El diablo viste a Nueva York

No me rechazarás

—No me va a rechazar esa mujer —se dijo Neftalí dando la vuelta de un lado a otro en la habitación del hotel, cuando su hermano Hazard llegara para reclamar su estadía en Nueva York.

—Hola hermanito, no sabía que tenía que pedirte permiso para estar en la ciudad de las brumas —dijo en son de burla, estaba que no le calentaba ni el sol, pues el rechazo de Carlota lo tenía así.

—Nada tienes que hacer en este país, porque no vuelves y manejas tu imperio desde allá.

—No haré lo que me dices, yo mando aquí o allá —dijo el hombre con una arrogancia que ni él soportaba.

—Está bien. No soy como tú que te gusta entrometerte en la vida de los demás —dijo Hazard—pero eso si, no te quiero ver cerca de mi casa y de mis cosas, no quiero verte merodear.

—¿Y que hará el niñito de papá? —dijo Neftalí siguiendo con su burla.

Hazard dio la vuelta y no dio lugar a que su hermano mayor siguiera en su afán de agredirlo a través de la provocación.

—¡Hey, te hablo a ti! ¡Deténte ahora!

—No hablo con una hormiga —murmuró Hazard lo que fuera alcanzado a escuchar por Neftalí.

Y es que Neftalí tenía un problema, de niño él no tuvo a su madre, había sido separado de su madre, y la segunda esposa de su padre lo había cuidado, ella era la madre de Hazard.

Hazard había sido tratado amorosamente y bien cuidado, lo que llenara de insatisfacción a Neftalí quien aún siendo bien cuidado, siempre sintió que él no había recibido suficiente de la madre de Hazard.

Lo que nadie sabía era que detrás de la muerte de Mhu, la madre de Hazard había un misterio oculto, Neftalí la había asesinado.

Siendo un adolescente ya de 16 años, Neftalí empezó a fisgonear cuando la esposa de su padre se bañaba, en una de esas, él fue descubierto por Mhu, su madre de crianza, al ser enfrentado, Neftalí no pudo con la vergüenza de ser descubierto. Temiendo que ella se lo contara a su padre, le dio muerte, pero sufrió la ausencia de la madre de Hazard, pues era un ególatra narcisista.

Empujó desde lo alto de aquella construcción que se levantaba en medio del desierto. Todos llegaron a la conclusión de que Mhu, la madre de Hazard se había resbalado, pero la realidad es que no fue así.

El joven, al darse cuenta que su crimen no tuviera consecuencias, Neftalí tomó confianza y empezó a matar a mas personas, entre ellos él pasaba a la lista negra a personas que se atrevían a contradecirlo, personas que no le agradaban e incluso terminó por mandar al otro mundo a su padre, con ese acto, tampoco vio resultados negativos a sus acciones, lo que le hiciera sentirse poderoso e invencible, luego para colmo tomó el lugar de su padre y se volvió el jeque mas joven de su pueblo.

Neftalí incluso llegó a tomar a las mujeres de su padre, siendo discreto en su acto, también fue quien se enfadara con Hazard su hermano menor cuando él se casara con una mujer extranjera. Al llevarlo a vivir a su país, el destino de la mujer se había sellado, pues solo el hecho de que fuera la mujer escogida por Hazard ya había caído en la mira para ser su nueva obsesión.

Pero sucedió algo más, Neftalí se enamoró de la esposa de Hazard, acto que no fue correspondido por ella, lo que lo aorilló a violarla y esa misma noche la matara, para borrar semejante atrocidad, Neftalí contrató a tres hombres a quienes ofreció mucho dinero para aceptar esa culpa y ser enviados a la cárcel para cerrar el caso sin una investigación, pero para no dejar cabos sueltos, contrató a un asesino muy peligroso para que cayera preso por agresión y así estar cerca de los tres hombres implicados y luego poder matar a los tres hombres que habían aceptado la culpabilidad del asesinato.

Hazard nunca se percató que el enemigo era su propio hermano mayor, aunque con el tiempo empezara a sospechar de él, algo que no se atrevió a decir en voz alta, porque acusar a alguien de matar, no era tan simple como parecía, después de todo, era acusar a su propio hermano.

Ahora, las cosas iban de mal en peor, porque Neftalí se había obsesionado con la mujer que de nuevo había llenado su mundo de magia, volver a creer en el amor, pero su hermano Neftalí ya sabía de Carlota Graham, esto era todo lo que Hazard quería evitar.

Sin embargo, el destino de Hazard estaba a punto de estallar en un dolor profundo de pérdida.

Su hermano Neftalí haría todo para llevarse a Carlota de su lado.

Esta vez, Neftalí se llenó de confianza y así mismo buscó la forma de conquistar a Carlota. Siendo así, en el siguiente lanzamiento de ropa nueva de temporada, Neftalí logró apoyar dicho evento como un colaborador anónimo y se presentó en dicho evento de verano, el cual se llevara a cabo la Industria de moda que iba encabezado por la Empresa de Moda de Nueva York, perteneciente a la familia Graham, el lanzamiento fue todo un éxito rotundo, la última colección de ropa hot del momento; este momento fue aprovechado por Neftalí para acercarse a la mujer y saludarla.

—Hola señorita Graham, felicitaciones por tal triunfo —dijo Neftalí.

Carlota en cuanto dio la vuelta, había logrado confundir su voz grave con la voz de Hazard, apenas se dio cuenta que no era él, se sintió algo decepcionada, lo que se reflejara en su cara.

Airado más no dado por vencido, Neftalí se acercó un poco más a ella y le dijo:

—“Nunca había tenido tan cerca a un ángel” —lo que hiciera sentir incomoda a Carlota, ella ignoró sus intenciones de cortejo y siguió en conversación con sus conocidos.

—Charlotte, que calladita te lo tenías, es un bombón de hombre —dijo su amiga Natasha.

—Puedes quedártelo —dijo ella en broma, lo que hiciera reventar a Neftalí, pues hablaba seis idiomas y el español era uno de ellos.

—Tranquila, no me quiere a mi —dijo Natasha poniendo los ojos en blanco.

Entonces, para dolor de Neftalí, Carlota dijo lo siguiente:

—De por sí, conocí a alguien muy especial. Él se llama Hazard, es un hombre tan misterioso como interesante y lo más importante, me gusta él y todo lo que representa.

—Wow Charlotte, he dicho, no dejas de sorprenderme.

—¿Sorprenderte en qué? Simplemente que el amor llega cuando debe llegar, ¿no es así acaso? —dijo sonriendo, sin saber que a escasos metros de ella estaba alguien peligroso que no aceptaba un no por respuesta.

Neftalí apretó el puño que había cerrado. Su corazón bombeaba de nuevo, otra vez sintió que llegó tarde para algo bueno y de nuevo, su rival era su hermano menor.

—Te mataré si te sigues metiendo en mi camino —gruñó Neftalí.

Justo en ese momento entró Hazard y Carlota se acercó a él caminando ansiosa, sus amigos pudieron notar que ella estaba más que dispuesta a una relación con él, aunque no faltaron quienes criticaron a Carlota diciendo que su ex novio había tenido razón en dejarla, según, ella había buscado reemplazo para Federico muy rápido.

Alguien de entre la muchedumbre habló a Carlota, este era Federico Lanús, quien sintiendo que era humillado porque Carlota estaba abrazando a Hazard, le habló con voz potente, quería ridiculizarla un poco, no sabía que le podía ir muy mal, pero la ignorancia de la gente es mucha a veces.

—Carlota, por eso te dejé, eres una mercancía barata —dijo Federico, Carlota lo escuchó muy bien a sus palabras desdeñosas y de doble intención.

—¿Sabes, si fueras una buena mujer, lo correcto hubiese sido que me buscaras para arreglar las cosas entre nosotros, ah, pero no, justo te estás brincando de cama en cama.

Ella se volteó, Hazard la tomó de la cintura y le hizo el gesto de no cuadrarse al nivel de Federico, pero ella lo tranquilizó con un gesto y dijo:

—Federico Lanús, deja que lo pasado, sea pasado. Creo que usted me sirvió de cama y tapete para que grite con seguridad que me la he pasado de hombre a hombre. Espero que cuides a la novia por quien decidimos terminar la relación.

—Jajaja, ¿Decidimos, cual decidimos? Yo te dejé porque eres una mujer muy superficial.

—Bueno, sí creerte demasiado te hace feliz, se feliz repitiendo lo que se te venga en gana, no aparezcas delante de mí, o te demandaré.

La cara de Federico se volvió pálido, luego se puso rojo y verde de coraje. Todos podían notar que a Federico le estaba doliendo ver a su ex con otro galán y más rico y mas buenote que él.