Úrsula como toda una diva baja las escaleras, su talento innato de seducción es bueno, algo que carece Annika, quien se dedicó a los estudios y velar por su madre enferma. Mira a la pareja cariñosa y es algo que no cree, porque cuando estuvieron en casa de su padre se notaba la distancia. Sacude su cabeza y sigue con su plan. La tensión en la habitación era palpable cuando Christoph y Annika se encontraron. El saludo de Annika fue breve y frío, y su mirada se clavó en Úrsula, la hermana de Christoph. Úrsula, por su parte, parecía completamente ajena a la tensión y se aferró al brazo de Christoph con naturalidad. —Hola, Christoph —dijo Annika, forzando una sonrisa. —Hola, cuñada —respondió él, sin mostrar sorpresa por la presencia de Úrsula—. No sabía que había venido. —Mi hermana es m

