Punto de vista de Azucena. Cinco años. Cinco años habían pasado desde aquella noche en el hospital, cuando el dolor se apoderó de mi cuerpo, era algo que jamás podría olvidar. Desde entonces, la vida había seguido su curso, nos habíamos convertido en una pareja funcional: desayunos compartidos, cenas tranquilas, conversaciones sobre el clima, el trabajo, las finanzas, incluso sobre los nuevos lanzamientos editoriales y sus cadenas de hoteles de lujos, hablábamos de todo menos de amor. Esa noche, estábamos sentados en el sofá de nuestra habitación, arropados por una manta ligera, viendo una de esas películas antiguas que tanto me gustaban. Él parecía cómodo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, los ojos fijos en la pantalla. Yo, en cambio, no podía concentrarme en la tra

