Visita A La Familia
El carruaje se abrió paso por la avenida hacia el palacio. Zoe iba pegada a la ventana sentada junto a su hermana y frente a ellas, Connor y Ethan la observaban divertidos.
Atrás los seguía el carruaje donde iba el chambelán y atrás, varios guardias a caballo.
- Aún es muy temprano, pero durante el día está lleno de gente. Londres es una ciudad muy animada. - le dijo Ethan.
- ¿Animada? Padre decía que eran muy... ¿Cómo se dice?... "flegmatique"
- ¡Zoe! - regañó su hermana por lo que la joven se encogió en el asiento.
Los jóvenes se rieron ante su expresión.
- En general lo parecemos, pero no lo menciones frente a un inglés. Podría enojarse. Menos frente a mi padre o a mi hermano. - le dijo Connor.
- Lo siento... - le dijo, apretando las manos en el regazo.
- Pronto aprenderás a comportarte en la corte. Buscaré una tutora para que te ayude. - le dijo el duque.
- ¿Puede ser también astronomía e historia? - preguntó Zoe ilusionada.
- Vaya, eres una jovencita avanzada a su tiempo, Lady Zoe. - dijo Ethan - Hablaré con mi hermana, creo que podría ayudar.
- Por favor, sir Ethan. Si es demasiado... - comenzó a decir Amélie.
- Para nada, creo que a mi hermana le gustará hacerlo.
- Gracias...
- ¡El palacio! - exclamó Zoe con ojos brillantes por la curiosidad y la emoción cuando se acercaron al lugar - Es mas grande que los dibujos que vi en casa.
- Debes comportarte, Zoe... Somos invitados... - le dijo Mel por lo que la niña ajustó la postura y se sentó en el siento más derecha.
- Van a tener que hablar en inglés, señoritas. Creo que el francés de mi padre está un poco oxidado. - avisó Connor cuando el carruaje entró a la ciudadela y se detuvo frente a la entrada de acceso.
El príncipe se bajó del carruaje después de Ethan para ayudar a las mujeres a bajar y caminar a donde el chambelán ya los esperaba.
- Los aguardan en el salón junto al despacho. - informó por lo que Connor resopló molesto.
El grupo avanzó hacia el lugar señalado a la vista de curiosos y sirvientes quienes inclinaban la cabeza ante Connor. La joven se estremeció y el joven sintió su mano temblar en su brazo.
- Estoy contigo. - le susurró, inclinándose cerca de su oído para que sólo ella lo escuchara.
- Ni siquiera estoy vestida apropiadamente... - susurró a su vez.
- No es tu culpa... No nos dio tiempo de ir a comprar más... Te ves hermosa de igual forma.
Mel se sonrojó y desvió la mirada ante sus palabras. El joven estaba actuando y ella debía seguir en el papel. Ese era su trato.
Cuando llegaron a una gran puerta finamente tallada, el chambelán anunció con voz alta.
- Su alteza el príncipe Connor está presente junto a sus acompañantes...
- Que entren... - dijo una voz que Connor reconoció como la de su hermano. Así que estaban juntos en esto.
Las puertas se abrieron para que entraran y se cerraron en cuanto se inclinaron frente al rey y al príncipe heredero en una perfecta reverencia por lo que Connor sonrió orgulloso. Sus lecciones fueron bien recibidas.
- Saludos a su majestad el rey y a su alteza el príncipe heredero. - dijo Amélie en inglés con un leve acento francés que sonaba muy elegante.
- Padre, te presento a Lady Amélie Josephine Victorie y a su hermana Zoe Jeanne Louise Victorie. Ambas viajaron conmigo desde Francia.
Los dos hombres las estudiaron de cabeza a pies con una mirada inquisitiva, pero ambas mantuvieron la cabeza en alto.
- Perdieron su equipaje en el barco y tu llamado no dio tiempo a comprar nuevos vestidos. - les dijo Connor - Enviaste al Chambelán al amanecer.
- Esperaba que te presentaras en el palacio en cuando tocaste puerto, no que fueras al ducado primero... - dijo Joseph.
- No viajaba solo y preferí que Amélie y Zoe descansaran en el ducado. - respondió su hijo menor - Iba a venir en unas horas a presentarme.
- Eso lo dudo. - dijo el rey molesto y George decidió intervenir.
- Me disculpo por ambos, Milady. - le dijo con un tono conciliador - Son algo impacientes... ¿A qué debemos su visita a Inglaterra, demoiselles?
Mel sonrió. El uso de ese término sólo las hacía ver como niñas pequeñas, una clara implicación a que su hermano las había traído como diversión. Abrió la boca para responder, pero Connor se adelantó, cubriéndola con su cuerpo.
- Trátalas con respeto, George. - advirtió - Tus juegos de palabras no funcionarán con ella.
- Estoy bien, Connor. - le dijo la joven adelantándose para quedar junto a él y le tomó la mano lo que no pasó inadvertido para el padre y su hermano - Hemos viajado a Inglaterra a pedido de su alteza, el príncipe Connor. Traté de negarme repetidamente, pero como saben es muy testarudo cuando quiere algo.
- ¡Por supuesto! - exclamó el joven - Te dije que no iba a dejarte sola.
- ¿Puedo preguntar como se conocieron? - preguntó George con desconfianza.
- En una chocolatería... Connor tuvo una situación incómoda y lo ayudé. - le dijo con una sonrisa social.
- Eso no es cierto, Mel. - le dijo Connor sorprendiendo a los oyentes.
- ¿La dama está mintiendo, hermano?
- Nos conocimos hace tres años en Compiègne. Cuando te acompañé a esa asignación. - le dijo con seriedad al ver que su hermano parecía recordar - Estaba aburrido mientras hablabas con esos hombres y fui a caminar. La encontré mirando el claustro de lo que era la abadía... Estuvimos juntos y prometimos escribirnos... Con las revueltas, perdí contacto. - su rostro bajó por lo que se veía afectado para su familia.
- Nunca hablaste de ella... - dijo George suspicaz.
- Creí que ya no la encontraría. Fue un regalo encontrarla en ese lugar.
- No fue tu culpa, Connor. - le dijo Amélie - Tuve que moverme con Zoe, nos escondimos en París...
- ¡¿Esconderse?! - exclamó el rey.
- Mi familia es aristócrata, pero no pudieron salir de Francia como tantos otros. - explicó Mel - Fueron arrestados y asesinados en la guillotina. - le aferró la mano a Zoe para calmarla. Sabía que era un tema doloroso para ella ya que tuvo que pasar por eso en persona - Pude escapar con mi hermana cuando el convento donde estábamos fue destruido y me escondí en la ciudad, nuestro escolta fue asesinado por lo que no tuve otra opción que regresar a París. Fue en la chocolatería que volvimos a encontrarnos.
- ¿Y el resto de su familia? - preguntó Joseph.
- Una hermana es monja, mi hermano murió en la prisión donde estaba con mis padres. Tengo dos hermanas de las que no sé su ubicación. Los hermanos de mi padre están en el exilio... Yo tenía once años cuando volví a encontrar a Zoe, ella tenía cinco. Deben creer que no sobrevivimos... A veces yo tampoco lo creo. - dijo con voz queda, pero la escucharon - Mi familia proviene de la línea Valois. - No era totalmente cierto ni totalmente falso. Solo fue ajustado considerando que aun no podía confiar en nadie.
- Es parte del linaje real... - dijo Joseph sorprendido y Connor miró a Mel con una ceja alzada. Eso explicaba la reacción que había tenido el marqués de Baux al ver la joya.
- Es por eso por lo que tuvimos que escondernos... Si bien, las revueltas han bajado y muchos de los nobles han regresado, nosotras estábamos en riesgo ya que nuestra familia desapareció. No puedo permitir que mi hermana pequeña, que ha pasado por tanto, caiga en manos de los agentes del Directorio.
Ni yo, hubiésemos sido...
Amélie se estremeció y Connor la rodeó con los brazos para calmarla.
- Estas muy pálida, Mel... No comiste nada...
- Estoy bien, Connor. Debías venir... No quiero que tengas problemas con tu familia.
- ¡Ustedes son mi familia ahora! - exclamó el joven - Te lo dije... A ti y a Zoe.
- ¡¿De qué estás hablando, Connor?! - exclamó su padre.
- Amélie es mi esposa. - soltó el joven - No la alejaré de mi ahora que la encontré.
- ¡¿Qué?! ¡No lo he autorizado!
El grito del rey fue intenso haciendo que Zoe y Mel se encogieron al escucharlo por lo que Ethan tomó a la niña en brazos cuando la vio comenzar a llorar.
- Majestad, si me permite... Ambas han pasado por mucho, esta actitud dista mucho de un recibimiento cortés. - dijo el escolta - Lady Amélie ha tenido una salud frágil este último tiempo y lady Zoe ha tenido un camino difícil desde pequeña. Ella ayudó a su alteza, sin considerar su seguridad.
El rey y George miraron al escolta quien defendió a las jóvenes. No era una actitud que el joven noble tuviera ante la familia real a la que siempre había sido leal.
- Sir Ethan ¿Puede llevar a Zoe afuera por favor? - le pidió Mel alejándose de Connor - Saldré en un momento...
Cuando la niña salió, Mel se inclinó ante ellos con una reverencia.
- Majestad, no ha sido nuestra intención generar una discusión entre Connor y su familia. - le dijo con educación - Como alguien que ha perdido a la suya es lo que menos deseo. Sé que Connor es impulsivo y testarudo, pero tiene el corazón en su lugar y ustedes forman parte de él. Yo no quería casarme, pero el príncipe es más honorable de lo que ustedes creen. Les agradezco que me hayan recibido junto a mi hermana y ahora me retiro para que puedan hablar con comodidad. No acostumbro a interferir en los asuntos de otras casas por lo que saldré.
- ¡Mel! - exclamó el príncipe.
- Quédate aquí, Connor. - ordenó con una voz segura - No quiero escuchar que pelees con tu hermano o tu padre.
- Pero...- comenzó a decir mirando la cara perpleja de su familia.
- Sé que harás lo correcto para nosotras... Sabes que apoyaré tu decisión ¿No te lo he dicho antes?
La joven se giró para salir, ignorando el protocolo de no dar la espalda a su majestad. Ella también pertenecía a un linaje real de Francia y el rey sonrió al entender la acción.
Cuando la joven salió, Connor miró a su padre y sacó la licencia de matrimonio y la dejó sobre el escritorio.
- A la que acabas de insultar es mi esposa... es mi familia también. Si me quieres cerca, deberás respetarla y a su hermana. Haré que coma algo y me las llevaré.
- Connor... - dijo George con una expresión extraña - Pediré que preparen el comedor. Es nuestra responsabilidad haberlos llamado tan temprano. Es lo menos que puedo hacer
- Hablaremos después, Connor. - le dijo Joseph mirando el certificado - Puede ser una trampa.
- Yo hablé con el capitán del barco, estaba con ella cuando la hice mi esposa y se convirtió en mi mujer. Fue golpeada por un carruaje por ayudarme, ha pasado hambre y frío, la he visto trabajar duro sin quejarse aún cuando su cuerpo es de una noble. No la dejaré. Tengo otras copias. Quédatelo. Este matrimonio es real. - advirtió antes de salir.
- ¿Qué vamos a hacer? - preguntó George a su padre después de escuchar el portazo.
- No lo sé... Hay algo mal...
George tiró del llamador para pedir que prepararan el comedor para desayunar. Cuando salieron del despacho, Connor y las visitas ya no estaban a la vista.
- Si lo deseas, padre. Puedo ir a acompañarlos...
- No, yo también iré...- le dijo haciendo una seña al secretario y a varios guardias.