***Liam***
El sabor de sus labios aún está en los míos. No sé cuánto tiempo pasamos así, pero fue ella quien inició el beso y ella quien lo terminó. Su frente recargada en la mía, su aliento cálido mezclado con el alcohol y el eco de los aplausos y gritos de nuestros amigos aún vibrando en mis oídos. Pero yo solo la veo a ella.
La fiesta sigue, las risas y las bromas llenan la sala, pero yo solo tengo una prioridad: que Camila no siga bebiendo. De manera discreta, voy controlando lo que toma, cambiando su vaso por agua cuando nadie se da cuenta. Poco a poco, los demás comienzan a quedarse dormidos, dejando solo a Camila y a mí despiertos.
Le tomo la mano y la llevo a la cocina, alejándonos del caos del departamento. Ella no se resiste. Le preparo un café y se lo paso, observándola mient
