+Segundo Capítulo+

1582 Words
Thiago D' Angelo Estoy en la biblioteca organizando todo lo que ha llegado a acerca de nuevas victimas, es decir nuevas personas que van a fallecer en unos cuantos días más o tal vez mañana, de eso se encargarán las parcas y mi molestosa hermana, mi trabajo solo es avisarles sobre lo que va a pasar, mi hermana es la encargada del listado de almas sean limpias o sucias, para que ellos puedan guiar a las almas de esas personas lleguen a donde tengan que llegar, bien sea el cielo o el infierno. - Señor - nombra Bernat entrando a la biblioteca - El cuarto de la señora esta listo - hace saber señalando hacia fuera.   - Nunca entenderás que no me llames señor ¿No es así? - cuestiono cruzándome de brazos - En cuanto a la habitación no será necesario - me mira confundido. - ¿Por qué no? Thiago tienes idea de cuanto trabajamos en ese dormitorio - refuta alzando las manos al aire.  - Realmente puede que no lo sepa - camino hasta la mesa que esta en medio del cuarto - Ella no necesitará una habitación, tendrá suficiente con la mía. - Thiago no es que te contradiga ni quiera desobedecerte - toma aire antes de hablar y luego continua - Pero no creo que la señora quiera... Dormir contigo enseguida y menos si tomamos en cuenta la forma en que has mandado a que la traigan - enuncia encaminándose a la salida.  - Bernat, eso a ti no debe importarte ella hará lo que le ordene - resuelvo apoyando mis manos en el material de la mesa de billar detrás de mí.  - Thiago, no pretenderás que ella... - lo interrumpo levantando la mano para que se calle. - Tu trabajo aquí no es opinar sobre mis cosas Bernat, sólo deberías encargarte de que todo en la casa vaya de acuerdo a como te lo pido - recuerdo tomando el palo de billar y apuntándolo con él - Lo que haga o no con April es netamente asunto mío, de nadie más - enuncio pasando por su lado al salir de la habitación. - Pero Thiago - murmura caminando detrás de mi - De verdad creo deberías darle un poco de tiempo cuando llegue aquí - recomienda al colocarse a mi lado.  - No hagas que sea necesario recordarte quien eres en este lugar Bernat - murmuro apretando mis puños - Sólo retírate y sigue con lo tuyo, ya te llamaré si requiero de algo - él asiente y comienza a alejarse - Por cierto pregúntale a las mucamas si ya consiguieron lo que le pedí para la señora - anuncio sabiendo que aún puede oírme.  - Alguien del servicio que lleve mi almuerzo a la alberca - ordeno saliendo hacia el jardín de la casa.  Luego de una mañana demasiado ajetreada, tuve que salir de la tranquilidad de mi hogar para castigar a varios de mis subordinados por romper la reglas que me dí el tiempo de hacer una por una, romper reglas es la algo penado muy severamente sobretodo cuando soy yo el que me encargo de ellos. Y por su fuera poco todo lo que hice también tengo ahora que soportar que mi hermana menor haga sus acostumbradas rabietas...  - ¿Qué quieres ahora? - pregunto cruzado de brazos al igual que ella. - Hermano... - murmura sentándose en frente de mí - Sé que mi trabajo nunca será compensado, ni tendré vacaciones porque es mi responsabilidad y para eso nací - asiento y ella solo sonríe con timidez. - Ve al punto Tasha - pido sin darle importancia - Hay quienes tenemos cosas importantes que hacer - le informo ganandone una maldición como respuesta.  - Quiero un descanso Thiago - dice por lo bajo mirando sus manos sobre su regazo - Nunca he tenido uno, pero tampoco nunca te he pedido uno - repara volviendo a mirarme.  - No - respondo para después volver a mis cosas. alzo la mirada y aún la veo ahí - ¿Por qué no te has ido Tasha? - cuestiono dejando de lado mis documentos. - Soy tu hermana maldito insensible - expresa con el ceño fruncido - Eres el dueño y el que tiene el poder aquí ¿Qué tan difícil es...? - la interrumpo poniéndome de pie.  - ¿Qué tan difícil es dejar que descanses? - pregunto y ella asiente - Verás Tasha, parece que no te ha quedado claro - tomo su barbilla entre mi mano y la alzo - Nuestro trabajo no esta a discusión. Ni tu, ni yo podemos dejar nuestros lugares de lado, ¿De acuerdo? - ella se suelta de mi agarre y me observa con odio.  - Quieres que te recuerde que yo no elegí que quería esto - refuta señalando nuestro alrededor - Además tú ya estas muy acostumbrado a esta clase de día a día, yo no - dice apuntando a su pecho. - ¿Qué te puedo decir Tasha? La vida no es justa hermana, mucho menos para seres como nosotros - digo volviendo a mi escritorio.  - ¿Hermana? No crees que es una palabra muy grande para alguien que no siente ni el más mínimo cariño por nadie - dice y de inmediato hago que se arrepienta - ¿Te molesta que te diga la verdad? - ejerzo más fuerza en su cuello haciendo que ella comience a quejarse.  - Cierra ya la boca Tasha - decreto con voz de autoridad - Lo dices como si tu sintieras algo por alguien que no seas tú - contraataco. - Thiago sabes que yo si tengo sentimientos, lo sabes mejor que nadie - susurra con rencor. - ¿Lo dices por qué te enamoraste de un débil humano? O ¿Por qué lloraste cuando lo mate? - cuestiono soltándola, haciendo que caiga al suelo. - Por ambas cosas. Aún no entiendo como dices que eso me haría fuerte en el futuro sigo sintiendo que murió hoy - hago una mueca de asco ante sus palabras. - Si no tienes algo más que decir puede irte ya Tasha - digo señalando la puerta. - Vaya modales hermano - me encojo de hombros y la invito a sentarse - Bueno, la segunda razón por la que quería hablar contigo es que... - es interrumpida por un golpe en la puerta - Y ahora que. - Pase - digo a quien sea que este detrás de la puerta. Una joven hace aparición realizando una reverencia a mi hermana y a mi. - Señor, señorita disculpen que los interrumpa pero señor ha llegado la señora - dice mientras se incorpora.  - ¿Hace cuánto tiempo? ¿En dónde la tienen? - pregunto levantándome. - Hace unos quince minutos. Está en el salón oscuro señor - responde vuelve a hacer una reverencia y se retira.  - ¿Quien llegó Thiago? - cuestiona Tasha, la ignoro y salgo de mi despacho.  - Ve a casa Tasha, después hablaremos de lo que quieras decirme - demando encontrándome con Bernat en el pasillo - Guiala a la salida - él asiente y saca a Tasha de ahí y regresa conmigo en segundos - No me dijiste nada Bernat - regaño entre dientes.  - Discúlpame pero no creí que fuera bueno interrumpirte cuando estabas disciplinando a tu hermana.  - ¿Nuestra pequeña riña se escuchó? - interrogo con gracia y él asiente. - ¿Pequeña? Se escuchó por toda la casa - informa mientras llegamos al salón, abre las puertas, ingreso y él cierra las puertas detrás de mí. - Al fin puedo volver a verte - digo acercándome a donde se encuentra ella - Haz cambiado pero tu carácter sigue siendo el mismo, al igual que tu alma - murmuro tocan su cabello, llamando su atención. - ¿Quién eres? Dímelo ya – exige ella sin saber que su supuesta orden en mi solo causa risa. - Pequeña April – pronuncio con notoria burla en mi voz – Tú no estás en posición de exigir nada. En este lugar soy yo el único que manda – anuncio con una expresión bastante sombría que sin ver le pone la piel de gallina a la bella mujer. - Demasiada palabrería y poca información – dice ella al mismo tiempo que intenta soltarse de las cuerdas que apresan sus muñecas.  - Eso preciosa saca las garras – comento satisfecho – Sin embargo por más que lo intentes las cuerdas no te soltarán si yo no lo ordeno antes. - Mira imbécil, no sé qué es lo que quieres pero – no logra articular más palabras porque es tomada con brusquedad del cabello y jalada hacia atrás – Hijo de… - ¡Silencio! – demando con severidad – Dejemos algo claro aquí muñeca – digo colocando mis manos a cada costado de la mujer para impulsarme y acercarme al rostro de la fémina. - ¡Aléjate idiota! – exclama asustada, tratando de separarse lo necesario para sentirse un poco más segura. - Tranquila – susurro acercando el rostro a su cuello para dejar una suave pero descarada lamida – Me perteneces April… - ¿Quién eres? – susurra con los dientes apretados. - A lo largo del tiempo he tenido muchos nombres – enuncio alejándose finalmente de ella – Pero tú… – hago una pausa para acercarme a la puerta y abrirla – Puedes llamarme Satanás – digo y salgo de la habitación.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD