Capitulo 3 “Deseando a la cría humana"

1351 Words
Horas más tardes Alpha Neita Siento la cama moverse, rápidamente abro los ojos y en un abrir y cerrar de ojos la sostengo su respiración se descontrola puedo sentir su corazón bombear con fuerza y rapidez, ni siquiera gira a mirarme, lo que hace que me enoje, rápidamente intenta zafarse de mi agarre, casi lo consigue y salir de la cama en el intento, le doy cavidad a su ilusión por unos segundos, pero rápidamente me muevo a la orilla de la cama, estiro mis manos y con fuerza atraigo a mí el cuerpo que pretendía segundo antes alejarse de mí, encima de mí piernas su cuerpo se pone rígido e inmóvil, su cuerpo seguía moviéndose con vida propia estaba agitada, temblaba y tensa a la vez, acerco mi cara a su cuello justo en el hueco de su cuello y aspiro el exquisito aroma que emanaba de ella, siento su cuerpo tensarse aún más, como si fuese posible, algo caso omiso a esto después de todo estaba aquí para hacerlo lo que yo quiero y se me antoje rozo la piel su cuello, para luego ordenarle - De pie - salto en su lugar, podía escuchar su corazón taladrarle el pecho, sus ojos se encontraban clavados en el piso, la observo detenidamente mientras camino en torno ella. - Desnúdate - Ordeno a lo cual reacciona, quedándose paralizada ante mi orden, cosa que me hace enfurecer - desnúdate - repito, esta vez desabrocho su sostén, y en el momento que mi piel toca la suya, siento toda clase de corriente esparcirse por todo mi cuerpo, mi lobo me suplicaba a grito que la marcara, la necesitaba, quería a su luna. Intento mantenerme sereno e ignorarlo, aunque no pude evitar excitarme y estar totalmente duro. Deslizó suavemente el sostén, dejando al descubierto sus hermosos senos ya bien formados, la siento temblar, pero no me importa con mis ojos, trato de buscar los suyos, pero su mirada se mantenía baja en el piso, observe las lágrimas deslizarse por su mejilla, lo sabía, lo sentía, un sollozo me lo confirma, y maldigo por la furia, cómo puede ser tan Débil, gruño en respuesta, mientras juego con el elástico de sus bragas y es cuando escucho su voz. -No, por favor - con voz apenas audibles, temblorosa en un pequeño tartamudeo susurro, su cuerpo temblaba como gelatina, ante mi presencia. Deslizo su ropa interior hasta sacarla, dejándola completamente, desnuda ante mí, la observo detenidamente con cuidado, no pasar desapercibido ningún detalle, era jodidamente hermosa “la cría humana” mi mirada se dirige a su rostro, levantó su rostro observando su cara era hermosa. - no llores, aún no te he dado razones - dije seco, ante su llanto, no responde nada, lo cual me enoja, ni siquiera tiene la decencia de mirarme, gruño esta vez. - MIRAME, CUANDO TE HABLO – destile con furia, entre los dientes, en respuesta unos hermosos ojos azules, se posaron en los míos, llenos de miedo, temor, terror, se veía tan vulnerable, retiro con mis manos, su cabello rubio dorado que cubría sus senos, hasta los inició de sus caderas, me quedó perplejo ante la vista, por un buen rato, me acerco a ella deslizó mis manos por su espalda hasta sus glúteos para confirmar su tamaño, un jadeo se escapa de sus labios, su cuerpo se tensa ante mi acción, y yo siento explotar de deseo y lujuria contenida, mi lobo no me ayudaba en lo absoluto, la necesidad por poseer ese cuerpo silvestre, como las flores vírgenes de los bosques, como los manantiales en los jardines del ende. - ¿cuántos años tienes? Le digo con mi voz cargada de deseo, nuestro vínculo crecía a cada segundo Bruno, la necesidad. Susurro en respuesta - 17. - Date un baño, vístete y come algo, vendrá un médico más tarde a examinarte -agregó con desprecio - después de todo, puede que sirva para algo. - acción seguida, Salí de la habitación, no podía encariñarme con ella, no podía sabiendo la perdería. Paula Enseguida me desplomé en el piso, me sentí tan avergonzada, desvalorizada y desolada, le odiaba, como podía ser tan cruel, porque me odiaba tanto. Odio tenerle tanto temor y sentirme tan vulnerable a su lado, todo mi sed era un manejo de nervios cuando él estaba cerca, esta vez no solo no podía moverme sino que mi cuerpo parecía colapsa ante su cercanía, era extraño, pero una parte en mí parecía pedir su presencia y su roce. Después de un rato me limité a pensar más, me dirijo al baño y algo lo que me ordeno, no quería hacerlo enojar más, ya sabia lo que podía pasar cuando eso pasaba. Más tarde Entra un señor al cuarto algo mayor, lo miró con desconfianza y miedo - Tranquila, soy un amigo del Alpha, tú eres la niña- me mira con ironía- sí que has crecido, eres toda una mujer ya. Asiento con la cabeza, ante su comentario. - Necesito que te pongas esto, pero antes desnudarte. -explica con simpleza, así como si nada musita, Oh acaso todo el mundo se volvió loco hoy - no, no lo haré-susurré -Anda, por favor niña. -dice esta vez. Me sobresalto al verle entrar, mi cuerpo reacciona poniéndose tenso por completo. -¿Qué está pasando, como va todo? – dijo mirando al doctor - ¿por qué no has hecho caso? - Le he pedido que se desvista y se ponga la bata, pero no ha hecho caso. Dijo frío - supongo que no tendré que decirlo- me miro rétate. - Por favor, no quiero, no me gusta - las lágrimas corría Por mi rostro sin parar y pensar que ayer luchaba, para que no me vieran o tocaran, y hoy todos parecen creerse que soy un objeto. Sentí su agarre en mi brazo, apretarme y conducirme al baño, pueden imaginar lo que sucedió, estábamos de regreso ante el médico, con aquella bata, como podía arrancarle la dignidad a alguien, de ese modo las lágrimas corrían con vida propia, era un maldito salvaje. - ACUÉSTATE – grito, esta vez - abre las piernas. – solo quería que la tierra me tragara, entre sollozo y forcejeo, tuve que acceder, no tenía opción, o se enojaría aún más. Permanecí así por un tiempo, debajo de los ojos y el tacto de aquel extraño y la bestia, me chequearon con un aparato, tocaron, tomaron muestra, revisaron y observaron por un gran rato, había perdido la noción del tiempo, mi mente estaba lejos, quería estar en cualquier parte menos allí. -Bueno, Alpha sabe que se encuentra en estado de pureza, hay ciertos estudios que aún, por la delicadez de ese espacio, no puedo hacerlos, pero del mismo modo puedo asegurarle que está completamente sana y en condiciones, de concebir las crías. Estaba loco, si piensa que va a tocarme, ambos han salido de la habitación, corrí de prisa a la regadera y deje que se llevara toda mi pena, debía salir de aquí, no soy su maldito objeto, no solo había violado mi privacidad, me había expuesto frente a alguien más, para toda mujer esas partes son sagradas. Después de un rato de estar en la ducha, lleno la tina con agua caliente, me recuesto e intento relajarme y no pensar en nada, había cientos de frascos raros, que no había visto nunca en mi vida, como si he tenido vida. Neita Mande a llamar a Cristina, hoy necesita con ansia una mujer, no podía sacar la imagen de su cuerpo de mi cabeza, a quien engañaba, estaba deseando a la cría humana, bufé ante la idea, tiempo después llego Cristina, yo Necesitaba sexo y mucho salvaje, Necesitaba relajarme, tranquilizarme. Paula Dolía como nunca mi cabeza, todo mi pecho, los gemidos salen sin parar de mis labios, intento salir de la ducha, pero no puedo, era muy fuerte el dolor, mi cuerpo dolía completo, me revuelvo con brusquedad en la bañera, aquella opresión amenazaba con matarme, cortándome la respiración. -Ah - grito, ante el dolor que taladraba cada rincón de mi cuerpo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD