Propuesta

1695 Words
Aaaaahh… Sentí un escalofrío recorrerme, pero también una extraña emoción. Era como si estuviera en el borde de un precipicio, con el viento empujándome a saltar. Y aunque sabía que debía retroceder, algo dentro de mí me decía que este era el salto que tenía que dar. Es obvio que el peligro que corre es por aquellos celosos que quieren el dinero de él como yo, sin embargo, hay una diferencia y es que yo lo estoy buscando en una forma tan transparente. ¡Con mucho trabajo! Iván se inclinó hacia adelante, sus ojos oscuros, fijos en los míos, como si intentara descifrar cada pensamiento que pasaba por mi cabeza. La suavidad en su voz contrastaba con la dureza de su oferta. —Entonces, si te ofrezco estabilidad, dinero suficiente para que nunca más tengas que preocuparte por el alquiler, ¿lo tomarías? —su voz era suave, casi seductora, pero cargada de una promesa peligrosa. ¿Cómo lo sabe? Aaah, ¿será que tengo rostro de necesitada? Tomé un sorbo de café, buscando algo que me centrara mientras intentaba ganar tiempo para pensar. No quería apresurarme y dar una respuesta que pudiera cambiar el curso de mi vida. —Iván… —comencé, bajando la taza con cuidado—, lo que me estás ofreciendo es tentador, pero también muy ambiguo. Necesito entender qué implicaría realmente aceptar algo así. ¿Qué significaría "dedicación exclusiva" en tu mundo? Una chispa de aprobación cruzó sus ojos, como si hubiera estado esperando que hiciera esa pregunta. Se recostó en su silla, su postura relajada contrastaba con la tensión que sentía en la habitación. —Exclusividad significa que estarás a disposición de este proyecto y de mí. Nada más debe distraerte. Eso incluye otros clientes, otros compromisos —hizo una pausa, dejándome absorber sus palabras antes de continuar—. Pero también significa que te estarás integrando en mi círculo. Mis socios te verán como una extensión de mí. Y eso, Violet, no es algo que ofrezca a cualquiera. Cada palabra estaba cargada de implicaciones. No solo era una oferta laboral, sino un pase de entrada a un mundo que ni siquiera podía empezar a comprender. Y aunque el dinero podría resolver muchos de mis problemas inmediatos, lo que Iván estaba proponiendo no era un simple intercambio de servicios por dinero. Era algo mucho más profundo, más oscuro. —¿Por qué yo? —pregunté finalmente, sabiendo que la respuesta podría cambiar todo—. ¿Por qué te interesas tanto en mi dedicación? Después de todo, soy solo una diseñadora. No veo cómo encajo en tu… mundo. Él sonrió, pero no era una sonrisa cálida. Era más como si estuviera satisfecho de que finalmente estuviera empezando a entender. —No subestimes tu valor, Violet. Tienes algo que muchos no tienen. Eres astuta, observadora. Y, lo más importante, eres discreta. Lo que necesito ahora no es solo a alguien que haga su trabajo, sino a alguien en quien pueda confiar. Y confío en que tú puedes ser esa persona. Mis pensamientos se arremolinaban. Había venido aquí para diseñar una mansión, no para convertirme en la confidente de un hombre cuya vida estaba claramente entrelazada con peligros que apenas podía imaginar. Pero la forma en que Iván lo planteaba, la calma en su voz, hacía que su propuesta sonara más como un destino inevitable que como una opción. —Iván, estoy comprometida con este proyecto. Quiero que lo sepas. Pero… —hice una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Lo que me estás pidiendo va más allá de lo que esperaba. Necesito saber que si acepto, estaré segura. No solo económicamente, sino… físicamente. Su rostro se suavizó por un momento, como si mis palabras hubieran tocado algo en él que rara vez dejaba ver. —Entiendo tus preocupaciones —dijo, su tono más cálido de lo que había sido en toda la conversación—. Y puedo asegurarte que, mientras estés conmigo, nadie te tocará. No dejo que nadie interfiera con las personas que considero… importantes. La última palabra quedó flotando en el aire entre nosotros, cargada de significados ocultos. "Importantes". Era la primera vez que sentía que Iván me veía no solo como una profesional, sino como alguien que, de alguna manera, había cruzado una línea invisible en su vida. —¿Y qué pasa si me equivoco? —pregunté, manteniendo mi mirada fija en la suya—. ¿Qué pasa si no puedo cumplir con tus expectativas? Iván se inclinó hacia adelante, sus ojos clavándose en los míos con una intensidad que casi me dejó sin aliento. —Violet, no creo en los errores, solo en las decisiones. Si decides aceptar, cumplirás con las expectativas. No porque te lo exija, sino porque sé que puedes hacerlo. Lo he visto en ti desde el primer día. No sabía si sentirme halagada o aterrorizada. Su confianza en mí era abrumadora, pero también intimidante. ¿Y si no era capaz de estar a la altura de lo que él esperaba? El silencio entre nosotros se alargó, solo roto por el leve crujido de la madera bajo nuestras sillas. Finalmente, decidí que necesitaba más claridad antes de poder tomar una decisión. —Iván, necesito tiempo para pensar en esto —dije, mi voz más firme de lo que me sentía—. No puedo tomar una decisión ahora, no sin considerar todo lo que esto implica. Iván asintió, como si hubiera anticipado mi respuesta. Sin embargo, no había frustración en su rostro, solo una calma calculada. —Tómate el tiempo que necesites, Violet. Pero recuerda que las oportunidades como esta no esperan para siempre. Y, lo más importante, recuerda que en mi mundo, la lealtad es más valiosa que cualquier cantidad de dinero. Esas últimas palabras resonaron en mi mente mientras me levantaba de la mesa. Sentía como si acabara de firmar un contrato no escrito, uno que ya me había vinculado a Iván de una manera que no podía deshacer fácilmente. Mientras caminaba hacia la salida de la biblioteca, sentí su mirada fija en mi espalda, como un peso que no podía sacudirme. Cuando finalmente salí al pasillo y la puerta de la biblioteca se cerró detrás de mí, tomé una respiración profunda, tratando de despejar mi mente. Pero era inútil. Las palabras de Iván seguían girando en mi cabeza, y no importaba cuánto intentara sacarlas de mi mente, siempre regresaban con más fuerza. ** El trayecto de regreso a la ciudad fue un torbellino de pensamientos y emociones. No podía dejar de pensar en la propuesta de Iván y en lo que significaría aceptar su oferta. Milagro me esperaba en el apartamento, probablemente ya preocupada por lo que pudiera haber pasado. Lo que menos quería era añadir más peso sobre sus hombros, pero sabía que no podía guardar esto para mí sola. Cuando llegué al apartamento, la encontré en el sofá, como siempre, con un tazón de palomitas en el regazo y una serie de crímenes reales en la televisión. Apenas cerré la puerta, ella me lanzó una mirada inquisitiva, su ceño fruncido lleno de preocupación. —¿Y bien? ¿Qué ha pasado? —preguntó, sin rodeos. Suspiré y me dejé caer a su lado en el sofá, tomé una de sus palomitas y la metí en mi boca mientras trataba de encontrar las palabras. —Iván… me ha hecho una oferta. Milagro se incorporó en el sofá, sus ojos se abrieron como platos. —¿Qué clase de oferta? —preguntó, claramente esperando lo peor. —Una gran suma de dinero para dedicarme exclusivamente a su proyecto. Pero eso no es todo, Mili. Quiere que me involucre en su mundo. Me ha dicho que necesito comprometerme totalmente. Nada más debe distraerme. Quiere que esté a su disposición en todo momento. Milagro dejó escapar un suspiro dramático y se llevó una mano a la frente, como si estuviera a punto de desmayarse. —Vi… esto suena a un contrato con el diablo. ¿Qué te ha dicho exactamente? ¿Cómo ha llegado a ofrecerte algo así? —preguntó, preocupada. Le conté todo, desde las preguntas sobre mi vida personal hasta la oferta que me había hecho. A medida que hablaba, veía cómo la expresión de Milagro pasaba de la preocupación al asombro, y finalmente, al miedo. —Esto no me gusta nada, Violet. Suena a que está tratando de atraparte en algo mucho más grande de lo que imaginas. ¿Estás segura de que quieres meterte en esto? —No estoy segura de nada, Mili. Pero… la oferta es tentadora. No solo es el dinero, es la seguridad, la estabilidad. Todo lo que hemos estado buscando. Pero sé que aceptar significa mucho más que un simple trabajo. Significa comprometerme con él y su mundo, y eso me asusta. Milagro se quedó en silencio por un momento, masticando una palomita mientras pensaba. Luego, me miró directamente a los ojos. —Vi, escucha. Sé que necesitamos el dinero, y sé que esto podría cambiar nuestras vidas. Pero también sé que tu seguridad y tu bienestar son lo más importante. Eso lo dudo, quedándome aquí y rechazando hermosas propuestas no me alimentarán y menos me mantendrán aquí. —Me ofreció una suma de dinero —dije finalmente, fijando mi mirada en la pantalla del televisor sin realmente verla—. Pero no solo eso. Quiere que me dedique exclusivamente al proyecto, sin distracciones. Y no es solo por la mansión… parece que me quiere en su mundo. Milagro se quedó en silencio por un momento, procesando mis palabras. Luego, como si hubiera recibido un golpe, se incorporó en el sofá. —¡Eso suena a una trampa! Violet, ¿en serio estás considerando eso? —preguntó, sus ojos llenos de preocupación. —No lo sé, Mili. Es complicado. El dinero resolvería todos nuestros problemas, y él me asegura que estaría segura. Pero… —me mordí el labio, intentando encontrar las palabras adecuadas—. Lo siento, pero esto es lo que necesitamos, recuerda que te dije que soy capaz de vender mi alma al diablo con tal de salir de esta pobreza, recuerda que las cuentas no se pagan solas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD