Capítulo 2

2741 Words
Martes por la mañana cruzo el campus quince minutos antes de la clase, es un record y todo se lo debo a mi tarde recuperadora del día de ayer. He tenido buena alimentación, buena lectura y me siento recuperada. ¡Soy genial! Las cosas marchan de maravilla... ¡Pues claro! He pasado más de veinticuatro horas en Escocia y no he hecho nada que pueda enfurecer a cierta maquina letal que he dejado en Austria. Entro al salón y de inmediato William se acerca a mí, el chico es muy carismático y le puedo considerar ya un buen amigo. -Buen Día Rhoesia, ¿Qué tal va tu vida?- su cercanía es muy considerable. -Buen día, William.- le sonrío. -Me ha ido bien, he descansado y me siento recuperada para poder estudiar.- sonríe ampliamente. ¡Seré abogada! -Me alegra. Para celebrar, te invito a una fiesta en un club este viernes, Joshua y Maya también irán así que no puedes negarte.- sujeta mi mano. ¿Una fiesta? ¿En un club? -Claro que si.- sonrío. -Me vendría muy bien, me serviría y conozco un poco más de vuestra cultura.- me suelto y cojo mi móvil. -Me encargare de enseñarte todo lo que quieras de este país.- me guiña un ojo. -¡Husher!- vuelvo la mirada hacia Tanner. -El profesor Cannigham te espera en su despacho.- frunzo el ceño, ahora que quiere ese hombre. Me dijo que me pensara muy bien lo de venir a su clase. -Apresúrate y no le hagas perder su tiempo.- se sienta en su lugar. Varias personas me miran. -Su alteza me llama.- me levanto de mi asiento. -Cuida mi lugar y mis cosas.- le guiño un ojo. Camino hasta Tanner. Me ignora y aparenta que soy la pared, no sé qué demonios pasa con este chico, ¿me odia por haberle ganado el caso ayer o qué? Como no me muevo al final vuelve a verme. -¿Qué quieres?- su altanería es impresionante. -Eh, no te enojes. Me gustaría que me llevaras hasta su despacho, por favor.- su mirada se endurece y me ignora... otra vez. -Tanner, al menos me gustaría que me indicaras en donde esta, por favor.- digo. -No lo hare, tu sola puedes ir y encontrarlo.- hace un gesto un poco... ¿Celoso? Ha, entiendo. -No voy a quitártelo.- susurro en su oído. Se ruboriza y vuelve la mirada hasta otro lado. Él me agrada. Le dejo y camino hasta la puerta. Vuelvo a ver hacia ambos lados, ¿En dónde es su oficina? Camino hasta el lado izquierdo. Esta universidad es inmensa y hasta este momento me estoy dando cuenta, ¿Qué demonios hice ayer? -¿Rhoesia?- preguntan. Me giro y veo a tomatito. - ¿Qué buscas?- se acerca a mí. -La oficina de Miles Cannigham, ¿En dónde está?- -Baja las escaleras, hacia la izquierda y ahí esta.- asiento. Me despido y camino hasta las escaleras. ¿Qué querrá? ¿Expulsarme? ¿Eso se puede? Camino por el lado izquierdo y después de un largo pasillo esta la bendita oficina, Miles B. Cannigham. Al ver la puerta me da hambre y no entiendo muy bien el motivo. Me acerco y toco la puerta, escucho un Pase y entro de inmediato. -Buen Día, profesor Cannigham.- saludo. Ni siquiera se levanta de su asiento para saludarme. -Buen Día, señorita Husher.- responde con sequedad. -Tome asiento por favor.- lo hago y levanta la mirada observándome, ¡Wow! Sus ojos son impresionantes. -¿Sucede algo?- pregunto. Su mirada me aniquila, sus preciosos y alucinantes ojos me atraviesan con enojo. ¡Sus ojos! -Me han informado que viene de Austria.- asiento. -El seminario de leyes no es un juego, señorita Husher, espero que entienda eso, si esta en este seminario es porque la universidad vio aptitudes en usted como futura abogada.- ¿Le digo que estudio literatura? -Lo sé perfectamente, señor Cannigham.- respondo. -Me disculpo por mi conducta del día de ayer, no debí faltarle el respeto de esa manera, no tenía mucho tiempo de haber llegado aquí y me sentía un poco cansada.- explico. Su expresión no cambia. -Como haya sido, señorita Husher. De mi cuenta corre que usted pueda quedarse y terminar el seminario y obtener la puntuación que necesita.- ¿Qué demonios cree que es? -Como ha llegado un mes con atraso, el examen que viene tendrá que obtener puntuación perfecta, así podre tomar la decisión si usted pone el interés necesario en este seminario.- wow, sí que es intenso. -¿Puede con esto o planea abandonarlo sin decir nada?- -No lo voy a abandonar, este seminario es muy importante, la única razón de mi viaje es su seminario, profesor.- digo con tranquilidad. Ni crea que podrá siquiera intimidarme. Me sostiene la mirada por unos segundos, creo que estudia mis palabras buscando una pista de algo que desconozco, se aclara la garganta y asiente. Retira la mirada para bajar a una gaveta y sacar un folder, lo revisa y me lo entrega. Lo tomo y le doy una ojeada. Es la acreditación como estudiante. -Por favor fírmelo.- asiento. -Si no va a dejarlo, es mejor que firme para estar seguro que no escapara.- vuelvo a asentir. -¿Me presta su pluma?- señalo la que tiene en la mano. La extiende y nuestros dedos se rozan, vaya, es muy frio y eléctrico. -Gracias.- le sonrío, solo asiente y saca otra cosa de la gaveta. Firmo los papeles y se los entrego. Le devuelvo la pluma pero esta vez evito rozar su piel y creo que fui muy obvia. -Esta es su tarjeta de acreditación, podrá asistir a cualquier juicio que yo le informe y podrá actuar con autoridad en todo caso sea orden mía.- asiento. Oh, vaya. Me entrega una tarjeta plateada, parece como una tarjeta de acceso. Cannigham & Co. Trae mi nombre inscrito y me quedo un poco sorprendida viéndola, es muy bonita... -Gracias.- le sonrío. Su mirada vuelve a mí y sus ojos bonitos vuelve a centrarse en mí. ¡Cannigham eres guapísimo! -Puede retirarse.- asiento. Se levanta y camina a abrirme la puerta. El hecho me sorprende, el tipo puede ser amable si quiere.  -Gracias.- repito. Antes de poder salir tropiezo con la puerta y rápidamente me coge en brazos para que no caiga. Choco con su pecho y no puedo evitar que un delicioso olor a rosas invada mis fosas. -¿Esta bien?- pregunta. Le vuelvo a ver y puedo verme reflejada en sus ojos. ¡Demasiado hermoso! -Sí, lo lamento.- me separo. -Huele usted muy bien, profesor Cannigham.- salgo de ahí y evito ver su cara ante mi comentario. Camino de regreso hasta el salón. Subo las gradas de dos en dos para llegar más rápido. Entro al salón y de inmediato William se acerca a mí. Me pregunta absolutamente todo, no sé por qué piensa que Cannigham pudo haberme atacado o algo parecido, la verdad es que lo único que encontré es a un hombre con ojos preciosos. Camino hasta mi asiento, saludo a Maya que me regala un dulce que rápidamente me como. Comienza a comentarme lo bonito que son algunos lugares y que le gustaría que los visitáramos juntas. -Buen Día.- Miles Cannigham entra al salón mostrando esa actitud de dominante. Comienza a hablar y esta vez sí le entrego toda mi atención. De hecho hasta escribo algunas notas, si tengo que sacar puntuación perfecta en el examen tengo que poner mucho empeño. No me distraigo por nada del mundo, ni siquiera por las miraditas de William haciendo muecas. -¿Algo que comentar, Petersen?- le habla Cannigham. -No señor.- responde de inmediato. Suelto una risita por lo bajo. Saco mi celular cuando este vibra. Reviso y es un mensaje que me hace reír. ¿Podría ser un poco más tonto? "Estoy dentro del campus pero me he perdido, ¿En dónde está la jodida cafetería? ¿Por qué hablan escoces y no inglés?" comienzo a reír. Zess y sus malas aptitudes como agente infiltrado, seguramente se ha metido por donde no debe. -Señorita Husher, si gusta puede dejar el salón.- vuelvo la mirada hacia Cannigham que me mira enojado. -Pero me perdería de estarle viendo y sobre todo de escucharle hablar.- le respondo. Me mira retándome con la mirada y yo hago lo mismo. ¡Qué demonios tiene contra mí! -Deberías de irte de una buena vez.- murmura Tanner pero alcanzo a escucharlo. ¿Si cojo mis cosas y salgo será un problema? Es mejor no jugar con fuego, podría terminar quemándome y necesito pasar este seminario. Joshua le hace una pregunta y rápidamente dirige su atención hacia él. La clase continúa hasta que bendito sea y son las 10:30, cojo mis cosas y salgo casi volando para ir con Zess. No quiero que se meta en problemas, de todas maneras no tenga idea de lo que está haciendo aquí, bueno se supone que el trabajo de un guardaespaldas es estar siempre cerca pero aquí no es Austria así que no es necesario, (acuerdo al que llegamos antes de venir). -¿A dónde vas?- pregunta William que rápidamente se posiciona a mi lado. -Es una emergencia, mi acompañante se ha perdido aqui.- respondo. -¿Acompañante?- asiento. -¡Espérennos!- Maya y Joshua corren hasta nosotros. Saco mi celular para llamar a Zess pero no responde. Caminamos por el campus mientras les explico a quién busco, no estoy segura si me comprende del todo pero de igual manera asienten. ¿En dónde está? No lo encuentro por ningún lado. -¡¡Lo lamento!!- me giro para verle correr. ¿Qué demonios? -¡Detente, Barbaján sinvergüenza!- los de seguridad vienen detrás de él. ¿Qué sucedió? -¡Zess!- le llamo. -¡Zess, ven aquí!- Vuelve a verme y comienza a correr en mi dirección. Comienza a gritar tonterías en alemán acerca de un error y que no es un intruso. -¿Qué sucede? ¿Qué has hecho?- llega hasta mí y sujeta mi mano. -Ellos, yo... fue un error.- dice. -Entre al baño de mujeres por accidente, estaba escrito en un idioma extraño que supongo es escoces, no sabía cuál era el de hombres y las chicas gritaron... el rector entro, no me dejo explicarle y llamo a seguridad, tuve que salir corriendo y...- -¡Atrápenlo!- grita el rector. Rápidamente lo atraigo a mí y les pido que se aparten. -Lo siento, señor rector.- me disculpo. -Seguramente es un error ambos somos extranjeros, así que no entendemos mucho de su idioma nativo, discúlpenos a ambos y sobre todo a él.- le suplico. -Ella tiene razón, es lo que estaba explicándoles.- Zess hace una extraña mueca. -¿Tú quién eres?- me pregunta. -Es mi estudiante.- Miles Cannigham aparece en la escena, nuestras miradas se encuentran. El rector me vuelve a ver a mí, me repasa de una manera muy exagerada, Zess toma mi mano y el rector quita la mirada rápidamente. -¡Retírense!- asentimos y comenzamos a caminar hacia la salida. Zess comienza a reír y al final yo también. Vuelvo la mirada hacia atrás para ver a Cannigham observándonos bajo una mirada aniquilante. Es extremadamente guapo y extremadamente amargado. -¿Sois novios?- pregunta William. -Esposos.- respondo. -¡Que!- -Solo bromea.- responde Maya. Les presento a Zess y les dejo en claro que no es mi novio, esposo, amante o algún otro rollito. Los chicos nos invitan a ir al cine. Me divierto mucho yendo con ellos y me admiro de unas cuantas cosas en Escocia, quien diría que hay personas que hablan el Scots. El lugar es magnífico y sinceramente hay cosas que a veces no entendemos y los chicos toman su tiempo para poder explicarnos. Después de ver la película, decidimos ir por comida, me animo por la comida rápida y me encuentro con Zess enfurruñado por eso. La comida en KFC es zukhulenta y deliciosa, las papas me fascinan y la ensalada también, ha pasado mucho tiempo desde que comí algo así. -Si el jefe supiera.- murmura. Le doy un golpe en el hombro. -Te has manchado.- limpia mi mejilla y después se lame. -Asqueroso.- le digo asqueada. -¿Seguro que no estáis saliendo?- volvemos a ver hacia las tres personas que nos miran con poca confianza. -Sí, estoy seguro que no salgo con ella.- se encoge de hombros. -No podría, somos como hermanos...- me sujeta por los hombros y me da un beso en la mejilla. -Hermanos que hacen cosas pervertidas.- le vuelvo a ver. Se acerca a mí con sensualidad fingida.  -¡Por Dios!- dice Maya. -¡Me encanta la pareja que hacen!- nos mira con adoración. Nos volvemos a ver y solo nos encogemos de hombros. -Sois iguales a mis amigos en Austria, siempre nos imaginaban como una pareja felizmente casada.- mordisqueo mi pollo. -¡Cásense!- grita. -¡Objeción! ¡Me niego rotundamente!- William nos mira con diversión. -Está bien si son hermanos que hacen cosas pervertidas pero no permitiré que se casen.- observa a Zess con advertencia. -¿Tienes interés en Rhoesia?- Zess se acerca a él. -Sí, quizá, es muy hermosa.- se encoge de hombros. -Tendrás que pasar una prueba, solo así tendrás el derecho si quiera a acortejarla.- Eh, mi hermano le hubiese disparado solo de escuchar que quiere algo conmigo. -¿Te atreves?- pregunta. La mirada de William vacila entre la mía y la de Zess, no le pongo atención y me entrego a lleno a comer mis papas. -Vale, acepto.- se le ve muy confiado. -Como soy buena persona te dejare elegir lo que tú quieras, si logras vencerme podrás acortejar a Rhoesia.- -Juguemos un partido de la FIFA, si logras dos goles no me acercare a Rhoss mas allá que de amigos.- William debería de saber que apenas le conozco y que no tengo mucho interés en tener una relación. Terminamos de comer y William nos lleva hasta un Game Shop, alquila una pantalla y los dos se disponen a jugar, les pongo mi atención completa. -Suerte.- dice Maya. -Gracias, voy a aplastarte hermano pervertido de Rhoss.- -Se lo decía a Zess.- responde Maya. Zess se dispone a jugar y estoy segura que ganara. -Eh, no te preocupes William, la confianza es lo que cuenta.- le doy un golpecito en el hombro. El juego inicia y en la primera mitad van 0-0, observo a mi guardaespaldas tan confiado que me hace pensar que solo está queriendo avergonzar a William. En la segunda mitad, mi queridísimo Zess le mete cuatro goles de lo mejor. William se frustra y no logra echar ni uno solo. Pobre hombre parece haber perdido la hombría. Al final del juego William afirma que luchara de todas maneras para acortejarme y que quiere la revancha. Terminamos jugando en ese lugar y me siento cansada, hemos hecho muchas cosas y sobre todo he comido de todo la comida que se me ha puesto en frente. A las siete de la tarde ya nadie puede más, me despido de los tres, Zess y yo nos disponemos a volver a casa. -¿Vamos a casa?- asiento. -¿Te llevo en la espalda? Rhoesia has comido mucho.- me ofrece su espalda. -Cállate, no había comido tanta chatarra desde mi infancia.- rueda los ojos. -No dejare que comas de esa porquería por un buen tiempo, una chica como tú siempre tiene que estar en forma, también por el momento nada de alcohol.- su seriedad me aniquila. -¿Por qué? No, no puedes hablar en serio. William me ha invitado a una fiesta y quiero ir, ¿solo esa vez? Sabes que el alcohol no me afecta mucho.- me quejo. -No dejare que vayas, lo importante es que estudies.- -Eh, hablando de eso. Hoy me reuní con Miles Cannigham, si quiero seguir en su seminario tengo que tener puntuación perfecta.- -Con más razón, más estudio y menos diversión. De ahora en adelante, diversión solo los fines de semana.- me tiro en su espalda, dejo caer la cabeza en su hombro. Menudo espectáculo el que vamos dando. -Cuidarte y protegerte es mi responsabilidad y mi trabajo.- Este hombre es lo que se consideraría una copia de mi hermano. Supongo que tiene razón, estudiare y le probare a ese humano amargado llamado Miles Cannigham que puedo tener una calificación perfecta aunque no haya estado con él desde el inicio del seminario.
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