Addictive

Capítulo 6

Terminé mis deberes como pude. De alguna manera Harvey se me había metido en la cabeza y era casi imposible sacarlo.

Así que, aproveché que estaba afuera y decidí darme una ducha para relajarme y aprovechar el poco tiempo de intimidad que tenía. 

Dejé mi ropa sucia en el cesto que tengo al lado de mi armario, cogí mi ropa limpia, me dirigí hacia el baño, que se encontraba justamente enfrente de mi habitación, dejé mi ropa limpia sobre el lavabo, encendí el grifo y esperé a que saliera el agua caliente mientras me quedé pensando en sus palabras... Oh

cariño, conmigo aquí no habrá intimidad, eso tenlo claro.

De alguna manera, la idea me calentaba, pero por otro lado me daba algo de miedo. Casi ni lo conozco, se ve de lejos que es un cretino y por su apariencia seguro que es el típico que se tira a una tía y la deja al día siguiente y yo... yo soy tan inexperta en estos temas. Sí que es verdad que he tenido un par de novios, pero nunca hemos llegado a hacer nada y no creo que esté preparada para hacer algo así, sexual...

¡Pero qué cosas pienso! No creo que me haya dicho eso con este contexto, que gilipollas soy, como si este increíble y sexy chico se fuera a fijar en mí, una adolescente normal y corriente, no estoy para nada a su altura. Creo que somos dos personas completamente diferentes...

Terminé de ducharme al fin y me cepillé el pelo mojado. Me envolví en una toalla y me tocaron a la puerta, haciendo que me sobresaltara.

— Lara, necesito entrar por favor. ¿Podrías darte prisa y salir? Me estoy meando — Dijo Harveycasi aporreando la puerta. ¿Cuándo ha llegado? Ni siquiera le he escuchado entrar.

— ¡Estoy desnuda envuelta en una toalla, tengo que vestirme aún! ¡No puedo!— Dije atacada.

— Me la suda, sal ya o exploto.

— Pero... pero... vale, pero no mires, date la vuelta — Dije algo nerviosa, que bochorno.

— Sí, sí, lo que tú digas. Venga joder — Gritó.

Entonces, cogí mi ropa entre mis brazos y procedí a abrir la puerta llevándome la sorpresa de tenerlo a escasos centímetros frente a mí, ¡Le dije que no mirara!

Entonces, con una breve mirada juguetona hacia mi canalillo, entró deprisa al baño, sin siquiera cerrar la puerta.

— ¡Te dije que no mirases! Gilipollas... — Susurré eso último de espaldas al baño, no me apetecía verle mear, ¡Será maleducado!— ¿Qué dijiste al final? — Dijo desafiante.

 Escuché el sonido de la cisterna y me giré para mirarlo, a la vez que me tapaba todo lo que podía con la toalla. Se acercó a mí a la vez que se subía la bragueta y sin querer, bajé mi mirada hacia su m*****o, ¡Oh dios! ¿Por qué hice eso? No vi nada, ¿Afortunadamente? ¡Y por qué siento una gran desilusión!

Nerviosa, di un paso hacia detrás y él se acercó aún más hacia mí, mi espalda ya se encontraba pegada sobre la puerta de mi habitación. Él sonrió juguetonamente, me tiene en la palma de su mano y mis piernas flaqueaban.

— ¿Qué dijiste? — Volvió a repetir.

— Gilipollas — Dije como pude echándole valor, metiéndome seguidamente en mi habitación rápidamente dando un portazo. Menuda tensión... Tragué saliva y me apoyé sobre la puerta.— Lara, no deberías haber dicho eso, estás siendo una niña mala y eso tendrá consecuencias — Susurró desde el otro lado de la puerta, divertido. Joder... no me irá a asesinar, ¿Verdad?En estos momentos, en lugar de miedo, siento excitación, no sé por qué. Esas palabras saliendo de su boca sonaban muy subidas de tono. De alguna forma, mi yo masoquista, mi profundo yo masoquista, quería que hiciese conmigo lo que quisiera, aunque sí que me aterraba un poco, no sé de qué sería capaz este chico.

Procedí a vestirme intentando quitar todos mis sucios pensamientos de mi mente. Me eché el desodorante, el perfume, me puse mi top rosa pero... ¡Oh no! Mis bragas... Dónde cojones están mis bragas...