperando?, andando – dice mi madre saliendo de la casa.
El aeropuerto está a treinta minutos de distancia, nosotros vivimos en la gran ciudad de toda Italia, Roma. Así que el trayecto al aeropuerto es un mini viaje. Toda mi vida he vivido aquí con mis padres y la abuela Mary, solo nosotros cuatro. Y por fin, podré cumplir mi sueño de conocer la ciudad natal de la abuela Mary, podré conocer los lugares que ella me ha contado y la casa en la creció desde que era una niña hasta que decidió irse a Roma.
- Hemos llegado – dice mi padre.
- ¿Estás emocionada? – me pregunta mi madre.
- Demasiado, al fin seré una universitaria. Por nada del mundo permitiré perder esta oportunidad – dije sonriendo por la felicidad que estaba sintiendo.
- Estamos orgullosos de ti cariño, te extrañaremos mucho, sé que seguirás siendo una excelente estudiante. Demuéstrales de que estas hecha – dice mi madre despidiéndose con una abrazo y beso en mi frente.
- Recuerda que aquí siempre estará tu casa, cuando decidas que quieres volver, aquí estaremos con los brazos abiertos – dijo mi padre despidiéndose también.
- Bueno vamos o me harán llorar, el viaje es largo – dice la abuela Mary.
- Cuídala mucho por favor – dicen mis padres.
- Siempre – dice la abuela Mary.
Una vez entregamos las maletas y registramos nuestro vuelo, nos dirigimos a la sala de espera hasta que sea anunciado el momento de abordar. Me sentía nerviosa, empecé a tener algo de miedo por irme tan lejos de mis padres, eso me entristecía un poco, pero estaba feliz de poder cumplir mi sueño.
- No te preocupes mi niña, siempre podemos volver cuando quieras, al igual que tus padres podrán ir a visitarte – dice agarrando mis manos.
- Lo sé abuela, solo estoy ansiosa, nerviosa, triste, pero feliz también – dije siendo honesta con ella.
- ¿Solo eso? – dice ella riéndose.
- Si, solo eso – ambas nos reímos por mi comentario.
- Pasajeros del vuelo 980 con destino a Buenos Aires, por favor iniciar abordaje. Pasajeros… - Se escucha por los altavoces.
- Ya es hora, vamos – dice mi abuela, recogiendo su bolso.
- Si, ya es hora – dije feliz.