Tic Tac

28

Preocupación

George subía la escalera bellamente decorada que dirigía a los apartamentos de la familia real, específicamente al ala del palacio asignada a los príncipes una vez que estos cumplieron la mayoría de edad.

Ambos compartían esa ala del palacio, pero estaba divido para cada uno, a la izquierda el sector asignado a Connor y a la derecha el sector fue asignado a George. Los dos príncipes tenían habitaciones, salones y dependencias similares, pero separados a fin de mantener la privacidad de dos hombres adultos.

Con sorpresa, el príncipe vio como el médico real subía corriendo escoltado por los sirvientes del ducado el que se inclinó de prisa y continuó, avanzando sin detenerse.

- ¿Qué está pasando? - preguntó el príncipe a un guardia cuando llegó al descanso.

- La pequeña señorita se desmayó cuando la dama fue llamada por su majestad y al parecer tiene fiebre muy alta.

- ¿Lady Victorie fue llamada por el rey?

- Fue llamada después de pasear por el jardín. Se dio la orden de que no pueden dejar el palacio.

George alzó una ceja, sorprendido. No había sido informado de esa situación.

- Buen trabajo... - le dijo y avanzó hacia los apartamentos de Connor.

Caminó hasta las habitaciones privadas y vio que Ethan estaba en el corredor caminando de un lado a otro en tanto una doncella salía con una palangana en los brazos con expresión preocupada.

- Sir Ethan... - llamó cuando se acercó dirigiendo la mirada hacia el interior de un dormitorio a unas puertas por el lado frente al dormitorio de Connor.

La pequeña estaba acostada en la cama, sudando profusamente por la fiebre con pequeños quejidos mientras Amélie por un lado y Martha por el otro, ponían paños fríos en su frente. Connor estaba de pie, a los pies de la gran cama con una mirada sombría observando al médico revisar a la niña.

- Alteza... - dijo Ethan inclinándose.

- Informa... - le pidió.

- Su majestad dio la orden que reclusión para las damas y luego llamó a la duquesa por separado, la joven Zoe se asustó debido a que vinieron varios guardias para escoltarla. Si considera su experiencia previa y el temer por la vida de su hermana, fue demasiado. Se desmayó mientras Lady Amélie no estaba y la fiebre comenzó.

- ¿Qué ha dicho el médico?

- Acaba de llegar, no lo sé, alteza.

George entró a la habitación y se acercó a su hermano, pero en cuanto éste lo vio, se acercó furioso agarrando las solapas del traje.

- ¡Connor! - exclamó Amélie sorprendida por el gesto.

- ¡Alteza! - gritó Ethan entrando para separarlos, pero George lo detuvo.

- ¡¿Cómo te atreves a venir a ver lo que provocaste?! - le preguntó Connor enojado.

- No tuve nada que ver en esto. Me acabo de enterar... - le dijo su hermano con honestidad .

- Esto es culpa de padre. - dijo frustrado - Sabiendo por lo que habían pasado ordena reclusión y luego envía guardias para Amélie. Jamás pensé que pudiesen tratarlas de esa manera, independiente de que sea mi esposa y familia, esta no es forma de recibir a nadie. Me avergüenza pensar que no las hemos tratado mejor que los anarquistas que arrestaron a su familia. Por lo menos en Francia sabían quién era el enemigo...

- ...

- Me las llevaré al ducado... No voy a exponerlas a las víboras de la corte una vez que sepan que el propio rey las ha puesto en reclusión, eso las dejará a la merced de los perros.

- ¿Vas a desobedecer una orden real?

- Si es para proteger a mi esposa y a mi familia, lo haré ¿Olvidas que Mel está embarazada? Prometí proteger a Zoe y no volveré a verla aterrada como esta mañana. Ha vivido cosas muy duras desde muy pequeña. Nosotros hemos vivido entre cojines y lujos, ella perdió todo a los cinco años ¿Has imaginado estar en prisión? ¿Sin comida o agua siendo una niña alejada de tus padres?

George no habló.

- Alteza... - dijo el médico acercándose en tanto Amélie cobijaba a su hermana como si fuese un cristal - Lady Zoe sufrió una fuerte impresión... La fiebre subió debido a ello. Sugiero mantener paños y el cuerpo a temperatura estable. Le di un sedante para que descanse. Vendré a verla por la mañana... Tenga en consideración a Lady Amélie, no va a dejarla y su cuerpo está sobre exigido por el embarazo. No querrá dormir ni comer hasta que la pequeña dama despierte...

- Gracias, haré las gestiones...

El médico se retiró y Connor suspiró desalentado sin saber a ciencia cierta que hacer a continuación. Nunca había sido responsable por alguien que no fuera el mismo y menos una mujer y una niña. El peso de la responsabilidad lo abrumó. Todo estaba pasando muy rápido. Hace poco más de un mes estaba en la cama con Mary y jugando a las cartas en el club de caballeros.

En contra todas las buenas costumbres y educación, se giró y salió del lugar a paso rápido dejando a todos desconcertados. Amélie suspiró y miró a Ethan quien asintió antes de seguirlo.

- Alteza... - le dijo la joven a George con educación haciendo una reverencia frente a él - Sé que Connor puede ser impulsivo e intenso. Le pido que lo perdone. Todo ha pasado muy rápido y es joven aún...

- Creo que usted es más joven que él, Milady... - dijo con una sonrisa.

- Voy a cumplir dieciocho años, pero mis circunstancias han sido diferentes y eso cambia a las personas. - le dijo con una sonrisa - No quiero que tengan dificultades. Sé lo importante que son para Connor. Ya he hablado con su majestad y ha dado indicaciones que voy a cumplir.

- No quiero pensar en que la amenazado, Milady. Ya hemos sido suficientemente irrespetuosos.

- Yo también desconfiaría de alguien que llega con mi hermana y dice ser su esposo y padre de su bebé. No tengo intenciones de hacerlos cambiar de opinión, usted debe hacer su propio juicio. Sólo le dejo claro que no tengo intenciones de engañar o herir a Connor. Es muy importante para mi.

En ese momento, fuertes espasmos sacudieron a Zoe.

Estaba convulsionando por la fiebre.

- ¡Mi señora! - dijo Martha sujetando a la niña para ponerla de costado.

Amélie corrió hacia ella y miró a su hermana ansiosa.

- Un pañuelo, no debe morderse la lengua. - exclamó y George reaccionó con agilidad, entregándole el suyo - ¡Preparen la tina con agua fría! - ordenó - ¡Necesitamos enfriarla!

El tiempo era crucial.