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1216 Words
Ayuda Inesperada Amélie trató de tomarla en brazos mientras Martha y Bea corrían a llenar la tina, pero no pudo con el peso. El príncipe reaccionó, una mujer embarazada no puede hacer fuerza. Lo recordó cuando su madre se lo dijo al tratar de que lo cargara cuando estaba embarazada de Connor. - Yo lo haré... - le dijo tomando a la niña en sus brazos quien vestía las bombachas y la camisa interior. Amélie agradeció entrando al baño que estaba en una habitación contigua donde las mujeres echaban baldes con agua fría que los sirvientes del ducado cargaban desde afuera del pasillo. - Mi señora, no lo haga. - le dijo Bea cuando vio que Amélie iba a entrar al agua helada para afirmar a su hermana - Puede ser malo para el bebé. - Necesito enfriarla, si entra sola se hundirá. - le dijo y la sirvienta asintió justo a tiempo para ver que George se sacaba la chaqueta y los zapatos antes de meterse a la tina y sostener a la niña en su regazo con sus brazos para que no se hundiera. - ¡¿?! Las mujeres se quedaron estupefactas al igual que los sirvientes sin saber qué hacer. - Sigan llenándola ¡¿Qué esperan?! - exclamó, avergonzado por la reacción que había tenido. Fue espontánea al ver la angustia de la joven, pero no era algo natural de su carácter. Los sirvientes siguieron llenándola hasta que llegó al borde y George temblaba de frío, aunque Zoe ardía en fiebre. - Gracias... - dijo Amélie conmovida de rodillas en el suelo junto a la tina acariciando la mejilla de su hermana y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas - Muchas gracias, alteza. - Es lo menos que podía hacer, Milady. Está embarazada y Martha ya no tiene tanta fuerza como antes. - Prepararemos un cambio de ropa para Lady Zoe. - dijo Martha agradeciendo con una sonrisa a George. Lo había criado bien - Pediré a su ayuda de cámara que le traiga toallas y ropa, alteza. - No me moveré hasta que Lady Zoe esté mejor. Prepara sus cosas primero. - Sí, alteza. - Trate de mantener la calma, Lady Amélie. - le dijo George a la joven - Los niños son más fuertes de lo que uno cree y usted la ha cuidado bien. - Lo siento. - dijo, llorando desconsolada. Era irónico que era el príncipe heredero quien estaba en la tina de agua fría, totalmente vestido, ayudando a Zoe mientras ella no podía por la estúpida idea de Connor sobre el embarazo y que la persona en cuestión hubiese escapado a la primera dificultad. Sabía que el joven era inmaduro e impulsivo. Era obvio que no estaba preparado para la responsabilidad de una mujer y una niña y era por eso por lo que estaba decidida a marcharse en cuanto la reputación que tenía cambiara. Ese era su compromiso. Amélie lloró para dejar salir el cansancio y la tensión del último mes, aunque para los demás, estaba abrumada por Zoe y el que Connor se hubiese marchado. Martha lanzó una exclamación al verla en el suelo llorando y se arrodilló junto a ella cuando no pudo levantarla. - Alteza... tranquila. Todo estará bien... - le dijo cobijándola como a una niña y la dejó llorar en sus brazos - Bea, llama al doctor. - Sí, tía. - le dijo corriendo hacia el exterior, pero chocó con alguien que venía de regreso. Connor la miró sorprendido al afirmarla para que no se cayera. - Lo siento, alteza. Voy por el médico. - Dime que pasa... - La duquesa... Fue todo lo que pudo decir antes de que el príncipe entrara corriendo a la habitación. Zoe no estaba en la cama y Amélie no estaba en la habitación. Siguió el ruido el que, a medida que se acercaba, pudo identificar como sollozos. Caminó con el corazón latiendo a toda prisa hacia el lugar y vio una escena que lo descolocó. Amélie, en el suelo, llorando en brazos de su niñera y George, vestido en el interior de la bañera con Zoe en brazos. - ¡¿Qué fue lo que pasó?! - preguntó, pero su voz solo hizo que Amélie llorara aún más y recibió las miradas de desaprobación de los presentes. - Creo que es mejor que salgas, hermano. - le dijo George - Cuando te fuiste, lady Zoe tuvo una convulsión y tuve que ayudar, Lady Amélie no podía cargarla. - Alteza, por favor, salga. - le dijo Martha con una expresión molesta y que Connor conocía muy bien cuando se metía en problemas - Nunca esperé que ante la primera dificultad dejara sola a su esposa ¿No es usted quien dice que la protegerá y a su bebé? ¿Qué son su familia? Salga hasta que aclare sus ideas. Yo cuidaré de la duquesa y lady Zoe. - Niñera... - Hacía años que no la llamaba así. Estaba aturdido al ver todo a su alrededor. - Sal, Connor. - dijo George - Zoe se está inquietando al oír a su hermana llorar y estás alterando a Lady Amélie. El médico entró al lugar y Martha le explicó lo que había pasado para después revisar a la niña informando que el sumergirla había servido y luego a Amélie quien se negó a tomar el sedante y, con expresión seria, se levantó. Era la misma expresión que Connor vio en el momento que la tomó. Decisión y deber a pesar del dolor. - Me haré cargo de Zoe. Pidan a un varón que ayude a acostar a Zoe de nuevo, nana. - le pidió a Martha - ¿Puede pedir que enciendan la chimenea y traer ropa para Zoe? - Yo lo haré, Mel. - dijo Connor, pero Amélie negó. - No lo molestaré, alteza. No debe preocuparse. - ¡Mel! - exclamó enojado, pero la joven se inclinó sujetando su vientre como si le doliera y el joven se congeló. - Alteza. - dijo el medico - Es mejor que se retire... La duquesa no está bien... Connor miró a su niñera quien sujetaba a Mel y a George quien aferraba a Zoe antes de girarse y salir de la habitación dando un portazo. Después de varios minutos, Ethan, quien se quedó, avanzó para ayudar a cargar a Zoe mientras George salía del agua estilando por lo que Bea lo cubrió con una toalla. - Si no hay problema, me cambiaré aquí en tanto atienden a las damas. - les dijo al ver a su ayuda de cámara en un rincón con su ropa - Me quedaré a acompañarlas hasta que la fiebre baje si me lo permiten. - Gracias por su preocupación, alteza. - le dijo Mel caminando hacia la habitación con ayuda de Martha al tiempo que Ethan llevaba a Zoe para acostarla. - Esperaré afuera hasta que lady Zoe esté lista. - le dijo inclinándose ante Mel para luego salir seguido de médico quien dejó el sedante a Martha en caso de otra crisis. La niñera vio cómo la joven sacaba la blusa interior para secar a Zoe y la cubría antes de sacar la bombacha y suspiró antes de salir por la ropa que estaba en el vestidor de Connor.
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