Campo De Equitación
Las noticias del incidente del jardín se corrieron rápidamente en el Palacio, así como el castigo al marqués Bristol.
Debido a eso, las damas habían comenzado a tratar de acercarse a la nueva princesa extranjera ya que todos podían notar su influencia en los príncipes y en el rey lo que significaba que era mejor tenerla como aliada que como enemiga.
Habían pasado dos días desde ese evento y ahora estaban en los campos de equitación. El clima de un día de verano era ideal para una presentación de saltos y dominio ecuestre en las últimas semanas de la temporada social. Todo estaba preparado con elegancia con una tarima cubierta con un toldo para el rey y nobles de alto rango, con sirvientes que iban y venían con mantas y cojines mientras los invitados recorrían el lugar. Parecía haberse convertido en un gran picnic después que Amélie pidió una manta y se sentó en la hierba con Zoe, Rose, Martha y Bea. Todas con sombrillas delicadas y sombreros de ala ancha.
El rey sonrió desde su ubicación sentado en una gran silla bajo el toldo al ver que la joven provocaba a propósito a la corte al romper la etiqueta por lo que los nobles no sabían que hacer. Varios lo miraban con confusión, pero Joseph no decía nada, sólo observaba y sonreía. Esa niña era mucho más inteligente y capaz de lo que dejaba entrever.
Poco a poco estaba viendo los cambios en Connor y por qué no decirlo, en George. Sus hijos se habían vuelto cercanos después de años de discusiones y desacuerdos. Estaban trabajando juntos y su hijo menor estaba más centrado (¿embobado?) por su esposa y se veía feliz.
Sabía que Connor no conocía la verdadera identidad de Amélie, aunque tenía la información de que era noble y de una casa importante. El hombre aún se desvelaba pensando en el acuerdo que tenía con la joven... ¿Sería capaz de ordenar el divorcio de su hijo ahora que veía lo bien que le hacía la mujer? Pensó en su esposa, extrañaba sus consejos y visión.
Los príncipes salieron de las caballerizas vestidos con trajes de equitación conversando animadamente con Ethan causando murmullos y comentarios sobre lo atractivos que se veían.
- Sigues teniendo esa cara boba... - se burló George - La buscas en todo momento con la mirada...
- Tengo miedo de que desaparezca si me descuido... - le dijo con honestidad.
Después de ese día, cuando tuvieron relaciones sexuales convirtiéndose en esposos y amantes, se había vuelto más aprensivo. No olvidaba el acuerdo que tenían y que Mel estaba decidida a marcharse en cuanto su reputación cambiara. Al hacerla suya de manera consciente, sin estar drogado, el poseer su cuerpo cada noche se había convertido en algo tan necesario como respirar. Era joven y curiosa por lo que exploraba con obediente interés todo lo que Connor le enseñaba. Además, no fingía el placer y era capaz de decirle lo que no le gustaba. También se esforzó en identificar lo que le gustaba a él en la interacción al verlo reaccionar, gemir y jadear y Connor se sorprendió respondiendo aún más ruidoso ya que su esposa parecía muy entretenida al desesperarlo con el placer al tocarlo y besarlo aquí y allá. El joven nunca había tenido una interacción tan simétrica durante el sexo y quería que Amélie se sintiera bien al igual que él.
Pero quería más, no sólo sexo, no sólo cumplir el trato. Quería que ella se quedara a su lado... Con Zoe, con los demás... Le gustaba esta nueva vida... Se sentía cálida y cómoda, aunque tuviera más trabajo y horas en el despacho, pero sabía que el esfuerzo sería recompensado con el recibimiento de su hermosa esposa y su pequeña cuñada con la niñera, Ethan y Bea.
Quería más.
Los jóvenes se inclinaron para saludar a su padre y luego caminaron hacia las jóvenes.
- ¿No van a seguir saltando? - preguntó Rose al ver que se sentaban en la manta y unos sirvientes trajeron platos con bocadillos y vino.
- No, descansaremos un poco... - dijo George a su lado - Connor dijo que Zoe quería ver los caballos.
- Voy a conseguir zanahorias y azúcar para que les des. - le dijo Ethan a la niña quien aplaudió.
- ¿Cómo te sientes? - le preguntó Connor a su esposa tocando su vientre y la joven se sonrojó. Connor seguía insistiendo en que estaba embarazada, pero no quería otra discusión por rebatirle. Cuando sangrara todo se aclararía y ella se lo había advertido.
- Tengo sueño... pero el día está muy bonito. Me gusta.
- Mmmm... - dijo Connor tomando una frutilla y echándosela a la boca para luego susurrarle al oído - Hoy tampoco dormirás...
Mel se atoró con el té que bebía y sus mejillas se pusieron rojas al recordar lo que habían estado haciendo esas noches anteriores haciendo reír a su esposo.
- Al parecer tu idea de convertir la salida en un picnic tuvo un buen efecto, Amélie. - dijo George observando a su alrededor y recibiendo el plato que Rose le extendió con naturalidad sin regañar o burlarse por lo que Ethan cruzó miradas con Connor. No era normal.
Martha sonrió al ver la interacción y acercó a Rose varios cutting-pie con pollo y varios de los sándwich favoritos de George.
- Pueden compartirlo con su alteza...
- Claro... niñera Martha. - dijo la joven dejando el plato en el regazo mientras le entregaba uno a George quien, con las manos ocupadas, atinó a abrir la boca para recibirlo y la joven se lo acercó. El gesto fue observado por Connor y sonrió. Vaya, vaya, pensó divertido. Eso era interesante.
- ¿Quieres probar, Zoe? - le preguntó George a la niña quien miraba los sándwich con curiosidad entregándole uno - John Montagu, IV conde de Sándwich los creó. Supongo que se han difundido en la corte.
- Me gustan... - dijo la niña disfrutándolo.
- Termina de comer e iremos a las caballerizas... - le dijo George tomando otro.
- Nana. - dijo Amélie al ser ayudada por Connor para incorporarse - Tú y Bea sigan descansando. Iremos con sus niños y volveremos.
Connor y George entornaron los ojos ante las risitas de Rose y Ethan. Amélie hablaba de los jóvenes con la niñera como si fuesen sus cachorros y eso hacía reír a los que los rodeaban y, aunque los príncipes parecían molestos, sonreían y miraban a su niñera con cariño. Mal que mal los había criado y cuidado desde la muerte de su madre.
El grupo caminó hacia las caballerizas en tanto Ethan iba a buscar lo que prometió.
George buscó unos cepillos, pero no los encontró por lo que le pidió a Connor que le acompañara a buscar algún cuidador para que les entregara algunos.
Cuando se alejaron, Zoe se acercó a una yegua blanca que sacó la cabeza de la pesebrera y resopló, despeinándola, haciéndola reír. Rose y Amélie se acercaron a otro caballo y lo acariciaron.
- ¡¿Qué haces?! - gritó una joven de no más de quince años acercándose a Zoe y dándole una fuerte bofetada que la hizo caer - ¡Aléjate de ella!
- ¡Detente! - gritó Amélie corriendo hacia su hermana para cubrirla con su cuerpo al ver que la joven se acercaba para golpearla de nuevo.
- ¡No las toques! - gritó Rose parándose frente a ella para protegerlas.
- ¡Tú y tu familia! - gritó la joven - Corriendo tras las migajas de la familia real. Ni siquiera lograste acostarte con Connor a pesar de haberse propuesto la alianza...
- ¡Somos como hermanos! - le gritó - Deja de jactarte de eso. El que tú y tu hermana se acostaran con él no es algo de lo que debes hablar tan descuidadamente. Todos saben que estás arruinada.
- ¡Estúpida! Connor volverá a mí y nos casaremos. Esta extranjera es temporal.
- Se casará conmigo, hermana. - dijo una voz femenina entrando al lugar.
Una joven vestida con traje de montar de unos quince años las miró desafiante en tanto movía una fusta de manera peligrosa.
- ¿Es que todas las amantes de Connor están locas? ¿Las elige en serie? - preguntó Rose perpleja - Se acostó con ambas al mismo tiempo. ¿No les dijo algo eso?
- Somos gemelas... hacemos todo juntas... - se burló la que había golpeado a Zoe.
- Sugiero que se marchen. Si les pasa algo a las princesas, su casa no saldrá bien librada. - advirtió Rose extendiendo los brazos para cubrirlas.
- ¿Y qué vas a hacer tú? Somos dos contra una. - dijo la que tenía la fusta - ¿Pelear...? Eres una inútil sin armas.
Rose se mordió el labio. Podía atacar sin problemas, pero al dejar desprotegida a las princesas, una de las gemelas podría hacerles daño. Evaluó todas las opciones y decidió no moverse y resistir.
- Son unas cobardes sin valor... - las desafió. Por último, si ella recibía el castigo podría sanar rápido. No arriesgaría a una mujer embarazada o a una niña.
El primer golpe de fuete, golpeó su brazo izquierdo cerca del hombro y apretó los dientes para no gritar. El segundo golpeó su costado y el tercero golpeó en el hombro cerca del pecho. La marca roja de la herida se apreció limpiamente.
- ¡Tonta! - le dijo la mujer cuando Rose cayó de rodillas. Ese último sobrepasó su límite. No aguantaría otro.
- ¡Basta! - dijo Amélie furiosa - Es conmigo. No la toquen.
- Jajajajaja... Un héroe. - se burló la otra tirándola del cabello haciéndola gritar, pero la joven no soltó a su hermana ni dejó de cubrirla.
- Nosotras siempre ganamos... - le dijo la otra levantando el fuete para golpear a Rose quien se giró para proteger a Amélie.
- Eso jamás pasará... - dijo George sujetando su brazo con fuerza con una expresión que la hizo gritar.
- ¿Alteza? - dijo la joven, pero George se giró para llamar a los guardias quienes llegaron corriendo al mismo tiempo que Ethan y Connor los que se paralizaron ante la escena.
Por un momento, un escalofrío recorrió a Connor al ver a su familia en el suelo y cómo Amélie protegía a Zoe sin soltarla.
Esto era su culpa, su pasado había golpeado a su esposa y a su familia y todo el remordimiento no fue suficiente.