Ámbar
Por mi cabeza pasaban tantas cosas. Jamás pensé que Asher fuera.... Dios. ¿En qué momento? Nunca lo vi. Y lo que más me preocupa son los niños; ellos siempre tendrán que vivir esta vida tan complicada y, peor aún, algún día tendrán que tomar el lugar que Asher tiene que ocupar ahora. Ay, no, ni siquiera lo quiero pensar. Otra cosa que no sale de mi cabeza es Isabella. No creo que esa mujer se rinda tan fácilmente, porque al tener ella a los niños, Asher tendría la obligación de darle dinero, y ahora se quedará sin nada. Estoy más que segura de que es por eso que quiere a los niños. No soy tonta. Siento que acaricia mi mano y yo, de inmediato, la retiro. Lo miro con el ceño fruncido; me molesta que ahora se comporte así. ¿Por qué? Porque me necesita. Que se vaya al diablo.
—Deja de
