Capítulo 3 Sospechoso.

1894 Words
El conserje fue asesinado, de forma horrible, la policía llegó horas después de que se descubriera el cadáver, los niños más pequeños no comprendían lo que sucedió, mientras que los más grandes quedaron traumados, e incluyendo me a mí, yo estaba sorprendido por su muerte, no sabía porque murió, pero una pregunta más importante rondaba en mi cabeza.     -     ¿Quién lo mató, fueron las hermanas? Me pregunté. Todos estábamos en shock, todos los niños estábamos aterrados, todos menos las encargadas del orfanato, ella estaba tranquilas, no les molestaba en lo absoluto para ser simples religiosas, ni siquiera parecían sorprendidas ante la carne humana que se detallaba del cadáver del pobre conserje. Cuando la policía llegó, ellos no se molestaron en acercarse a las monjas, simplemente llegaron junto con una unidad especial de forneces, y mientras  investigaban un poco, un oficial, se acerca a la directora teresa, para hacerle un par de preguntas.   -     ¿Entonces dice que el conserje trabajaba aquí desde hace poco tiempo? Pregunta el oficial. -     Si, lo contratamos hace doce meses, es una pena su muerte. Responde la directora. -     Es muy raro como murió, llamaré a la organización de bienestar familiar, para que traten con los pequeños que vieron el cadáver. Responde el oficial. -     ¿Y eso para que, señor? Pregunta la directora de forma directa. -     No es obvio, para un servicio psicológico, los niños vieron un cadáver desgarrado u triturado, es seguro que algunos están traumados. Responde el oficial de forma directa. -     No es necesario, los niños se recuperarán, los llevaremos a la iglesia mañana en la mañana, allá podrán encontrar un poco de paz. -      Pero… -     No sé preocupe señor, estamos bien, rezaremos por el alma de ese pobre cordero, ¿cambiando de tema como esta carolina, su hija adoptiva? Responde la directora de forma directa y con una chispa de oscuridad en su mirada. -     Ha, mi hija está bien, y es curioso que pregunté por la niña que adopté, también tengo una duda. Responde el oficial. -     ¿Qué sería esa duda? Pregunta la directora. -     ¿Dónde están las demás hermanas, sobre todo la directora María Delia? Pregunte el oficial. -     La directora Delia y las demás hermanas, fueron enviadas a otros orfanatorios, yo, junto con las demás, fuimos enviadas a este lugar para relevarlas. Responde la directora. -      Suena algo sospechoso, en mi opinión nunca las había visto, no sé si creerle. Responde el oficial. La directora, pone su mano en el cinturón del oficial y con una mirada directa y oscura le responde. -     Es su decisión creerme o no. El oficial vio algo, que lo hizo dudar, no quería seguir hablando con la directora, así que se marcha. -     Solo, apártese…  dice el oficial antes de marcharse. La directora de forma sincera sonríe y se marcha. Yo estaba oculto, espiándolos detrás de un arbusto, no podía entender lo que sucedía, pero una cosa sí era verdad, aquellas mujeres, que fingían ser buenas, en realidad ocultaban un secreto mucho más grande, el conserje tenía razón, no podía confiar en ellas. En la mañana siguiente, todos los huérfanos fuimos llamados al gimnasio del orfanato para una breve reunión sobre lo que sucedió. Todos los niños estaban decaídos, estaban marcados por los hechos tan aterradores, lo cual era normal verlos algo deprimidos. -     Niños y niñas, anoche sucedió algo terrible, uno de los conserjes que trabajaba en nuestras instalaciones, muro, por motivos que no les puedo decir, al fin y al cabo, ustedes no tienen la edad suficiente para entender los sucesos, solo quiero decirles que no estén tristes, ahora ese buen hombre está en un buen lugar, claramente algunos niños vieron cosas que los marcaron, por esa razón ellos serán enviados a un lugar, donde los harán sentir bien. A esos niños los llevaron a un lugar, del cual jamás regresarán. -     En la tarde daremos una ceremonia para rendirle tributo a nuestro querido conserje, por esa razón no habrá clases, pueden tomarse el resto del día para jugar y divertirse. Anuncia la directora. Todos los niños, se animan por la noticia, ya que los niños solo querían divertirse sin estudiar. -     Que bien, no tendremos clases. -     Al menos podremos jugar. -     Que bien. -     No tendremos clases en todo el día. -     Podremos relajarnos. -     Al menos me libre de las tareas. -     Podremos dormir un poco más. Aunque el día sin clases era, una noticia que llamó la atención, la directora teresa, también anuncia algo que nos intriga a todos. -     También quiero anunciar que mañana, tendremos nuevos compañeritos entre nosotros, ya que algunos huérfanos serán transferidos a nuestras instalaciones en pocos días, así que por favor sean amables con sus nuevos compañeros. Entonces más niños vendrán a nuestro orfanato, no era algo raro, pero era curioso, ya que no esperábamos esa noticia, después de esa breve reunión, me dirigí al parque de juegos, donde me senté debajo de la sombra de un árbol meditando las últimas palabras, que me dio el conserje y sin darme cuenta, poco a poco me había quedado dormido. -     ¿ dónde estoy? En mi sueño, pude ver, algo raro, estaba en un lugar amplio, que a la vez era iluminado y oscuro, no entendía, pero estaba en un vacío brillante oscuro. Por alguna razón no tenía miedo, ni siquiera cuando una masa de niebla oscura comienza a rodearme. -     ¿Qué es esto?  Pregunte. De repente, todo se esfumó y se transformó en un lugar brillante y pacífico, como si estuviera en el parque más hermoso de todo el mundo. -     Me alegra verte pequeño. Dice el espíritu del conserje Usualmente cualquier niño de ocho años, se asustaría ante un espíritu, pero no yo, no tenía miedo, no parecía ser algo malo, no sabía si era por el hecho de que todo era un sueño o porque el conserje jamás fue malo, pero no tenía miedo. -     ¿Qué es este lugar señor? Pregunte. -     No lo sé realmente, ¿Cómo estas José? -     Estoy bien señor, pero no sé qué sucede. Dije. -     Ha, descuida, no tienes por qué preocuparte, creo que es una buena oportunidad para decirte algo. Responde el espíritu del conserje. -     ¿Decirme que? Pregunte. -     Tienes que cuidarte de los seres que habitan en el orfanato. -     ¿Seres? ¿Te refieres a los huérfanos?  Respondí confundido. -     No, no me refiero a eso, me refiero a esas brujas que dirigen Urrao, sé que eres muy pequeño, pero te diré que, esas cosas, no son humanas, ellas me mataron, tal vez no tuve oportunidad de escapar, pero tu si, pronto llegaran algunas personas que se enfrentarán a esas monjas y debes estar preparado. -      ¿Quiénes llegarán, y porque debo prepararme? Pregunte. -     No sé quiénes son, solo se que no trabajan para ninguna autoridad, ellos llegarán al orfanato y en medio de la batalla, muchos morirán, por esa razón debes huir en cuanto sientas que el suelo retumba y el lugar arda. No entendía porque me advertía, pero, aunque no entendía muy bien sus palabras, decidí responderle claramente. -     Estaré listo para lo que sea señor, lamento que muriera. Dije. -     Descuida niño, tal vez ya no pertenezca al mundo, pero tú por otra parte seguirás luchando, eres fuerte mocoso, podrás con ellas.   De repente el sueño termina y cuando abro mis ojos, lo único que pude ver fue la copa y las verdosas hojas del árbol donde me había quedado dormido. -     Que sueño más raro… Mientras acariciaba el suave pasto donde estaba echado, me hice una pregunta, algo tonta. -     Eso, ¿en realidad era un sueño? No sabía si era un sueño, nadie puede distinguir que es realmente un sueño, no sabía si el conserje de mi sueño, era real, o no. Dejando de lado ese extraño momento, decidí ir a jugar con algunas de mis mejores amigas, para horas después ir a la cafetería donde nos servirían la merienda.   Después de que mis amigas se retiraran a la zona de niñas, decidí caminar a la cafetería, mientras estaba esperando a que me sirvieran la merienda, juan y sus hermanos nuevamente deciden molestarme, pero no quería lidiar con ellos, así que hice algo al respecto.   -     Hey niño tonto, dime una cosa, ¿Por qué tu cabeza es tan fea?  Dice juan en un patético intento de burla. Yo solo ignoré y decidí seguir comiendo. -     ¿Esta rica tu comida? Yo de inmediato inclinó mi cabeza levemente, confirmando su pregunta. -     Juan de inmediato al ver que no lo estaba tomando enserio, toma mi comida y lo me lo arroja en la cara. Todos los niños, comienzan a reírse y claro ahora estaba embarrado de avena. -     AHAHAHA. -     NIÑO AVENA, NIÑO AVENA. En un momento tan humillante y tan oscuro como ese, cualquiera estaría afectado, pero no yo. -     Iré a lavarme. Dije al levantarme de mi asiento. Juan no lo entendía, me humillo, pero no recibió lo que esperaba. -     ¿No estás triste niñito?  Pregunta juan. -     No, como dijo alguien, soy más fuerte. Dije al marcharme. No quería perder mi tiempo, estos niños no comprendían lo que sucedía, no comprendían sobre los monstruos que nos cuidaban, por esa razón ni siquiera me importaba que opinaran los demás, porque ahora solo me importaba, huir de este lugar. Al día siguiente, durante el primer recreo, todos mis compañeros intentaron molestarme, ya que juan los había invitado hacerlo, para que yo sufriera más, pero en medio de esos insultos y golpes, una monja que jamás había visto, se acerca e interviene, la monja era una mujer joven y muy linda, muy atractiva cual modelo o estrella de cine, pero que jamás había visto en este orfanato.   -     O dejan de molestar al este lindo pequeño, o todos serán llevados a la dirección. Dice la monja con ira. Los niños se marcharon y me dejaron en paz. La monja de inmediato me ayuda a levantar y con sus propias manos ella, me sacude la suciedad de mi uniforme. -     Por todos los cielos, como te dejaron esos niños, ¿está bien?  Pregunta la monja. -     Si,si señora, estoy bien, déjeme. Dije. -     Ok, quería limpiarte, es todo, ¿siempre te molestan esos niños?  Responde la monja. -     No siempre, pero me da igual, ¿Quién eres? Dije. -     Soy la hermana Elena Mariana, pero dime hermana Elena, fui transferida junto con más hermanas. -     ¿Entonces hay más hermanas?  Pregunte. -     Claro que sí pequeño, venimos en autobuses junto con los huérfanos que fueron transferidos desde otros orfanatorios. Responde la hermana Elena. -      Ya veo… bueno, gracias por su ayuda, pero me tengo que ir. Dije. -     Eh, claro, aunque, si quisiera pedirte un favor. -     ¿Y cual es?  Pregunte. -     No conozco muy bien el lugar, te gustaría ser mi guía, tengo dulces. La hermana Elena decidió pagarme con muchos dulces, a cambio de que le diera un pequeño recorrido por el orfanatorio. La verdad, con todo lo que estaba pasando, no confiaba en las monjas de este lugar, pero en teoría ella no es de este lugar, fue transferida, por lo que podía confiar en la nueva monja. -     Ok, venga conmigo. Respondí al tomar la mano de la joven Hermana   
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD