Punto de vista de Lucien El silencio en el dormitorio era denso, como una densa niebla que se colaba por cada rincón. Aleron seguía temblando ligeramente en su cama, con el pecho subiendo y bajando con cada respiración agitada. Me quedé allí, observándolo desde mi sitio, sintiendo esa extraña mezcla de ira y algo más... algo que no lograba identificar. —Oye, hermano... —Cassian rompió el silencio con su tono despreocupado—. Asustaste al niño. Casi se mea encima. Puse los ojos en blanco pero no respondí. —No deberías haberle dado la orden de alfa —intervino Axel, con su voz profunda pero tranquila que atravesó la tensión—. Es nuestro compañero de piso; solo es su segundo día aquí. —¿No viste su actitud cuando entré? —gruñí, volviéndome hacia ellos—. Me miró como si yo fuera el malo. A

