Habitación 333

Capítulo V

Tara esperó en su habitación hasta que sólo el ruido de los árboles al moverse gracias al viento se escuchó, respiro hondo y decidió abrir la puerta acompañada de su linterna que solía llevar en su maleta, bajo las escaleras donde Christopher la esperaba de igual manera con una linterna que señalaba el piso

-Por aquí-dijo caminando para que lo siguiera, Tara miro la recepción a oscuras, se notaba mucho más aterradora y veía la puerta como si esperaba que en algún momento se abriría y algo aterrador entraría para atacarla

Pasaron detrás del mostrador de la recepción y se metieron a un pequeño cuarto lleno de cajas de cartón, Tara vio aquella habitación que parecía no tener más espacio para muchas personas, estaba viendo y poniendo la luz de la linterna en cada rincón, la habitación tenía un acabado azul marino y un solo foco colgaba del techo que estaba pintado de color blanco.

- ¿Qué hacemos aquí? -dijo Tara viendo el lugar, miro al chico que parecía buscar algo también con ayuda de su linterna

-Cuando empecé a trabajar aquí estaba limpiando este lugar-dijo sacando una caja cubierta de polvo-Y me encontré con esto-la abrió y saco un álbum de fotos que tenía terciopelo en las pastas, era de color rojo y parecía demasiado viejo y lleno de polvo

Tara no le prestó atención cuando él comenzó a hojearlo buscando algo dentro de aquel álbum, volvió la vista al muchacho que sacaba una foto del álbum y la alzaba ante ella

-Mira tú misma-le dio la foto y ella con el temor en su pecho la tomó, miró la foto y su corazón dio un brinco cuando se dio cuenta de que había una niña pequeña vestida exactamente como ella la había visto por la ventana

-Es ella-dijo pasando los dedos por la foto de la pequeña

-Es la hija de Abigail-dijo Christopher y ella lo miró y después regreso la vista a la foto de la niña

- ¿Y dónde está? -volvió a mirar la foto

-Murió hace años, sólo tenía ocho-un escalofrío recorrió la espalda de Tara-Abigail nunca habla de eso y lo entiendo, perder a alguien que amas es algo muy duro

- ¿Cómo murió?

-No lo sé y jamás me he atrevido a hacerlo, no creo que tenga las fuerzas para hacerlo-Tara lo miro mientras pensaba en algo que decir

Iba a decir algo cuando un ruido los hizo reaccionar, los dos se escondieron detrás de los estantes y Christopher se llevó la caja con él, Abigail apareció en la puerta y encendió la luz, pero no vio nada extraño, apagó la luz y regreso a su habitación, Tara miró a Christopher con la respiración pausada, sintió que en cual momento Abigail notaria que ellos estaban ahí husmeando en ese cuarto, lo único que vio en aquella habitación por el fugaz momento en el que ella encendió la luz fue muchas cajas del mismo color y que la mayoría estaban selladas con cinta adhesiva.

-Vamos a dormir, es lo mejor para nosotros-dijo dejando la caja en uno de los estantes, ambos salieron del cuarto

- ¿Qué hacemos con esto? -dijo refiriéndose a todo lo que acababa de pasar

-Creo que podemos hacerlo mañana de esa manera estaremos más tranquilos y pensaremos mejor-ella asintió y subió las escaleras sola, la habitación de Christopher se encontraba en la planta baja al igual que la del resto de los trabajadores

Tara aun mantenía la fotografía cuando entró a la habitación, se acercó a la cama, se sentó en la orilla y le dio media vuelta, detrás de la fotografía había un nombre: Eveline. Leyó y sintió un nudo en la garganta, había muerto muy pequeña y tal vez había sufrido al dejar este mundo, no podía dejar de pensar en aquella pequeña, pero también en las cosas aterradoras que habían sucedido desde que paso la primera noche en el hotel, se puso la pijama y puso la foto sobre el mueble a su lado y la miro mientras se tapaba con las cobijas y se acomodaba sobre la almohada, le dio una última mirada a la foto y poco a poco cerro los ojos para quedarse dormida.

Tara sintió una mano helada tocando la suya y abrió los ojos rápidamente, delante de ella se encontraba una pequeña niña, con cara de ángel, acercó su cara a la de ella y le tocó la mejilla, sintió los dedos fríos contra su piel, parecía estar enferma o, aunque ella no quisiera decirlo o pensarlo, muerta

-Ayúdame Tara-susurró la pequeña cuyo rostro se tono triste-No va a dejarme ir

Tara se sobresaltó al despertar, se tocó la frente y se preguntó sí había sido un sueño o lo que vio y escuchó era real, Eveline le pedía ayuda, pero ¿por qué? Después de bañarse y vestirse salió de la habitación y miró la puerta 333 le pareció raro que no tuviera alguna cinta o algún aviso por los niños que estaban en el hotel que siempre jugaban y que podrían tratar de abrir aquella puerta y después aquello los dañara y causaría algo más grave, bajó las escaleras y se encontró con Christopher en la recepción atendiendo a las personas que llegaban y que se registraban o que incluso había personas que parecían irse ya.

- ¿Dónde está Abigail? -dijo acercándose al mostrador

-Se encuentra enferma, así que, yo atenderé la recepción hoy-dijo mostrándole una pequeña sonrisa

-Se llamaba Eveline-dijo y Christopher la miró extrañado-La hija de Abigail-explicó- ¿Cómo murió?

-Ya te lo dije, Abigail no habla sobre ella, la comprendo perder a un hijo siendo un niño debió ser muy duro para ella y para su esposo-dijo con tristeza

- ¿Estaba casada?

-Si, pero se divorció después de un año de la muerte de su hija, al parecer él no lo soporto y se fue dejando a Abigail con su dolor y el hotel, tengo que continuar con esto-dijo señalando los papeles encima del mostrado

Tara suspiró y dejo a Christopher para que pudiera hacer su trabajo, salió al patio del hotel, le sorprendía que aquel hotel era lo único que se encontraba en la carretera a Míchigan cuando había ciudades o caminos que tenían muchos más hoteles cerca, incluso no había tenido que manejar mucho para llegar al lugar, solamente un par de metros y dar la vuelta a la izquierda mientras veía el resto de los locales que había cerca, se sentó en una de las sillas y sacó su celular marcando el número de su madre.