Con esa promesa él se retiró a su empresa, Annika se quedó putrefacta de la impresión. Annika se quedó parada en la puerta, mirando el espacio vacío donde Christoph había estado hace un momento. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y una sensación de asombro la inundaba. No esperaba que Christoph se ofreciera a acompañarla. Eso la tomó por sorpresa. Pasó un buen rato antes de que pudiera moverse. Finalmente, cerró la puerta y se apoyó en ella, permitiéndose un momento para procesar lo que acababa de suceder. Christoph, el hombre que había estado evitando cualquier tipo de compromiso emocional, se había ofrecido a acompañarla a enfrentar a su familia. Eso significaba mucho para ella. Con una nueva determinación, Annika decidió que haría todo lo posible para estar a la altura de las ci

