Niñera Real
Un carruaje con el emblema del ducado de York avanzó hasta la entrada del Palacio donde varios guardias se apresuraron a ayudar a la mujer que descendió en cuanto la reconocieron. Martha, la niñera real de los príncipes estaba en el Palacio.
La mujer de unos cuarenta años, le hizo unos gestos a los pajes que la acompañaban para que bajaran dos baúles. Luego una joven de no más de quince años bajó del carruaje y se detuvo un paso atrás de ella. Ambas vestían pulcros vestidos que cubrían su pecho y cuello, dejando clara su elegancia y rectitud.
- Niñera Real. - le dijo un guardia saludándola con respeto.
- Llévame con su alteza real, Connor. - le pidió seria por lo que el hombre hizo un gesto a un sirviente para que la acompañara.
Martha caminó con su séquito por los amplios corredores y fue imposible que funcionarios y nobles no la identificaran alzando murmullos y comentarios los que la mujer ignoró. Cuando se acercaban a los apartamentos de la Familia Real, George, quien comenzaba su jornada y se dirigía a su despacho, la reconoció desde lo alto de la escalera.
- ¿Martha? - preguntó sorprendido bajando hasta el descanso donde la mujer hizo una reverencia educada.
- Su alteza, me alegro de verlo bien... - le dijo.
- A mi también me da gusto verte. Creí que estabas en el ducado...
- Lo estaba, pero mi señora está aquí... - le dijo y el joven se descolocó.
- ¿Hablas de la mujer que trajo Connor? - preguntó George y se tensó cuando vio la expresión de la mujer y sus labios cerrados en una línea recta. Error.
- Lady Amélie requiere mayores cuidados debido a su estado... Se me informó que ayer se desmayó y no pudo comer...
- ¿La reconoces como princesa real y duquesa? - preguntó el joven sorprendido.
- Desconozco las circunstancias de su situación en Francia, pero es la esposa del príncipe Connor y, por ende, la duquesa.
- ¿No eras tú la que estaba en desacuerdo con sus amantes?
- La duquesa no es una amante, es su esposa y él la eligió. Además, creo que ya sabe que lleva la sangre real.
- Eso está por verse... Me retiro, ambos están en su habitación. - dijo con una mueca - Déjenlos pasar, es la niñera real.
Martha observó a su joven maestro retirarse y suspiró. Por la actitud de George, la reunión no había salido bien.
- Lleven los baúles al vestidor del príncipe y esperen en su salón privado. Qué uno de ustedes vaya a la cocina y pida las comidas de la lista para que desayunen.
- Sí, señora Martha. - le dijeron los cuatro hombres antes de ir al vestidor mientras la mujer y la joven que la seguía permanecieron frente a la puerta.
- Lady Zoe es muy tímida, no seas tan expresiva por ahora, Bea. - advirtió.
- Sí, tía... - le dijo con seguridad.
Después de tocar un par de veces, la mujer entró para encontrar a la pareja profundamente dormida en la cama y a Zoe durmiendo en una cama individual cerca de la chimenea. Tal como esperaba Martha, Zoe levantó la cabeza con rapidez ante el ruido por lo que le hizo un gesto de silencio para que no hiciera ruido.
- Buenos días, Lady Zoe - le dijo cuando se paró a su lado - Ella es Bea, las ayudará a partir de hoy. Es mi sobrina así que se comportará bien. - la joven se inclinó para saludar - Preparé su desayuno y le traje ropas de cambio. Bea le ayudará, yo despertaré a su hermana ¿Le parece?
La niña asintió y caminó junto a Bea quien abrió la puerta que le indicó Martha, la que conducía al vestidor anexo y salieron. La mujer se acercó al lado izquierdo donde estaba Amélie y apoyó la mano en su hombro. Sólo eso bastó para que abriera los ojos y la mirara. Con un gesto silencioso le indicó que se levantara y la joven la siguió. Iba vestida con una camisa de Connor por lo que la mujer suspiró. Tendría que hablar con ese niño con respecto a su comportamiento hacia su esposa.