Su hijo lo miró con preocupación, sin saber cómo consolar a su padre. Ramón se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro, tratando de encontrar una solución. Sabía que tenía que actuar rápido si quería salvar lo poco que le quedaba. —Papá, ¿qué vamos a hacer? —preguntó su hijo, con voz temblorosa. Él se detuvo y miró a su hijo a los ojos. —Vamos a luchar, hijo. No vamos a dejar que Christoph nos destruya. Necesito que te mantengas fuerte y que confíes en mí. Vamos a salir de esta, te lo prometo. Su hijo asintió, tratando de encontrar fuerzas en las palabras de su padre. Ramón sabía que tenía que actuar rápido. Decidió llamar a sus abogados y a sus contactos en el mundo empresarial, buscando cualquier ayuda que pudiera obtener. Mientras tanto, en su mente, él no podía dejar de pensa

