El primer disparo, silencioso y certero salió del arma de Melissa. Derribó al hombre sin que nadie lo notara, luego a otro, dejando la vía un poco más despejada.
—Avancen despacio — pidió ella.
Los hombres se acercaron más a la propiedad, sin embargo uno de los guardias notó un hombre caído y entró en alerta.
—Entren rápido — ordenó Melissa para no perder el factor sorpresa.
Rápidamente los disparos comenzaron a sonar y cuerpos caían abatidos en el enfrentamiento.
—Cubreme — le pidió Melissa a Jay, ella quería entrar rápido a la casa.
Al hacerlo, revisaba cuidadosamente las habitaciones pero no había rastro de Lucien.
—Seguro está escondido como la rata que es — dijo Jay.
—¡Lucien! Eres un cobarde y como tal morirás. — Gritó Melissa.
Un disparo sonó, allí estaba Lucien tratando de defenderse.
—Bienvenida agente Brooks, veo que es más intrepida de lo que pensé — él sonrió con burla aunque no podían verlo. — ¿Por qué no charlamos un poco?
—¿Quieres hablar? Entonces suelta el arma y ven conmigo.
—Hagamos un trato, yo te doy la información que necesitas para limpiar tu nombre, regresarás a la agencia como heroína, acabarás con los malos y a cambio no te pido mucho, entregame a mi hijo.
Jay la miró y ella le hizo un gesto con el dedo para que haga silencio mientras se movía.
—¿Cómo sé que puedo confiar en tí, Lucien? — Preguntó ella.
—Soy un hombre de palabra, además, lo que pase con tu agencia no me importa. Solo quiero acabar con el idiota de Damien.
Jay disparó, estaba harto de escucharlo, Lucien respondió los disparos pero de pronto sintió el cañón frío del arma en la parte posterior de su cabeza. Él intentó moverse pero Melissa lo golpeó derribandolo, le quitó el arma y pidió ayuda para sacarlo de ahí.
—Amarrenlo y llevenlo al auto. Tenemos que salir de aquí. — pidió ella.
Los hombres obedecieron y sacaron a Lucien atado, amordazado e inconsciente. Todos subieron a los autos para emprender el regreso a casa.
Damien estaba impaciente, hacia varias horas desde que salieron y él aun no tenía noticias. Quería levantarse de esa cama e ir a buscarlos.
—¡Maldito Jay! Voy a picarlo en muchos pedacitos y se lo daré de comer a las gaviotas por desobedecerme.
—Señor Damien, debería calmarse un poco, usted no está en buenas condiciones. Si sigue así tendré que ponerle un tranquilizante o corremos el riesgo de que su herida se abra. — dijo la enfermera algo preocupada.
—Cállese, nadie pidió su opinión.— Damien estaba de terrible humor esa noche.
La mujer suspiró, él no le hacía fácil su trabajo.
Alrededor de una hora después se escucharon los autos llegar, por fin estaban allí y Damien recibiría noticias.
Melissa ordenó que llevaran a Lucien hasta un lugar seguro y que lo sedaran. Era mejor prevenir. Luego, seguida por Jay se dirigieron hasta la habitación de Damien para darle las buenas noticias.
—Carajo Damien ¿que haces allí sentado? — ella se sorprendió al verlo sentado en el sofá de la habitación.
—Ay Dios estás bien — él soltó el aire con alivio de verla llegar en perfecto estado.— y te ves jodidamente sexi vestida así.
Melissa rodó los ojos, ese hombre era un caso perdido.
—Lo hicimos, traje a Lucien conmigo. — informó ella con una amplia sonrisa de victoria.
—¿En serio? ¿Está aquí en esta casa? — preguntó Damien con incredulidad.
—Así es — respondió Jay — Logramos capturarlo vivo. Debió ver a Melissa, ella hizo un trabajo impecable guiandonos.
—¿Melissa? Vaya que eres igualado. — regañó Damien.
—Damien, yo le pedí que me tuteara. No tiene por qué molestarte. — lo defendió Melissa.
—Ahh ya veo que ahora son íntimos. No hay respeto.
—Señor, discúlpeme pero no considero haberle faltado al respeto en lo absoluto. Siempre he sido fiel a usted y he realizado mi trabajo con eficiencia. Lo que dije sobre la señora es la verdad, todos están asombrados con ella y ganó el respeto de sus filas. — esta vez Jay no se quedó callado.
—Estás coqueteando con Melissa y ella es mía. Así que mira hacia otro lado si no quieres convertirte en alimento para los tiburones.
Melissa no podía creer lo que Damien estaba haciendo. Se creía con derecho sobre ella y hacia escenas de celos sin fundamentos.
—Basta ya Damien, en lugar de estar feliz por nuestro logro, haces escenas tontas de celos. Jay solo está siendo amable, me ha a apoyado y cuidado, deberías estar agradecido.
—Bien, tu y yo arreglaremos este asunto mas tarde. — le dijo a Melissa — ahora quiero que me cuenten ¿como sucedió todo?
Con los ánimos mas calmados, Melissa y Jay contaron con detalles cómo llevaron a cabo la misión dónde capturaron a Lucien.
—Ese infeliz, no me sorprende que intentara hacer un trato contigo.— dijo Damien
—Lo sé, pero ahora está en nuestro poder y tendrá que hablar a cambio de su vida.
—Lo mataré de igual forma — Damien no tendría clemencia — Sólo te pido que esperes un poco a que me recupere para poder torturarlo con mis propias manos.—Melissa asintió y el prosiguió — Jay, encargate de mantenerlo bien.
—Eso haré señor, con su permiso me retiro. — hizo una reverencia y se marchó.
—Damien, te ayudaré a recostarte.— Melissa lo tomó del brazo y ayudó para que se levantara. — si sigues así, tu recuperación será aún más lenta.
—Es tu culpa, desobedeciste mi orden y causaste la rebelión de mis hombres.
—Pero valió la pena...
—Eso no lo discuto.
Damien se recostó nuevamente en la cama.
—Ahora que estás bien, iré a ducharme y cambiarme esta ropa.
—Luego regresa, quisiera hablar contigo algo más.
Ella asintió, aunque estaba algo tarde, pero no quería que el caprichoso Damien Knapp hiciera otro berrinche así que lo escucharía y luego se iría a dormir. Aunque él tenía otros planes.