***Liam***
El frío mordía mi piel, pero no me importaba. Camila y yo caminábamos por el jardín cubierto de nieve, con las manos entrelazadas, dejando nuestras huellas sobre el suelo blanco y crujiente. La luz tenue de los faroles creaba un ambiente cálido a pesar del invierno, pero no podía concentrarme en eso. Mi mente iba a mil por hora.
Desde que salimos de la posada, mi cabeza no dejaba de dar vueltas. Adrian y su maldita conversación sobre los condones había plantado una jodida semilla en mi mente. Normalmente, nunca me habría preocupado por algo así, pero con Camila era distinto. Todo con ella era distinto.
—¿Por qué tienes esa cara? —Camila se detuvo y me miró con diversión.
Me aclaré la garganta y pasé una mano por mi cabello, inseguro. No quería arruinar el momento, pero tampo
