Buscando a Bernadette Todo había pasado muy rápido. Lo que debía ser un día tranquilo, se convirtió en uno de los peores, como si Bernadette no se cansara de poner su mundo de cabeza. “Será fácil tener una esposa muda”, decían. ¡Claro! No le veía lo fácil a ese matrimonio. De un momento a otro se había vuelto rebelde, respondona y fugitiva. ¿Cómo alguien que no hablaba podía dar tantos problemas? Pues su esposa, la inocente y muda Bernadette, no solo se revelaba y exponía sus deseos como si fuese algo de importancia y a considerar, sino que se atrevía a huir de él. Quería reírse. Gritarle al mundo que tener una esposa muda no traía ventajas… y que aquella estaba siendo problemática. Pero estaba demasiado enojado como para soltar una carcajada, incluso si era sarcástica. Su es

