Capítulo sesenta y cuatro: Su regreso

2171 Words

La casa casi siempre estaba en silencio, poco se hablaba, poco se decía. ¿Qué podía decirse cuando la situación era tan extraña como alarmante? Inusual, carente de lógica y de la propia costumbre a lo establecido. Habían pasado nueve meses desde el entierro de Amélie, y los murmullos de Évreux aún cortaban como cuchillos, manteniendo a Bernadette y Camille encerradas como parias. Así se sentían, sobre todo ante la incapacidad de poder hacer algo para limpiar su imagen. Bernadette, frente a una mesa de roble, arreglaba una canasta de manzanas, peras y también higos, sus manos firmes seleccionando cada fruta con cuidado. Era el ama de casa en todo sentido, dirigiendo la casa con notas precisas desde que Silas huyó. ¿Se podría emplear la palabra “huir” para referirse a lo sucedido? Él

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD