5. Grace

1375 Words
Durante los siguientes cuatro días mantuve una estricta rutina diaria. Ayudaba a Helen temprano en la mañana con los deberes, iba a la casa de Nic para limpiarla un poco y darle de comer a Apolo, y más tarde visitaba a Nic sin falta luego de las 10am, pero él… todavía no despertaba. Tuve que acostumbrarme de nuevo al ambiente de la reserva, haber estado tantos días aislada me había hecho sentir un poco extraña ante lo que me rodeaba. Pero todavía estaba preocupada y ansiosa, había vuelto a soñar por las noches con Nic, y aunque mis sueños fueran lo más cerca que estaría de él y sus besos no estaba bien, no quería caer de nuevo en eso. Necesitaba al verdadero Nic. Por lo demás las cosas estaban bastante tranquilas, a excepción de Dany, desde ese día en la reunión con su padre y Hunter, ella estaba muy melancólica. Yo nunca tuve una amiga lo suficientemente cercana como para contarle mis inseguridades y permitirle decirme las de ella, así que no sabía cómo tratar exactamente con Dany. Quería intentar animarla, pero, ¿qué podía hacer para que volviera a ser ella misma? Yo tampoco me sentiría bien conmigo misma hasta que Nic no estuviera despierto. —No te preocupes Grace. La voz de Lauren intervino con mis pensamientos, aunque Lauren era la única mujer que trabajaba aquí no me la encontraba muy seguido. Dejé de ver el rostro de Nic para verla a ella. —Lo sé—volví a verlo—. Es sólo que… no comprendo por qué no despierta todavía. Lauren terminó de pasar y se detuvo a mi lado. —Sé que has venido cada día desde que lo supiste, en cualquier momento despertará. —Se suponía que mi presencia lo ayudaría —resoplé en voz baja—. Parece que tampoco hago esto bien. —Grace—dejó caer suavemente su mano sobre mi hombro. Le devolví la mirada al borde de las lágrimas. Lo cierto es que había decidido no llorar desde ese primer día que vine a verlo, pensé que no llorar ahuyentaría la cobardía de mí—. No eres valiente por evitar llorar, ser valiente es permanecer firme frente a las adversidades y tú siempre has quedado de pie al final de todo. Lo has estado haciendo bien, date un poco de crédito. Guardé un poco de silencio entretanto tragué el nudo en mi garganta. —Lo había estado pensando un poco—comentó de repente—. Pero, aunque no lo parezca Nic ha estado bajo mucha presión desde que sabe que será el próximo alfa y eso es exactamente desde los 16 años. —Y llegué yo para representar más problemas para él—murmuré. —No cariño. Al contrario, has sido ese respiro de aire fresco que no ha tenido desde hacía mucho. Lo miré otra vez y deseé tanto que en ese momento pudiera abrir sus ojos. —Nuestro Séil jamás representará una carga por más difícil que parezca—prosiguió—. Jamás fui tan cercana a Nic como lo fue su abuelo, pero lo amo demasiado y quiero lo mejor para él, lo mejor para él eres tú. Se me escapó un sollozo de los labios. —Y lo mejor para mí es él—susurré. Deseaba con todo mi corazón que Nic volviera a abrazarme, pero por sobre todo quería que él despertara para abrazarlo por mí misma. Hoy no estaban no hubo nadie vigilando la entrada del centro. Cuando salí al sol Hunter venía en mi dirección. Cuando llegué a la cera él se detuvo frente a mí. —Hola—dijo. Sonreí levemente y lo miré con curiosidad. —Hola—contesté. —Escucha, lo diré rápido porque no…porque es extraño—se rascó la nuca incómodamente y miró hacia cualquier otro lado—. Gracias, por estar de mi lado en la reunión de ese día y cumplir con tu promesa. —Está bien, te dije que lo haría. —Sí, bueno yo dudé por un momento. —Comprendo… —No—prosiguió aceleradamente—. Vaya, tú eres más valiente y decidida de lo que nunca creí cuando te vi por primera vez. Fruncí el ceño. —¿Nos vimos antes de todo el drama en el centro? —No en realidad—él sonrió de lado y miró hacia el piso—, pero yo a ti sí. Ahron hizo una reunión con todos y nos habló de que tú vendrías. Luego te vi cuando bajaste del auto con Ahron y Nic tu primer día aquí. Me devolvió la mirada y continuó sonriendo tímidamente. Hunter tenía algo en él que desde el principio me hizo sentir en confianza con él, pero también me hacía sentir en contradicción conmigo misma. Su mirada era transparente y sincera, estaba consciente de que todos lo acusaban de ser mentiroso y desconfiable, pero juzgar a un libro por su portada cuando yo siempre fui juzgada mal desde el principio era como ser hipócrita. —¿Cómo has estado desde ese día? —pregunté. Se encogió de hombros. —La mayoría de las personas en la reserva no se enteraron, Owen y Ahron saben controlar las masas—sonrió tristemente sin mirarme—. Los muchachos de la manada son otro tema. —¿Y tú madre? No sabía por qué me sentía impulsada a saber más de él, pero quería asegurarme de que la persona que me salvó en más de una ocasión pudiera estar bien. —Cree que en cualquier momento volveré a escaparme de la manada, así que no me quita un ojo de encima. Sonreí. —Yo tampoco lo haría—estreché mis ojos con suspicacia. —De todas formas—continuó—, yo sólo quería agradecerte. Owen y los demás se mostraron más indulgentes cuando hiciste esa cara de perrito suplicante. —¿Cuál cara? —objeté. —Ya sabes—apretó los labios para no reírse—. A las mujeres les funciona, pero a ti te queda… bueno, te queda muy bien. De repente su expresión cambió y me observó fijamente. La cohibición corrió por mi sangre como si de repente me la hubieran inyectado en las venas. Cuando Hunter dio un paso hacia mí me hice para atrás. —B-bueno—murmuré evasivamente—. Tengo que volver. —Claro. Yo también tengo que comprar unas cosas. Te veo luego, ¿no? Eres básicamente la única persona aparte de mi madre que me habla. Mis defensas volvieron a bajar. —Sí, por supuesto—accedí. Tenía planeado ir directo a la casa de Ahron, pero Regina me emboscó cuando giré sobre mis talones para ir en la dirección contraria a la que Hunter se había ido. —¡Qué oportuno encontrarte aquí! —exclamó. Le sonreí tímidamente. —¿Vienes de ver a Nic? —Regina me miró un poco abatida. —Sí—de repente sentí vergüenza, Helen me había dicho en la mañana que no había necesidad de venir todos los días. Simplemente no podía evitarlo—, es que… —Yo tampoco puedo esperar para verlo despierto. Regina sonrió cómplice.  —Por cierto, ¿tienes algo importante qué hacer a partir de ahora? —No… realmente. —¿Te gustaría venir y almorzar en mi casa? Ya sabes, acompañarnos un rato a Dany y a mí ya que Owen está en una reunión con los muchachos fuera de la reserva. No pude evitar sentir el mal presentimiento que me embargó en ese momento. —¿Sucedió algo? —inquirí. Regina sonrió forzadamente. —No, ya sabes, reuniones de hombres—contestó evasivamente—. Son sólo excusas para ir a tomar por ahí. Ciertamente podía creer eso de Nic y sus amigos, ¿pero de Owen, Nicholas y Rom? Todavía me preguntaba sobre si quedaban miembros de los Midnight dispuestos a tomar venganza, y esa era otras de las cosas que no me dejaban dormir por las noches. —¿Irás? —Sí—asentí—. Tengo que decirle a Helen, no vaya a ser que haga un drama y le diga a Ahron. Regina se echó a reír.  —En mi casa la llamamos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD