¿Quién te crees que eres para tocar a mi esposa?

1834 Words

Esmeralda no esperó a que Rafael le dijera una sola palabra. En cuanto cruzaron el umbral del pent-house, se quitó los zapatos con lentitud, el pie aún seguía resentido por el esguince, y caminó directamente hacia su habitación. Rafael la siguió con el ceño fruncido. —¿A dónde vas? —A dormir —respondió sin girarse. —¿Sola? Ella se detuvo frente a la puerta, con su mano ya en la cerradura. —¿Pensaste que después de todo lo que pasó hoy, compartiría la cama contigo? —Creí que las cosas entre nosotros estaban más claras —dijo él, cruzándose de brazos—. Que después de lo que compartimos, había algo más que solo un pacto. Entonces ella se giró. Lo miró con los ojos encendidos, la rabia mezclada con el dolor. —Siempre estuvieron claras, Rafael. Desde el primer día. Yo soy la esposa que

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD