El Arma Perfecta

La brisa marina soplaba mi rostro, íbamos en el coche de papá, manejaba despacio mi padre, él era un buen padre y esposo, recuerdo, me llamaba siempre mi princesita. A mamá le decía, "Helen eres mi reina" algo típico de él, su actitud afable y tierno. Su rostro tranquilo y sus gestos suaves, nos proporcionaba una tranquilidad indescriptible, puedo decir con todas sus letras que éramos muy felices. Igual mi hermano Marcus Doliette, se encargaba de cuidar de mi cuando papá no se hallaba cerca, por lo mismo, yo amaba a mi hermano tanto como a papá. Sin mas, ese día en particular, veníamos de tener un paseo en familia, papá, mamá mi hermano Marcus y yo. Simplemente le pedí a papá que manejara más lento, quería apreciar el mar al otro lado de la carretera. Todo estaba perfecto, hasta que un auto negr'o se cruzó frente a nuestro auto, y de ahí bajaron cinco individuos enmascarados. Ellos avanzaron directo hacia nosotros, solo oí gritar a papá. —¡Oh por Dios... oh Helen por Dios nuestros hijos! —Yo miré a papá preocupada y dije : —¡Papá! ¡Mamá! ¡Marcus que pasa! Marcus era mi hermano, tenía 10 años, yo había recién cumplido los siete años. Vi como esos hombres se abalanzaron con sus armas y mi vida colapsó. Mi vista se oscureció y solo alcancé a oír el primer ruido de un balazo, el segundo, y el tercero. De ese momento a volver en sí, mi situación de vida había cambiado totalmente para una niña de tan solo siete años, antes de eso estaba llena de sueños felices. [ ... ] Había estado inconciente por varias horas cuando desperté por fin, una mujer de aspecto viejona con un delantal por delante me acogió y me dijo en tono nerviosa. —Oh al fin abres los ojos pequeña —lo dijo casi en balbuceos bajos, como si pretendiera que no la escucharan. —Mi Madre, dónde está mi padre, Marcus —pregunté asustada y mirando a mi alrededor. —Pequeña —Dijo la mujer, casi tratando de calmar mi ansiedad visible. —Será mejor si dices que no recuerdas nada, mi pequeña. —Me advirtió la mujer, enseguida entró a la habitación una mujer muy elegante y dos hombres que la seguían, ella me acarició mi frente sudada y dijo: —Mi hermosa niña, tan pura, tan virginal. —Tragué saliva lentamente, ella notó mi nerviosismo y volvió a ver a la primera mujer. Esta dijo en su defensa muy asustada. —Acaba de abrir los ojos, no me miren a mí —La señora elegante de los pies a la cabeza entrecerró sus ojos, traía un maquillaje tono de ojos ahumados, lo cual la hacía ver mas tenebrosa, ella dijo en son de orden. —Bien Mery... has que se bañe y me la traes a mi habitación, cenará conmigo. —Si mi señora —Dijo casi apresurada la señora del delantal. Ella sería la que me hiciera sentir algo de calidez en mi alma, en un futuro borroso y sucio, no se sabría cómo sobreviviría en este infierno en la que me acababan de traer. Mientras la señora del delantal, bueno en este caso doña Mery me estaba dando un baño, ella me habló suave y dijo cuidadosamente. —Sahara, nos vigilan, así que si no hablas mucho, será mucho mejor para ti. "Yo me preguntaba ¿como sabía mi nombre?" y ella lo respondió como si adivinara. —Guardé tu collar con el colgante que traía las fotos de tu familia, lo enterré, por ahora, solo hazte como si tu no recuerdas nada, que crea que has perdido la memoria. ¿Entiendes? y mientras menos hables, será mucho mejor para ti —me aconsejó la señora. Asentí levemente y ella siguió restregando mi cuerpo. Tenía la percepción de que Mery era buena, pero se encontraba en el lugar equivocado. —Señora, ¿Cuál es tu nombre? —Pregunté, ella me miró de reojo y con un dedo me hizo un gesto de hacer silencio, ella murmuró de nuevo, te diré de poco en poco, pero no debes hablar, siempre que cierres la boca, será menos problemas para ti. —Ella continuó. —Mientras mas callada seas, menos castigos recibirás mi pequeña. Ese día salí del baño y la señora Mery me dejó ir con otra de las mujeres, esta vestía un pantalón en cuero negr* una chaqueta de la misma materia y peinada impecablemente. Al salir de la habitación donde se hallaba Doña Mery, entramos a otra, era bastante fuera de lugar, esto parecía una tienda exclusiva de ropa cara y elegante, pero para chicas jóvenes, yo apenas tenía siete años cumplidos. Me vistió con pulcritud, sin embargo, ¿De que se jactaba en verse así, era un edificio en medio de la nada? Y desde luego yo sentía que algo no estaba bien aquí. Fui llevada ante aquella mujer elegante hasta los huesos, ella me miró y la comisura de su boca subió hacia arriba, me dijo entre dientes. —Digna hija de quien eres —¿Acaso sabía ella de quién era hija? No dije ni media palabra, era una manera de llevar mi dolor por dentro, ella tomó mi rostro entre sus manos y me hizo mirarla fijamente. —Dime, mi pequeña Doliette, ¿No sabes de dónde vienes? —Iba a gritar quien era yo, mi nombre, el nombre de mis Padres, pero recordé las palabras de doña Mery, así que callé e hice un largo silencio. Ella mostró claro sofoque y preguntó. —¿Con quién hablaste al llegar? moví la cabeza de un extremo a otro dando a entender que no sabía nada y negando todo. Me miró fijamente en los ojos, luego me pidió que empezara a comer, mientras intentaba hacerlo sentía que lo que metía a la boca eran piedras, mirando mi incomodidad, la señora elegante dijo: —Sacia tu hambre. Después me llevó a una habitación y me dijo: —Ahi está el baño, lávate los dientes y acuéstate a dormir —Obedecí en silencio. A ella solo la escuché chasquear la lengua, minutos más tarde, oí que entrara a la habitación, revisara que yo estuviera dormida, estaba haciendo eso cuando recibió una llamada telefónica, ella respondió sin preocuparse por mi presencia. —Si, claro Arthur —Mientras yo memorizaba esos nombres, mis lágrimas empezaron a brotar. —Siii... gracias, tengo a mi segunda flota de chicas, si... ohhh, no te preocupes, no se ha dicho nada ni en la televisión, se dice que la familia estaba involucrado con la mafia, con drog*s. —Oh, hiciste un trabajo impecable, la familia Doliette está muerta, sí jejeje si... claro, tendré que recompensarte, cariño —habló esta mujer sin ningún tapujos. Si ella fuera tan inteligente... ¿por qué me trajo a esta habitación? ¿Por que no me llevó con las demás chicas? Escuché claramente que la familia Doliette ya no existía, esa era mi familia. Y a como pude darme cuenta, ella fue quien pidió a ese hombre en cuestión que nos desapareciera. "¡No lo olvidaré Nunca!" Si algo mantiene vivo a un ser humano es el amor, al menos eso se creía, pero considero que lo que mas mantiene aferrado a la vida es la sed de venganza, el odio en el corazón. Al día siguiente, la elegante mujer, al parecer estaba muy feliz, ella me despertó y me dijo. —Ven, vamos a desayunar juntas. —solo la seguí. Ella se sentó elegantemente, muy pulcra, seguí su ritmo y eso le encantó. Ella. me dijo. —Soy Cameron Moore, algún día te explicaré de qué se trata mis negocios —Sonrió mientras yo respondía en mi mente esa respuesta. "Eres el CEO del mismo infierno, Satanás te paga con muchos billetes y ropa ostentosa para arruinar la felicidad de muchas familias unidas y felices como lo era la mía”. Ella preguntó, "¿te gusta quedarte aquí conmigo?" —No le respondí, pero ella respondió por mi y dijo: —Me recuerdas a mi hermana pequeña, se llamaba Zuly Doliette. —después de un momento pregunté. —¿Dónde está tu hermana Zuly Doliette? —Está con los Doliette. —Se río y dio un sorbo a su té. Esa mañana siguiente después de que me raptaran, comprendí que esa decisión de traerme aquí no era una simple coincidencia, era un plan orquestado por ella, por Cameron Moore. Ya no seguí haciendo más preguntas, terminé de comer y me fui a la sala, donde ella me indicó que fuera. La mujer acababa de recibir la visita de un hombre alto bastante alto, piel bronceado, tatuaje en los dedos y cuello, el mismo que alcancé a ver el día que mataron a mis Padres, tener la sangre fría para saber todo esto y no hacer nada, era tanto peor de lo que eran estas personas. Ellos entraron a la siguiente habitación, se empezó a oír quejidos, susurros ruidos como de si una masa golpeara a otra masa, no entendía nada, pero entonces escuché pleitos. —¿Cómo es posible? ¿Cómo lo pudiste dejar ir? —El tal Arthur trataba de calmar a Cameron, pero ella seguía gritando todavía más. —¡Nooo, mátalo! Si no lo matas, no vuelvas. —Le gritaba ella, verdaderamente era una psicópata. Me preguntaba a quien tenía que matar esta vez Graham. ¿Era ridículo no? Podía alguien como ella tener simpatía por los demás? —Yo no creo que ella lo tuviera. Mi memoria era muy buena, pero yo era un huevecillo que era muy frágil, debía fortalecerme y eso el tiempo se encargaría. Tres años después... Seguía viviendo con Cameron, ella me había dado una habitación propia. Al menos eso solventaba el no estar escuchando los ruidos extraños con sus visitas, siendo testigo de sus encuentros sexuales con cuántos hombres querría hacerlo. Ya había cumplido mis diez años de vida, me había convertido en la alumna más prometedora, era de cuerpo ágil, captaba a la primera todo lo que me enseñaban, decían que era demasiado inteligente, crecía mi cuerpo alta y esbelta, una buena condición que exigía la organización en la que había llegado a parar. Había aprendido a hablar tres idiomas mas en estos últimos tres años, además de la lengua materna, hablaba francés fluido, coreano, japonés e italiano a la perfección, y estaba aprendiendo chino mandarín. —¡Bravoooo! —elogió Cameron sonriente. —Por tres años consecutivos, has liderado el primer lugar, solo la edad te falla, dijo ella mirándome de reojo.. —Y eso que el resto de las chicas son mayores que tú, no podrían alcanzarte Zoé —me llamó sonriéndose. —Tienes un coeficiente intelectual muy alto, solo falta que de vez en cuando sonrías un poco —sugirió halagadora. Y es que Cameron me llamaba con el nombre de su hermana Zoe, no le había discutido las primeras veces que lo hiciera, pero claramente ella me llamaba así por el nombre de su hermana, Zoé Doliette, y yo la dejaba llamarme así por el apellido de mi familia.