20

1585 Words
Siguiendo Las Huellas Las palabras escritas en el documento parecían vibrar en sus pupilas. Cada letra tenía un peso que lo anclaba al suelo, como si el tiempo se detuviera en el instante en que comprendía su significado. Nicholas dejó el papel sobre la mesa, pero su mirada permanecía fija en él, como si las frases pudieran responder a las preguntas que bullían en su mente. “Elise Fairchild, prometida del honorable Cedric Kingsley.” El nombre, el título, la fecha… Todo encajaba de manera aterradora. Elise no era un recuerdo distante, ni una figura insignificante en los anales de la historia. No era solo un nombre entre los documentos del archivo. ¡Era la prometida de Cedric! Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Era su mujer. Esa revelación lo golpeó como un trueno. La intensidad de la conexión emocional que había sentido desde que escuchó su nombre por primera vez ahora tenía una explicación. Su corazón latía con fuerza, su respiración se volvió irregular mientras sus dedos, temblorosos, rozaban la textura áspera del papel antiguo. Era como si al tocarlo pudiera alcanzar algo más allá de lo tangible, como si ese simple acto pudiera cruzar el abismo del tiempo. Había algo en la fecha del anuncio que lo inquietaba. Junio de 1867, matrimonio. La presión en su pecho aumentaba. Elise… Cedric… junio… ¿Por qué esas palabras resonaban con una familiaridad inquietante? Nicholas cerró los ojos, intentando ordenar sus pensamientos. Pero en su mente no había orden, solo imágenes fugaces y emociones que no parecían pertenecerle. Vio un salón decorado con flores blancas, las risas apagadas de un par de sirvientes, la brisa que agitaba las cortinas de una noche de invierno mientras una figura femenina, vestida de tonos claros, lo miraba con una mezcla de amor y expectativa. Y luego, una oscuridad que lo envolvía todo, interrumpiendo cualquier promesa de felicidad. Abrió los ojos de golpe y se encontró jadeando, como si hubiese contenido el aire demasiado tiempo. Había algo que no lograba ubicar, una verdad oculta en esa fecha. Algo que lo llamaba con insistencia. - ¿Por qué… por qué este nombre siempre parece traer consigo un vacío?- murmuró para sí mismo en voz alta. La mujer encargada del archivo lo miró brevemente, preocupada, pero no se atrevió a interrumpirlo. Elise no era un nombre al azar. Laura no era alguien que simplemente coincidiera con esa historia. Había algo en ella... Todo estaba conectado, como un laberinto que lo llevaba de vuelta a una única entrada: Cedric. Y ese lazo era demasiado fuerte para ignorarlo. Nicholas volvió a leer la fecha del anuncio formal y las letras bailaron una vez más frente a sus ojos. Una boda en primavera... lo que vio era en invierno... Su mente intentaba unir piezas que aún no encajaban, pero cada intento parecía llenarlo de más dudas ¿Qué debía hacer ahora con lo que sabía? ¿Qué le debía a Cedric… y a Elise? Al final, sus dedos dejaron caer el papel con cuidado sobre la mesa. Se llevó una mano al rostro, cubriéndose los ojos, como si el peso del descubrimiento fuese demasiado. Era Elise. La mujer que había comenzado a habitar cada rincón de sus pensamientos desde que podía recordar. La sensación de estar atrapado entre dos vidas, la suya y la de Cedric, lo asfixiaba. Algo más profundo estaba en juego, algo que no podía ignorar. Elise no era solo una figura del pasado. Y Laura, de alguna manera, llevaba consigo su eco en el presente. Sus dedos pasaron por el papel, como si al tocarlo pudiera conectar con algo más profundo. Había algo en esa fecha, pero no lograba ubicarlo y el nombre, ahora tenía el apellido de Elise. Fairchild... Elise Fairchild. Nicholas miró hacia la puerta de la sala de archivos donde la mujer mayor había desaparecido. Tenía más preguntas que respuestas. Con un movimiento brusco, se levantó de la silla y salió al pasillo, buscando a la encargada. La encontró en el escritorio principal, revisando otros documentos. - Perdone. - dijo, su voz más tensa de lo que había planeado - Necesito más información sobre… Elise Fairchild. Su familia. Su vida. La mujer lo miró con una mezcla de curiosidad y desconcierto, ajustando sus gafas mientras se inclinaba ligeramente hacia él. - ¿Fairchild? Ese apellido figura en algunos registros históricos. Creo que su familia era de cierta relevancia en su época. Déjeme revisar los índices. Nicholas asintió y esperó mientras ella hojeaba un grueso libro de referencias y luego la computadora. Cada segundo parecía alargarse y él sentía que el aire en la sala se volvía más pesado. Finalmente, la mujer levantó la vista con una pequeña sonrisa de satisfacción. - Aquí hay algo. Elise Fairchild, hija menor de Henry y Margaret Fairchild. Su familia tenía una propiedad en el sur de Inglaterra, conocida por sus negocios en la exportación de textiles. Elise estudió arte y literatura, lo cual era inusual para una mujer de su época. - ¿Arte? - repitió Nicholas, sintiendo que una parte del rompecabezas comenzaba a encajar y no pudo evitar pensar en Laura - ¿Hay algo más sobre ella? La mujer se levantó de su silla y lo invitó a seguirla hacia una sección lateral de los archivos. - Tenemos algunas referencias a la familia Fairchild en los registros personales y culturales. Y, si no me equivoco, hay una fotografía en nuestra colección. Déjeme buscar. Nicholas sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Una fotografía. La posibilidad de ver a Elise, de ponerle un rostro al nombre que lo había perseguido desde conoció a Laura Blackwood, lo llenaba de una mezcla de anticipación y temor. Mientras la mujer rebuscaba en los cajones, él se apoyó en la mesa, tratando de controlar su respiración. Finalmente, ella regresó con una pequeña carpeta y una caja metálica. - Aquí está. Elise Fairchild fue fotografiada en un evento social poco antes de su compromiso con el marqués Kingsley. También hay algunas notas sobre su participación en un círculo artístico. La mujer colocó la fotografía sobre la mesa y Nicholas sintió que el mundo se detenía. Era un retrato en blanco y n***o, ligeramente descolorido por el tiempo. Elise era joven, con rasgos delicados y una mirada que parecía atravesar el papel. Su cabello caía en suaves ondas alrededor de su rostro y vestía un elegante vestido de época con encajes. Pero lo que más lo impactó fue su expresión: una mezcla de dulzura y melancolía que parecía esconder algo más profundo. No era solo un rostro del pasado. Era familiar. Demasiado familiar. Era la mujer de sus sueños. - ¿Está bien, señor Kentwood? - preguntó la mujer, notando su reacción. Nicholas parpadeó y asintió lentamente. - Sí… sí, gracias. Con manos temblorosas, tomó la fotografía y la observó más de cerca. El rostro de Elise le recordaba algo, alguien. Pero no quería permitirse pensar en eso todavía. La mujer abrió la caja metálica y sacó varios documentos, incluyendo un recorte de periódico que anunciaba el compromiso de Elise con Cedric como el que había encontrado en la caja con la información de Kingsley. - Aquí está. - dijo, colocando el recorte de sociales junto a la fotografía “Elise Fairchild, prometida del honorable Cedric Kingsley. El anuncio formal se realizó en una recepción en la residencia Fairchild. Se espera la boda para junio de 1867." Nicholas sintió que su estómago se retorcía. Cedric y Elise. Sus nombres juntos en un texto oficial. Había algo en esa conexión que no podía ignorar. - ¿Hay algo más? - preguntó, su voz apenas un susurro. La mujer asintió y le mostró una pequeña lista de cartas. - Hay una referencia a Elise en los archivos de correspondencia privada. Parece que tenía interés en el arte del retrato y trabajó en un estudio propio. Según las notas, ella misma pintó varios retratos en Kingsley Hall. Kingsley Hall. El nombre de la mansión resonó en su mente, junto con la imagen de Elise. Nicholas sintió como si una mano invisible lo empujara hacia una verdad que no estaba listo para enfrentar ¿Por qué todo volvía a ese lugar? ¿Por qué Laura estaba tan conectada con esto y con el retrato? - Gracias. - murmuró finalmente, guardando la fotografía y los documentos en la carpeta. La mujer lo miró con amabilidad, pero también con una ligera curiosidad. - ¿Es usted historiador? Parece muy interesado en esta familia. Nicholas asintió con la cabeza, forzando una sonrisa. - Algo así. Solo… sigo un rastro para una investigación. Y, más importante aún, tenía que enfrentarse al hecho de que no era solo un testigo en esta historia. Era parte de ella. Apartó el artículo y sacó un pequeño paquete de cartas cuidadosamente dobladas de la caja metálica. La caligrafía de Elise era elegante, delicada, pero las palabras que contenían estaban cargadas de una intensidad que lo dejó sin aliento. “Mi amado Cedric,” leía una de ellas. “Aunque el peso de esta casa y sus secretos amenaza con aplastarnos, encuentro consuelo en tu presencia. Sin ti, todo se desmoronaría... Sé que lograremos salir adelante. Juntos. EF” Nicholas cerró los ojos, respirando profundamente. No podía seguir negándolo. Elise no era solo un nombre. Ella había sido real y de alguna manera, aún lo era. Y ahora, más que nunca, necesitaba entender por qué ese pasado lo perseguía. Por qué Laura estaba en el centro de todo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD