*ANNIKA* Boris entró en la sala en ese momento, llevando una bandeja con frutas frescas. —¿Cómo está nuestra futura mamá? —preguntó, colocando la bandeja en la mesa frente a mí. —Mejor, gracias a ustedes —respondí, sonriendo. Nos quedamos conversando un rato, disfrutando de la compañía y la calidez del hogar. Sentí una tranquilidad interior que no había experimentado durante mucho tiempo. Sabía que, aunque el camino por delante podría tener sus desafíos, estaba rodeada de personas que me querían y me apoyaban. Esa noche, mientras me preparaba para dormir, pensé en lo afortunada que era por haber encontrado este refugio. Me acosté en la cama, acariciando mi vientre y susurrando palabras de amor a mi bebé. Cerré los ojos, sintiendo una profunda gratitud por la nueva vida que estaba cons

