Mi amor Nórdico

❃Maddie❃ Sirvo una copa de vino blanco, y me permito un momento de relax en el sillón de mi sala. Otro ajetreado día laboral había llegado a su fin, dejándome totalmente desecha. Casi puedo oír a mamá repitiendo “Tienes que bajar un poco el ritmo o no llegarás a los treinta cariño”. Algo que por cierto, lejos de molestarme, me produce ternura. Ella nos ve como si fuéramos los mismos pequeños de siempre, por lo que nos cuida y mima, de la misma manera de cuando corríamos a sus brazos para que nos hiciera dormir. Oigo que suena mi teléfono, distrayendome de mis pensamientos, pero no me apetece tomar la llamada, de seguro son Ava o Ali con algún plan loco, y la verdad es que mi cuerpo pide descanso. Pero como al parecer el universo no está de mi lado, oigo el incesante sonido del timbre. -¡Necesito descansar!- digo a la nada, enfadada porque el bendito teléfono no deja de sonar y ahora se le sumó el golpeteo de la puerta. Me dirijo a la entrada y veo por la mirilla que es Ava, vestida completamente como para salir y romper algunos corazones. -Desde ya, te digo que no- Lanzo las palabras apenas abro la puerta. -Hola a ti también- Me observa reprobatoriamente mi prima. -Ava, no te hagas la ofendida. Estoy deshecha y siempre me dejo convencer por ti- Vuelvo a mi lugar en el sofá y ella se sienta a mí lado. -Apenas tienes veintiséis ¿Cuándo vas a disfrutar un poco de la vida? -¿En serio?- Se encoge de hombros. -Vamos, porfis- Súplica juntando las manos al frente. -Ava…- No me deja responder. -Maddie si vas hoy. Prometo que iré contigo a la casa de la playa este fin de semana. -Vaya… ¿Tanto te urge?- asiente repetidamente -¿Quién estará ahí?- su mirada cambia. -Ya sabes quien, necesito apoyo moral de mis mejores amigas y Ali brilla por su ausencia, por lo que si o si tienes que ir- Mierda, no puedo decirle que no. -De acuerdo, pero igualmente irás conmigo a lo de mis padres- Le advierto, mientras desaparezco por la puerta de mi cuarto. -❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃- Llegamos a una mansión espectacular. En la puerta nos recibe una anfitriona y nos pasa dos antifaces, explicando que es obligatorio usarlo y que en ningún momento nos los podemos quitar. Entramos, y todo es… En extremo lujoso, los dueños no repararon en gastos, en construcción ni decoración. -Vamos a mezclarnos un poco, esto es genial. -¿De quién es ésta fiesta?- Me mira como si fuera loca. -Te dije que, es del primo de Tom; Justin. Cierto, me lo dijo de camino acá. En mi defensa, me estaba dormitando, me perdí algunas partes de la conversación. Tom, ex novio de Ava. Un idiota en toda la extensión de la palabra. Un niño de mami y papi que no sabe hacer nada por su cuenta, Ava y él salieron hace un año. Ella aún no lo supera del todo y el imbécil la sigue buscando, pero no formaliza nada. Entiendo que haya querido venir porque es una fiesta genial, hasta con varios artistas invitados, pero no creo que haya sido prudente de su parte. -❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃- A las dos horas de haber llegado, ya me quiero ir. Estoy cansada, pero sobre todo porque no encuentro a Ava por ningún lado. No se para que me hace venir si se va ha desaparecer, necesito encontrarla para avisarle. No vi a Tom, así que no creo que se haya ido con él. Eso me tranquiliza, solo un poco… Marco su número de nuevo y nada. Prácticamente recorrí todo el lugar buscándola, miro a mi alrededor y como no hay personas en esta área, me quito el antifaz y vuelvo a marcarle mientras observo como se ve toda la parte trasera de la casa. La vista es espectacular, sin dudas quien hizo ésta construcción, pensó en todo. A pesar de no ser mi rama laboral, conozco bien el tema y hablo con propiedad, cuando digo qué es digno de un Pritzker. Aunque no lo otorguen a alguien solo por haber construido una casa, ésta, sin dudas, es una verdadera obra de arte. Desisto de seguir llamando a mi prima, ya que es en vano, y decido que es tiempo de volver adentro, pero me quedo hipnotizada cuando a la distancia, noto un invernadero que no había visto antes. Decidida a verlo más de cerca, empiezo a caminar en su dirección. Si me parecía una maravilla de lejos, era solamente porque no sabía lo que era por dentro. No solo hay flores, hay todo un huerto inmenso y variado. Huelo unas hierbas aromáticas y siento que estoy en el paraíso. Me transporto a mi cocina y me imagino creando algún platillo con ellas… -No creo que debas estar aquí- Escucho una voz gruesa a mi espalda, abro los ojos un poco asustada y giro en su dirección. ¡Maldición! Un dios vikingo con trenza y todo, se encuentra de pie enfrente de mí, enfundado en un traje azul marino de tres piezas. Mierda, es hermoso. Lo detallo tratando de no perderme nada… Alto, ojos azules, cabello y barba rubio casi rojizos -hago una mueca- no soy fan de las barbas. Pero la lleva recortada cuidadosamente, eso le da puntos extras, sin contar que le queda tan… ¿Qué se supone que estoy haciendo? -Lo siento- Respondo apenada por haberme quedado mirándolo más de la cuenta. Sonríe de lado cuando nota que me ruborizo, seguramente dándose cuenta de la naturaleza de mis pensamientos. Quedamos en silencio unos minutos, tan solo mirándonos fijamente, hasta que decido volver a hablar. -Será mejor que me vaya, disculpe por haber entrado así. Paso rápidamente por su lado, y puedo jurar que, su perfume me va a quedar grabado en la mente unos cuantos días. Me dirijo hacia la casa, cuando voy a medio camino por las escaleras, me coloco el antifaz de nuevo. Escucho sus pasos detrás de mí. -Aguarda un segundo- Dice un poco agitado. ¿Corrió hasta aquí? -Lo siento, se que no debí quitarme el antifaz y mucho menos ir hasta ahí- Hablo de espaldas y cuando doy la vuelta para encararlo, casi que me arrepiento, no noté lo cerca que estaba. Eso, sin contar la diferencia entre los escalones en los que estamos… Quedamos casi a la misma altura. -No es eso- su aliento casi chocando con el mío -No me dijiste tú nombre- Mira fijo mis ojos. Trato de buscar un poco de cordura dentro de mí, para poder responder, pero mis neuronas no hacen la conexión. Abro y cierro la boca un par de veces antes de que suene mi teléfono, el cual aún sigue en mi mano, ambos miramos hacia allí. Es Ava, atiendo sin dudar y veo cómo él se retira un poco, dándome espacio. -Lo siento mucho- Es lo primero que dice. -Créeme que lo sentirás aún más -Respondo entre dientes. -¿Te espero en la puerta para irnos? -Si, estoy yendo para ahí -Miro de reojo al hombre, quién no deja de verme -No te muevas. Termino la llamada. -Debo irme- Salgo despavorida de ahí, dejándolo nuevamente de pie, observando cómo huyo. Encuentro a mi amiga en la puerta y nos vamos. Cuando subo al auto y doy un último vistazo hacia la entrada, lo veo bajo el umbral de la puerta. Viendo en mi dirección… -❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃- El fin de semana llegó, y con él , la tediosa tarde de té en casa de mis padres. Mamá no era muy fan de este tipo de eventos, pero lamentablemente mi abuela si, y le insistió tanto para que formara parte, que así lo hizo… En determinado momento hasta le tomó el gusto y aquí es donde entramos mi hermana y yo. Aunque Ella es más pequeña y no es tanto lo que le piden que participe aún, lo hace porque realmente le gusta… A diferencia de mi, que no solo detesto tener que pasar la tarde con un grupo de señoras, que solo se enfocan en preguntarme por novios, maridos e hijos, si no que se perfectamente que podría estar haciendo algo mucho más productivo que esto, con mi tiempo. En fin… la hipotenusa. Aquí estamos, Ava, Ali y yo siendo arrastradas por esta tradición social del té inglés. -Debí estar muy desesperada por haber aceptado esto -Resopla mi dulce prima, mientras sonríe falsamente a la señora Petit quien se encuentra sentada a lo lejos. -Ni me recuerdes esa noche, aun tengo ganas de colgarte -Le respondo a Ava. -Lo que no me queda claro es porque yo también estoy aquí -Dice Ali. -Estás aquí, como castigo por haberte desaparecido y haberme dejado con esta loca sola esa noche.. -Mis niñas -Dice mi abuela llegando a nuestra mesa, saluda a cada con un beso en el aire y sigue su camino hasta donde se encuentra mamá con mis tias Peny y Violet. Al parecer todas hemos sido arrastradas a este dichoso evento. -Me quiero ir -Protesta Ava, como una cría y la fulmino con la mirada. -Maddie- Llama mi atención Ali - Me contó Ava que conociste a un hombre misterioso en la fiesta -Sube y baja las cejas insinuante. -No hay nada que contar, solo era un guardia de seguridad de la fiesta, que al verme en un lugar prohibido fue a sacarme… Pero me adelanté y huí de allí. -Ajá -Murmura Ali. -¿Eso qué significa? -Miro a Ava. ¿Qué pudo haberle contado si solo lo vio dos minutos de pie en la puerta, antes de irnos? -Que de seguro hay más allí, pero estás negada a pensar en ello. -Ali por favor, no comiences con tus teorías conspirativas del amor… Suficiente castigo tengo por hoy, tuve que escuchar a la señora Roberts hablando sin parar por cuarenta minutos sobre su fantástico sobrino y porque es el mejor partido para que alguna de nosotras lo despose. Por todo los cielos, ni que estuviéramos en el siglo pasado. -Por suerte no es así, aunque me atrevo a decir que de las tres, serias la más encantada con la idea, de seguro te parecerías a la típica protagonista de una de las novelas de Jane Austen. -A este punto no me importaría morir soltera y con cinco gatos- Declaro. -Ni tu te la crees… -Afirma Ava. -Ya desisti chicas.. No voy a seguir buscando algo que no existe. -¿De qué hablas? -Preguntan a la vez. -Que después de lo sucedido con Ryan, no pienso volver a tener una relación en mucho, mucho, tiempo. -¿Qué pasa con el click y todo eso? -Al, está asombrada. -Si, y tu sueño de tener un amor como el de tus abuelos y tus padres. -Murió junto a mi tercera relación fallida … -Me encojo de hombros -Creo que solo idealice todo, y pretendia que cualquier chico llenara ese espacio vacío donde entraría mi hombre ideal. -Eso sí que sonó a una solterona con cinco gatos -Se burla Ava y todas reímos. -❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃-❃- -Sabía que estarías aquí -Mamá entra a la cocina, donde prácticamente me escondo hace aproximadamente una hora. -Resistí lo que pude -Digo a modo de excusa, lo cual provoca que se ría. -Sabes que no estas obligada a venir mi mariposita -Besa mi frente antes de dejar una bandeja sobre la isla de la cocina -Solo quiero que hagas algo, además de estar encerrada en el trabajo y luego en tu casa. -Mami, no es que eso me disguste -Mi falta de vida social, atormentando a mi pobre madre. -Lo sé cariño, y estoy de acuerdo con eso… Sabes que soy igual que tú. Pero creí que tal vez… No se, has estado más aislada de lo normal, luego de que terminaras con Ryan. -Te prometo que estoy bien mamá -La abrazo porque sé que realmente se preocupa. -De hecho, entré en celibato, no habrá más hombres para mí. La señora Lia, estalla en una carcajada que retumba en toda la cocina. -Cariño, no me hagas reír -Dice secándose los lagrimales -Aunque debo decir que, si le dices eso a tu papá, seguramente se pondría muy feliz -Pongo los ojos en blanco. -Mamá -Resoplo molesta -Hablo enserio, no más citas. -De acuerdo, lo siento hija -Vuelve a su tono maternal -No fue mi intención burlarme, pero es que, desde que tienes uso de razón sueñas con tu príncipe azul. ¿Cómo lo encontrarás si no vas a tener más citas? Me encojo de hombros. -Aún no puli todos los detalles- Respondo como si no fuera importante. -¿Sabes qué? Tienes razón, si es el indicado, lo encontrarás cuando menos te des cuenta… El amor es así, llega sin previo aviso y se instala en tu corazón -Acaricia mis mejillas con sus pulgares - Luego... ¡Bam! Ya estás enamorada. Ahora es mi turno de reír. Mamá puede ser un poco loca a veces.