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1297 Words
Mediación Consultorio Privado Henry Banks Mientras tanto, Nicholas estaba sentado en un sillón, con el rostro cubierto de sudor frío. Había conseguido calmar las náuseas, pero el temblor en sus manos persistía. Banks estaba frente a él, observándolo con detenimiento. - Nicholas, necesitas ser honesto conmigo. Algo está pasando y no creo que sea solo estrés. Nicholas no respondió al principio, sus ojos estaban fijos en la alfombra, viendo cómo las fibras parecían moverse bajo su mirada, como si todo estuviera distorsionado. - Elise. - murmuró al fin, con un tono tan bajo que apenas fue audible. Banks frunció el ceño. - ¿Quién es Elise? Nicholas alzó la vista lentamente, como si fuera doloroso. - No lo sé. Pero... creo que está aquí. - ¿Aquí? - Banks lo miró con preocupación, inclinándose hacia él - ¿Te refieres a Laura? Nicholas tragó saliva y asintió, aunque no estaba seguro. - Cada vez que la veo, es como si algo dentro de mí... despertara. Y duele, Henry. Duele como si me estuviera rompiendo en pedazos. Banks se quedó en silencio por un momento, intentando encontrar las palabras adecuadas. Pero antes de que pudiera decir algo, escucharon un golpeteo suave en la puerta. - Doctor Banks. - la voz de la recepcionista sonó desde afuera - la señora Elise está esperando. El color desapareció del rostro de Nicholas. Elise. Banks se levantó rápidamente y fue hacia la puerta. Cuando la abrió, vio a Laura parada allí, con el rostro tenso y los brazos cruzados. - Doctor Banks, - dijo ella, claramente incómoda - siento interrumpir, pero creo que necesito hablar con él. Banks miró a Nicholas, quien estaba completamente inmóvil en el sillón. - Quizás sea una buena idea. - dijo Banks, después de una pausa - Pero, Laura... ¿Puedo preguntarle algo antes? - Claro. - respondió ella, aún sin entrar. - ¿Por qué dijo que su nombre era Elise a la recepcionista? Laura sintió que el aire desaparecía a su alrededor. La mirada inquisitiva de Banks, mezclada con la tensión en el ambiente, la dejó sin palabras por un momento. - No lo sé... - admitió finalmente, con un hilo de voz. Dentro del consultorio, Nicholas se puso de pie, tambaleándose ligeramente. Elise. Estaba allí, frente a él. Todo lo que creía que eran pesadillas comenzaba a tomar forma. - Laura... - su voz sonó áspera, como si le costara pronunciar su nombre - ¿Por qué me estás persiguiendo? Ella se giró hacia él, sorprendida por la intensidad en su mirada. - ¿Qué? No estoy... - Sí lo estás. - la interrumpió Nicholas, avanzando hacia ella. Sus ojos parecían buscar respuestas en los de Laura, desesperados por comprender - Porque yo también te estoy viendo, en todas partes. En mis sueños, en mis pensamientos... y me estás matando. Laura retrocedió un paso, sintiendo que su espalda chocaba con el marco de la puerta. Las palabras de Nicholas la golpearon como una ola helada. - ¿Qué estás diciendo? - susurró, apenas capaz de mantenerse en pie. Nicholas cerró los ojos, como si estuviera a punto de decir algo que lo aterraba. Cuando los abrió de nuevo, su mirada estaba cargada de una intensidad que ella no podía evitar. - Estoy diciendo... que creo que te conozco, Elise. Banks Intenta Mediar El aire en el consultorio estaba cargado, como si una tormenta estuviera a punto de estallar. Laura y Nicholas se miraban fijamente, cada uno tratando de procesar lo que acababa de suceder. Elise. Esa palabra seguía flotando entre ellos, tangible y sofocante. Henry Banks, que había permanecido observando en silencio, dio un paso adelante, levantando las manos en un gesto conciliador. - De acuerdo, vamos a calmarnos un momento. - Su voz era firme pero tranquila, como si estuviera tratando de evitar que dos trenes chocaran de frente - Ambos están visiblemente alterados y no vamos a sacar nada en claro si seguimos así. Nicholas rompió el contacto visual con Laura, llevándose una mano a la sien. La ansiedad le apretaba el pecho como un yugo y el mareo volvía con fuerza. - Doctor Banks, no entiende. Esto no tiene sentido. - Su voz temblaba, cargada de una mezcla de frustración y miedo - Yo no... No sé qué está pasando. - Lo sé, Nicholas y por eso estamos aquí. - Banks se acercó un poco más a él, poniéndole una mano en el hombro - Vamos a resolverlo, pero necesito que me expliques qué sientes en este momento. Nicholas miró de reojo a Laura, que aún estaba parada junto a la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión que oscilaba entre la incredulidad y la incomodidad. Verla ahí le producía una mezcla de emociones que no podía controlar: atracción, miedo y algo más profundo, algo que rozaba el dolor físico. - Cada vez que la veo... - comenzó a decir, pero su voz se quebró. Cerró los ojos y tomó aire antes de intentarlo de nuevo - Cada vez que la veo, es como si algo se rompiera dentro de mí. Es como si la conociera, pero no puedo entender por qué. Laura abrió la boca para responder, pero Banks levantó una mano, indicándole que esperara. - ¿Algo específico? - preguntó el doctor - ¿Alguna imagen, algún recuerdo? Nicholas asintió lentamente. - En mis sueños. - Su voz era apenas un murmullo, pero cada palabra parecía pesar toneladas - Ella está ahí, pero no es... ella. Es otra persona. Otra época. Siempre está llorando o.… o llamándome, pero no puedo alcanzarla. Y después está... la sangre. Mi sangre. Laura sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El rostro de Nicholas estaba pálido y sus ojos, llenos de tormento, parecían buscar algo que ella no podía darle. - Yo no sé de qué está hablando. - dijo finalmente, rompiendo el silencio con una voz que intentó sonar firme, pero que traicionó su propia confusión - Solo quiero respuestas sobre el cuadro. Eso es todo. Banks inclinó la cabeza, observándola con atención. - ¿Y usted, Laura? - preguntó, con un tono más suave - ¿Cómo se siente en este momento? Ella vaciló, mirando a Nicholas y luego a Banks. Quería gritar que no sabía, que todo esto era demasiado extraño, que no tenía sentido. Pero en lugar de eso, dijo: - Confundida. - Su voz era baja, casi un susurro - No entiendo qué está pasando aquí. No entiendo por qué... por qué me llamaron Elise allá afuera. Nicholas se tensó al escuchar el nombre y Banks notó el cambio inmediato en su postura. - ¿Por qué dijiste ese nombre? Te presentaste como Elise Kingsley, mi esposa. - preguntó Nicholas, su tono era casi un ruego – ¡¿Cómo sabes mi apellido real?! - ¡¿Qué?! ¡No lo sé! - exclamó Laura, frustrada - ¡Simplemente salió! Y ahora ustedes me miran como si yo fuera... alguien más. Banks levantó ambas manos, interviniendo de nuevo. - Escuchen, claramente hay algo aquí que está afectándoles a ambos de una manera que no comprenden todavía. - Miró a Nicholas con seriedad - Has estado lidiando con pesadillas y fragmentos de recuerdos durante mucho tiempo. Esto podría estar relacionado. Pero necesitamos trabajar juntos para entenderlo, ¿De acuerdo? Nicholas asintió, aunque su mandíbula seguía apretada. - Y tú, Laura, - continuó Banks, girándose hacia ella - mencionaste el cuadro. ¿Es posible que algo en él haya desencadenado esto? Laura frunció el ceño, considerando la pregunta. - No lo sé. Desde que lo vi por primera vez, he sentido... algo extraño. Como si tuviera que protegerlo. - Miró a Nicholas con cuidado, antes de añadir - Pero también siento que tengo que protegerte a ti.
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