Cuando terminamos la cena y salimos del restaurante, nos subimos al coche. No podía irme a casa, no estaba preparada para hablar con mi madre y mucho menos con mi tío. Sabía que, todo lo que había hecho iba ser criticado aunque Valentino no dijera nada, ellos sacarían algo con lo que criticar, y no estaba lista para ello. —¿Puedes llevarme a un sitio?—le pregunte. —¿A tu casa?—me pregunto sorprendido. Negué. —Quiero ir a ver a una amiga—le dije. Amanda estaba en la cita, por lo que no la podía molestar y Liana, apostaba lo que fuera a que estaba en la discoteca de Tom. —¿Dónde?—me pregunto. —Gracias—le dije antes de nada—¿Sabes la discoteca nueva del muelle?—le pregunte. Me miro. Un coche hizo sonar el clapson y Valentino volvió la vista a la carretera. —No puedo ir ahí—me dijo.

