Please Mr. Thompson

Me he preguntado una y otra vez que sería de mi vida a lo largo de los años. Pero jamás en mis más locos pensamientos pensé que terminaría odiada por mi mejor amiga y por el maravilloso hombre del que estoy irrevocablemente enamorada.                 Y es así. Tomar decisiones desesperadas te lleva al precipicio. Un precipicio que es difícil de poder describir. Así que aquí estoy...                 Estoy: llorando en un aula vacía de la universidad de Harvard. Siendo acosada por una de mis empleadoras y por la mujer que me recibió en su casa; y también siendo consciente de que le rompí el corazón a un hombre fabuloso.                  Pero sobre todo...                 Embarazada de un hombre que me odia y del que estoy segura  jamás podra perdonarme por todo el daño que logre hacerle o todas las mentiras que le dije.                 Todo se fue a la mierda.                 El sonido de mi teléfono me sobresalta dando su molesto tono de llamada que ni siquiera se por que elegí precisamente ese. ¿Quién podría llamar a una persona horrible como yo?                 No tengo ganas de contestar, no tengo ganas ni de saber quién es el que llama. Por supuesto no es el Sr. Thompson, tampoco creo que sea mi hermana del alma y, seguro como la mierda que no va ser ninguno de los hombres con lo que he jugado, y me he burlado arrebatándoles su vida entera; por ser una perra con ambiciones más allá de ella.                 Mi teléfono detiene su constante sonido (por fin), solo para volver a iniciar con él. Así que con un último esfuerzo, saco mi móvil del bolsillo de mis vaqueros y contesto sin ver el identificador de llamadas.                 -¿Sólo así vas a huir y a no luchar? -dice la voz detrás del auricular.                  NO. PUEDE. SER.                  De todo lo posible jamás creí que escucharía la voz de esta persona...