Reclamada por siempre

4. Grace

—Verás Grace—dijo Owen—, si Hunter los ayudó a ti y a todas las víctimas de nuestra manada que estuvieron involucradas en la emboscada de Isaiah y los Midnight no podemos certificar que lo hizo con verdaderas intenciones de ayudar.

Hunter sonrió negativamente, pero se mantuvo en silencio.

—Nos ha traicionado como lo hicieron Jack e Isaiah—continuó Owen con cierto tono de severidad—, todo eso no es algo que se pueda pasar tan fácil por alto.

—¿Exactamente qué quiere que haga yo? —pregunté sin tapujos.

Rom y Nicholas cruzaron miradas con furtivas expresiones que no supe interpretar.

—Necesitamos saber si lo que pasó adentro mientras nosotros no llegamos es cierto—explicó Owen.

Fruncí el ceño.

—¿Sobre qué?

—Si hizo…—Owen cerró su boca por un momento—. Si realmente ayudó a las hermanas Dupaix, si te ayudó a ti y…

—No comprendo su percepción sobre este asunto—me atreví a objetar—. ¿De qué otra forma pude yo haber sobrevivido en un lugar como ese? Hunter llegó a tiempo cuando intentaron abu… abusar de mí. Luego él…—por mi cabeza pasó nítidamente el estruendo de la bala y a Nic caer al suelo inconsciente. Pero me recompuse para seguir hablando—. Si no fuera por él Ryan me hubiera disparado.

—Pero no pudo evitar que le dispararan a Nic, qué sorpresa—masculló sarcásticamente Dany detrás de mí.

—Escuchen, era sólo él y Nic en contra de ellos—proseguí—. Ryan tenía un arma que pudo haberla disparado hacia cualquiera, Nic sólo decidió… recibir… él sólo…

—Grace—Ahron intentó acercarse, pero levanté una de mis manos y le advertí que no lo hiciera.

—Nic me empujó y recibió la bala por mí—aclaré—. Luego Ryan me apuntó, y entonces Hunter tuvo la oportunidad y me salvó. Creo que toda esta discusión está fuera de lugar.

—No tienes que seguir defendiéndome Grace—intervino Hunter. Todos le miraron cuando continuó—. Yo los entiendo, no pueden creerme ahora.

—Ahora-ni nunca—escupió Dany.

—Entonces créanme a mí—insistí y miré a Rom—. Si no fuera por Hunter Erika y Reagan no hubieran salido ilesas, me entregara o no ellos las iban a matar—miré a Ahron—. Hunter me ayudó en muchas ocasiones, créeme a mí.

—¿Por qué le crees tan ciegamente? —inquirió Owen.

—Nadie es culpable por las cosas que su familia hizo—me limité a contestar.

Los ceños fruncidos de todos se llenaron de resolución en el momento en miraron a Hunter.

—Tienes que decirles—le dije a Hunter.

—Si tienes algo qué decir este es el momento—añadió Owen—. ¿Por qué nos traicionaste?

Hunter todavía parecía indeciso cuando levantó su rostro para contestar.

—Yo no los traicioné. Jamás lo haría, no podría hacerle eso a mi madre tampoco.

—Entonces explícanos qué es lo que sucedió como para que decidieras actuar por tu cuenta—insistió Owen, en tono persuasivo.

—Sé de los planes que tenían Isaiah y Jack desde el principio—confesó Hunter—. Me hablaron de congeniarse con los Midnight, pero vamos, yo sabía que eso no iba a funcionar como ellos pensaban, sabemos que los Midnight son despiadados y odian la competencia de otras manadas.

—¿Cuándo lo supiste? —preguntó Ahron.

—Poco después de que Grace llegó a la reserva—contestó Hunter—. Isaiah ya había hecho tratos con los Midnight. Pero yo no creía en nada la palabra de ellos, así que cuando Kill y Otto interceptaron a Nic y a Grace en la carretera creí que esa fue mi oportunidad para averiguar si era cierto que los Midnight cumplirían con su trato.

—Te hiciste pasar como desertor y te fuiste con ellos—concluyó Nicholas.

Hunter asintió.

—No fue nada fácil que me creyeran, pero luego de saber que yo era el… hijo del antiguo alfa de ellos me reconocieron. Pero tuve que hacerles creer que mi relación con Jack e Isaiah era casi nula, que no me importaban, y luego me dejaron estar en una de sus reuniones.

—Ellos ya tenían planeado traicionar a Isaiah, ¿verdad? —inquirió Ahron.

—Sólo querían la información que Isaiah les daría sobre los puntos débiles de los IronFang—afirmó Hunter y me miró con culpabilidad—. Entonces Jack les habló de Grace.

—Lo que decía Reagan sobre lo que escuchó cuando la atacaron era verdad—dedujo Owen—. La querían para manipularlo.

—Me crean o no intenté persuadir a Jack de que no se uniera a su padre—prosiguió Hunter—, que si quería el puesto de alfa debía ganárselo. Pero no me escuchó.

—Como si alguna vez lo hiciera—bufó Dany.

—Sí, por eso supe que debía seguir actuando como si estuviera con ellos para saber cuándo sería el día exacto en que atacarían—explicó Hunter—. Ryan me ordenó ir atrás de Jack para ayudarlo pero no lo hice, en secreto volví y supongo que fue cosa del destino llegar justo a tiempo al centro.

Hunter miró a Dany.

—Lo siento, ¿sí? Lamento no haber podido intervenir antes de que Ryan le disparara a Nic—miró entonces al resto de nosotros—. Sé que el hecho de que yo descienda de los Midnight es una razón válida para dudar de mí, pero esto lo volvería a hacer, no se trataba de si era correcto para ustedes. Porque para grandes males grades remedios.

Hubo un incómodo y suspicaz silencio en la habitación hasta que el señor Rom habló.

—Yo le creo. Mis hijas dijeron que Hunter las ayudó.

Nicholas carraspeó antes de hablar también.

—Creo que puedo entender tus precipitadas decisiones porque eres joven. Pero de ahora en adelante habla con tus alfas, confía en tu manada, así como esperas que creamos en ti sobre todo esto. Si nos hubieras dicho quizá Nic no hubiera salido herido de esta forma, muchas cosas habrían sido diferentes.

—Yo aceptaré cualquier castigo—declaró Hunter. 

La puerta del corredor se abrió bruscamente, segundos después bajo el marco de la entrada al salón aparecieron los rostros de Luke y Mason. Me hice a un lado cuando Mason se precipitó a lanzarse contra Hunter, pero Luke y el señor Rom lo sujetaron de los costados para detenerlo.

—¡Suéltenme! —gritó Mason—. ¡Maldición! ¿¡Qué hace él aquí!?

—Cálmate Mason—ordenó Owen con severidad.

—¿¡Calmarme!? —Mason se echó a reír con ironía—. Hunter permitió que lastimaran a Reagan, y nos traicionó.

—Nos ha explicado lo que sucedió—aclaró Ahron.

Mason estrechó sus ojos con dureza hacia Hunter y resopló por la nariz.

—No le creo nada.

—No es tu decisión lo que hagamos a continuación con Hunter—declaró el señor Nicholas seriamente—. Lo que nos ha dicho ha sido suficiente, además, las hijas de Rom y Grace atestiguan que no hizo más que actuar en defensa de ellas.

—No puedo creer esta estupidez—masculló Mason.

—Creas o no, decidimos que Hunter vuelva a la manada de donde siempre ha sido—concordó Owen—. Tendrá un castigo, pero no tiene por qué ser tratado diferente ahora que antes.

—Maldita sea—bramó Mason—. ¡Suéltenme!

Cuando Luke y el señor Rom lo soltaron Mason se fue.

—Ahora vamos a decidir tu castigo Hunter—anunció Owen—. Dany y Grace ya pueden salir.

—Vamos Grace—Dany se acercó—. Te daré un vaso de agua.

Asentí. Pero cuando quisimos salir Luke sujetó a Dany de la mano.

—Espera—le susurró Luke—. Necesito hablar contigo.

—No tienes que explicarme nada—contestó Dany en tono indiferente.

—Dany…

Dany se soltó bruscamente del agarre de Luke y lo miró fríamente.

—Me lo dijiste desde el principio, nosotros no somos nada.

Dany se giró hacia mí y me arrastró hacia la cocina. Cuando me dio el vaso con agua comenzó a caminar de un lado a otro por toda la cocina mientras sacudía las manos.

—Dany, ¿estás bien? —pregunté.

—Claro, sí, estoy… estoy perfecta—ella resopló.

—Bien.

Enseguida Dany me miró con arrepentimiento.

—Grace, siento tratarte así, yo sólo…

—No tienes que explicarme nada.

—Pero sí quiero, necesito hacerlo—insistió—. Lo encontré hace unos días con Keira, una de las mujeres lobo de nuestra manada, ellos se estaban besando.

Enarqué ambas cejas con presente decepción. Por un momento creí que Luke podía estar enamorado de Dany, aunque no lo aceptara en su totalidad.

—Soy una perfecta tonta—resopló.

—Dany, no es tu culpa.

—Es mi culpa por entregarle mi virginidad a ese patán idiota—sus ojos se cristalizaron de lágrimas—. Es la primera vez que me enamoro de alguien y resulta ser que es un verdadero idiota. Y admito que también soy una tonta, lo conozco desde siempre. Es decir, ¿por qué sería yo la excepción? Esa palabra ni existe en el vocabulario de Luke Muller. Será mejor llevarte a casa de la tía Helen y salir de aquí.