Noticia Inesperada
Connor estaba en un salón sentado en el sofá junto a Mel y Zoe. No parecía feliz con el resultado de la reunión, pero a Amélie solo le interesaba que la familia real no discutiera y tener el tiempo suficiente para organizar sus asuntos e irse con Zoe y forjar una nueva vida. No le importaba trabajar.
Desde que había dejado el convento, las comodidades como nobles habían desaparecido, más aún cuando Pierre murió. Ese fue el tiempo más duro ya que tuvieron que dormir en la calle o en las iglesias hasta que pudo encontrar un trabajo lustrando zapatos y vendiendo flores para luego vivir en un edificio abandonado. Sólo un año después logró encontrar a la hermana de su madre y se presentó en la embajada.
Si no hubiese sido por la tía Jean y Noel habrían muerto hace mucho tiempo. Estaría siempre agradecida de sus cuidados y la oportunidad que les dio. Trabajaría duro para enviarle dinero para sus necesidades y su vejez. Estaba decidida a hacerlo y por eso debía mantener este trato hasta que la reputación del príncipe cambiara y su familia pudiese apreciar su valor.
- Alteza... - llamó un sirviente en el exterior.
- Ordené algo de comer para las damas y me retiraré. Que preparen un carruaje. - dijo impaciente.
- Se ha preparado el comedor, por favor, permita guiar a las damas.
- No te metas en problemas. - pidió Amélie - Comeré algo y nos iremos. Fue mi error el no comer anoche.
- Fue error de mi padre citarnos al amanecer. - regañó el joven molesto, pero suspiró resignado, levantándose ante la mirada suplicante de la joven - Vamos, si no comen se desmayarán. Luego nos marcharemos. Ethan, mantente cerca...
- Sí, alteza...
Cuando el grupo entró al comedor, Connor abrió mucho los ojos, su padre y George estaban sentados a la cabecera y a la derecha de la mesa.
Mordiendo el labio para no decir lo que pensaba, el joven llevó a Mel a la silla a la izquierda dejando la suya junto a su padre y Ethan sentó a Zoe junto a su hermana mientras él se sentaba junto a George.
Una vez todos sentados, los carros con comida fueron ingresados y dispuestos en la mesa por los sirvientes. Carnes, scones, pasteles con crema, frutas y quesos se mostraron. Por un momento Zoe abrió la boca y luego una gran sonrisa se reflejó en su rostro.
Antes de que los sirvientes pudiesen empezar a servir a los demás a la señal del rey, quien ya había sido servido, Amélie tomó con destreza un trozo de pollo frío, frutas y pastel para servirlas en el plato de su hermana.
- Veo que sigue la etiqueta Valois, Milady... - dijo George con una sonrisa curiosa mientras un sirviente le colocaba en frente el plato con carne roja y verduras servido según la etiqueta inglesa.
- Me disculpo por eso, alteza. Trato de que mi hermana coma variado ya que aún está en crecimiento, pero deseo premiarla por ser una buena niña durante el viaje. No me sentí muy bien y no pude prestarle la atención de debía.
- Trae dos tazas de leche y miel para las damas. - dijo Connor al sirviente que le estaba sirviendo - Le pediré a Martha que consiga té de camelia para ustedes y financiers. - agregó mirando a Mel quien le sonrió.
- Gracias, me gustaría. - le dijo al tiempo que la cubierta de su plato fue levantada.
Los aromas condensados solo le revolvieron más el estómago. Ya estaba muy inquieta debido al hambre y la tensión entre Connor y su familia por lo que su movimiento rígido para desviar la cara para evitar la arcada fue advertido por los presentes. Tenía hambre, pero la mezcla de todo fue más que compleja para su estómago.
- ¡Llévate eso! - exclamó Connor al sirviente quien se acercó con rapidez - ¿Puedes comer otra cosa? - le preguntó a la joven preocupado al ver que sus labios se habían puesto blancos.
- La leche estaría bien, la probaré primero. - le dijo tomando un sorbo cuando se la trajeron, pero arrugó la nariz cuando el olor del anís penetró sus fosas nasales de golpe. Lo detestaba desde niña, pero con el estomago revuelto y vacío ya no pudo aguantar.
- Lo siento... - se excusó, empujando la silla o podría vomitar en la mesa - Necesito un momento...
- ¡Amélie...! -exclamó Connor levantándose de golpe cuando la vio titubear. Ya había visto ese gesto cuando se desmayó antes.
El joven alcanzó a sujetarla cuando se desvaneció y miró al sirviente furioso en tanto los demás se levantaban sorprendidos, Zoe, más que los demás, quien dejó la comida por acudir a su hermana.
- ¡¿Qué tenía esa taza?! -le gritó el joven.
- Leche y miel, le puse anís.
- ¡Mierda! ¡Está embarazada! ¡No agregues nada sin mi conocimiento! - gritó Connor y a esas alturas, tanto el rey como George se habían puesto pálidos - ¡Llamen al médico real! La llevaré a mi habitación. Zoe, no te separes de mi...
La niña se aferró a la chaqueta del joven y lo siguió, saliendo del lugar. No hubo protocolo o atención al rey inglés.
- ¡¿De qué está hablando?! - gritó el rey mirando a Ethan descolocado - ¡¿Cómo que embarazada?!
- Lady Amélie está embarazada de su alteza...- dijo el escolta con seriedad - Es todo cuanto puedo informar. Debe preguntarle a su hijo. Me retiro primero, majestad. No deseo ser irrespetuoso, pero su alteza necesita ayuda.
Con una reverencia, Ethan salió del comedor dejando sin palabras a los hombres.
- Voy a ver que pasa, padre. - dijo George - Si lo que escuchamos es cierto, lo que pensabas hacer, no resultará.
- ¿No fue tu sugerencia? - preguntó, mirándolo con una mueca - Vamos, quiero saber que está pasando en realidad.
El rey salió del lugar seguido de su hijo en dirección a los apartamentos reales.
Esa llamada y lo que pensaban hacer se había vuelto de cabeza.
Desafío
Connor estaba de pie caminando de un lado a otro junto a la gran cama de la habitación que ocupaba en el palacio. Zoe estaba sentada en una silla junto a la cama mientras el médico revisaba a la joven.
El sonido de la puerta los distrajo cuando Joseph entró seguido de George y Ethan.
- Majestad...- dijo el médico inclinándose.
- Informa - ordenó.
- Su cuerpo está frío, su alteza me informa que no ha podido comer apropiadamente estos últimos días por las náuseas. Anoche no comió y, por lo que dice su alteza, a penas comió en el almuerzo. Ha pasado muchas horas con el estómago vacío y ha estado muy tensa.
- ¿Por qué dices que está embarazada? - le preguntó Joseph a su hijo.
Connor miró a Ethan quien caminó hacia Zoe y le cubrió los oídos.
- Su sangrado no ha llegado y terminé dentro de ella, mucho. Se ha desmayado varias veces y no logra sostener alimentos en el estómago últimamente. Todo lo indica. Lleva así cerca de un mes...
- No puedo confirmar el embarazo aún debido al tiempo que informa su alteza, pero las señales son claras. Sugiero tratarla como si estuviera embarazada. Indicaré los cuidados para ella, está algo baja de peso y el bebé le exigirá a su cuerpo. Todas las casas reales están siguiendo los preceptos de la dama Louise Bourgeois en el tratamiento de las anemias para “recobrar la sangre”:” (...) huevos bien frescos por la mañana (...) buenos consomés (...) de capón y ternera jugo de cordero (...) pichón, perdiz, codorniz, cordero (...)” Evite las comidas pesadas y condimentadas.
- Escribe las indicaciones para llevarlas al ducado. Haré que Martha gestione lo que necesite.
- Sí, alteza... - le dijo retirándose del lugar.
El rey miró a Connor y luego a la joven dormida en la cama.
- ¿Qué piensas hacer? - le preguntó.
- ¿Cómo que pienso hacer? - preguntó sorprendido - Es mi esposa y está embarazada de mi hijo ¿Qué debo pensar?
- Es una noble francesa... Sabes que no será fácil para ella en Inglaterra, considerando nuestra historia... - dijo el rey.
- Te importa más la situación política de la corte que tu propio nieto o la madre. - explotó Connor - Está mujer es más valiosa que tu estúpida corte. Iba a hacerse cargo de mi hijo sola en vez de quedarse a mi lado porque tú inventaste la excusa de que iba a buscar una esposa ¿Qué importa ahora si es francesa? ¿No fue por eso por lo que me enviaste a París? ¿La futura princesa heredera no es extranjera también? Amélie no quiere la atención de la corte, sólo quiere que su hermana tenga una buena vida. Prometí que se lo daría y lo cumpliré.
- ¿Piensas encerrarte en el ducado y vivir como anciano? - preguntó el rey.
- No, seguiré trabajando y apoyando a la corona como segundo príncipe, pero no expondré a mi esposa y a mi familia a los cuervos de la corte. Soy responsable de haberme rodeado de todas esas mujeres... lo asumiré, pero también se lo debo a ella. Si no me hubiese protegido revelando su identidad al marqués de Baux, su vida sería más fácil. Puedo ser un bastardo en muchas cosas, pero jamás lo haré con los que son leales a mi, no al príncipe, si no al hombre. Si quieres, ensáñate conmigo, lo acepto, pero deja en paz a mi esposa y a su hermana. Lleva a tu nieto y quiero que tenga un buen crecimiento... Te moleste lo que te moleste, en este momento, ella lleva sangre real. Puedes estar a su lado como abuelo o mantente lejos como rey.
Ethan miró a Connor sorprendido. Estaba asustado y preocupado, pero no dudó en proteger a la joven. Eso lo conmovió. Su amigo estaba madurando sin darse cuenta.
- Encárgate, George. - le dijo el rey girando sin decir nada más y luego se marchó.
- Lady Victorie no ha comido en más de doce horas y eso no le hace bien al bebé. Quédense hasta mañana para que pueda recobrar fuerzas y comer con tranquilidad. Daré órdenes para que los guardias no dejen pasar a nadie a tus apartamentos. Haré que traigan parte del desayuno para que ustedes coman algo, supongo que lady Zoe tampoco ha comido apropiadamente ¿Necesitas algo más? - le dijo a su hermano.
- Que traigan una cama individual para Zoe. No duermen separadas por las experiencias que tuvieron que pasar... Pedí un sastre para que fuera al ducado, pero tendré que cancelarlo.
- Aún hay ropa que pediste para tus amantes en el palacio ¿Debería traerla?
- ¿Eres imbécil? Deshazte de todo eso. Devuélvelo a las tiendas. Si es necesario pagaré una compensación por pedirlos y no usarlos.
- Pfftt - se rio George - ¿Estás bien? ¿Qué hiciste con mi hermano? ¿Qué te hizo esta mujer?
Connor se rio. Amélie era la primera mujer que detestaba su polla y negaba tajantemente llevar a su hijo. Todo lo que las demás deseaban, a ella no le interesaba y ese desafío lo tenía constantemente en vilo.
- Ya la conocerás y te darás cuenta de porque me gusta... - le dijo con una sonrisa que hacía mucho tiempo no había visto en el rostro de su hermano.
- Vaya...- le dijo con honestidad - Ya me da curiosidad... ¿Necesitas doncellas?
- No, Zoe es bastante independiente y yo me ocuparé de mi esposa. Que traigan agua y paños. Preparen el baño para mi al anochecer.
- Lo gestionaré. Mantenme informado cuando Lady Amélie despierte.
- Gracias...- le dijo Connor mirando a su hermano marcharse.
No sabía que iba a decidir su padre, pero él mantendría su promesa. Era un trato.