It's okay

El clima de la mañana no era muy agradable, hacia frío y la lluvia continuaría por un rato más, era evidente que la temporada de tifones había comenzando sin siquiera detenerse un día. Cuando estas vivo, tienes una sensación, un calor que llena tu cuerpo, tu corazón late fuerte y es tan natural sentirlo, que a veces lo ignoramos… así que cuando aquello se ausenta, el cielo parece adquirir tonos oscuros, lejos de complacerte la vista, comienzas a teñir incomodidades, y de repente tu día se arruina, no importa cuanto ames la lluvia, probablemente la rechazaras o terminaras odiando. Me pregunto por que hoy las gotas se sientes diferente, por que el sonido esta tan lejos de ser emocionante y la razón de la complicada percepción de las cosas normales, cotidianas, el corazón que late fuerte se ve sumergido en la misma vida y embarga los sistemas.   —Entonces... — Comenzó — Ya son dos meses, Elio y tu alfa no ha venido a ninguna cita contigo. — No era su intención incomodar, ni tampoco decir algo cruel, pero la mirada del chico a su frente parecía indicar que eso era cercano a lo que sentía. El pálido jugueteo un poco con sus dedos para entonces mirar con algo de inquietud hacia el doctor a su frente, a pesar de su atractiva apariencia, su bata blanca y camisa negra de cuello, no lograban opacar la principal atracción, aquellos orbes, los oscuros ojos que, aunque encantadores, eran como esferas negras que deseaban consumirle. —Esta algo ocupado, eso es todo — El doctor le miro con duda. No había que tener un doctorado para sospechar de la verdadera situación. —Podemos ser amigos — Y es que Leonard no podía entenderlo, ¿Por qué tan precioso omega tendrá siquiera que tener esa mirada de desolación?, apenas si lo conocía desde hace unos meses gracias a su hermano Beltramo, por lo que lo siguiente que diría quizá sonaría como un atrevimiento. —Tu alfa sabe de tu embarazo, ¿verdad? Elio se mordió el labio al verse atrapado, paso saliva dolorosamente. No Quiso decir, más y, sin embargo, saco su celular simulando leer algo rápidamente. —Me tengo que ir, doctor — Le aviso, haciendo a Leonard suspirar. Como otras veces el Omega no respondía del todo, así que asintiendo se paró y le entrego un frasco idéntico al que le había dado la primera vez que llego a su consultorio. —Tomate el hierro — Le aconsejo tocando levemente su hombro. Elio alzo la vista — Tienes que alimentarte bien — Quiso decir tantas cosas a esos bellos ojos que aún opacados, Leonard juro no haber visto algunos iguales en su toda su vida, y eso le anonadaba. El pálido omega, asintió retirando la mano del alfa de su hombro sintiendo una leve corriente pasar por su cuerpo, ignorándola como siempre… quería irse pronto, sin embargo, el doctor lo retuvo un poco más: — Elio… — El mencionado se detuvo, y aunque parecía que el alfa quería decir muchas cosas, al final se quedó callado por un momento y seguidamente dijo lo que siempre decía al final de cada consulta: —Quisiera que tu alfa viniese la próxima vez — Algo en el tono del castaño era más extraño que de costumbre, pero al igual que siempre, Elio ignoro todo aquello. Quizá por miedo, o por simple rechazo. -Está bien-Y se retiró, dejando un mar de sensaciones detrás.